viernes, 24 de junio de 2011

TRASMICIÓN POLITICA:CARLOS SALINA DE GORTARI

Carlos Salinas de GortariDe Wikipedia, la enciclopedia libre
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Carlos Salinas de Gortari


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Presidente de México
1 de diciembre de 1988 – 30 de noviembre de 1994
Predecesor Miguel de la Madrid
Sucesor Ernesto Zedillo

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Secretario de Programación y Presupuesto

1 de diciembre de 1982 – 5 de octubre de 1987
Predecesor Ramón Aguirre Velázquez
Sucesor Pedro Aspe

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Datos personales
Nacimiento 3 de abril de 1948 (63 años)
Ciudad de México
Partido Partido Revolucionario Institucional
Cónyuge Cecilia Occelli (divorciado)
Ana Paula Gerard
Profesión Economista
Alma máter Universidad Nacional Autónoma de México
Universidad de Harvard
Religión Católica Romana
Residencia Dublín, Irlanda
Tlalpan, D.F.
Gabinete

Carlos Salinas de Gortari (n. Ciudad de México; 3 de abril de 1948) es un economista mexicano que ocupó la presidencia de México del 1 de diciembre de 1988 al 30 de noviembre de 1994, bajo fuertes acusaciones de fraude electoral. Fue titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto en el gobierno de Miguel de la Madrid y posteriormente, siendo postulado candidato por el Partido Revolucionario Institucional en 1987, fue electo Presidente de México el 6 de julio de 1988.

Durante su sexenio se darían importantes cambios económicos, entre ellos la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, una privatización masiva de empresas estatales incluida la banca, la implementación del Programa Nacional de Solidaridad de combate a la pobreza, y el restablecimiento de las relaciones Iglesia-Estado y diplomáticas con el Vaticano.

Fue el último presidente al que se le asignó una partida presupuestal cuyo gasto no estaba sujeto a comprobación, denominada comúnmente "partida secreta". Sin embargo, en las administraciones subsecuentes a la suya, este tipo de gasto ha sido ejercido en Secretarías de Estado con fundamento en el artículo 74 constitucional.[1]

Aunque se retirara de la vida pública de su país al finalizar su sexenio, durante los últimos años ha tenido apariciones públicas por invitación de instituciones tanto mexicanas como de otros países. Tal es el caso de sus ponencias dadas en la Universidad de Oxford,[2] El Centro de Estudios Espinoza Yglesias,[3] la Fundación José Ortega y Gasset,[4] así como en el marco del Vigésimo Aniversario del Instituto Federal Electoral,[5] entre otras. Actualmente el ex presidente se desempeña como consejero ejecutivo del Grupo Dow Jones y vive con su segunda esposa, Ana Paula Gerard Rivero.

El 12 de mayo de 2009 se desató una polémica en torno a su persona y la de su hermano Raúl Salinas de Gortari, por declaraciones de su antecesor, el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, sobre el desempeño de Salinas de Gortari como presidente. Éstas, de las que al día siguiente se retractara el propio de la Madrid Hurtado, incluían acusaciones de desvío de recursos, corrupción y vínculos con el narcotráfico.[6]

Contenido [ocultar]
1 Educación y primeros años en la política
2 Elecciones de 1988
3 Presidente de México (1988-1994)
3.1 Reducción de la deuda
3.2 Liberalismo social
3.3 Privatizaciones
3.3.1 Privatización de Telmex
3.3.2 Privatización de la banca
3.4 Tratado de Libre Comercio
3.5 Reforma agraria
3.6 Relación Iglesia-Estado
3.7 Programa Nacional Solidaridad
3.8 Asesinato de Luis Donaldo Colosio
3.9 Crisis Económica de 1994 y Error de diciembre
4 Raúl Salinas de Gortari
5 Libros publicados
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos


[editar] Educación y primeros años en la políticaNació en la Ciudad de México el 3 de abril de 1948, sus padres fueron Raúl Salinas Lozano, senador y secretario de Estado, y Margarita de Gortari Carvajal, profesora y perteneciente a una familia de gran prestigio en el ámbito cultural de su época. Su familia se encargó de guardar con extremo celo un delicado episodio de esta infancia: mientras jugaban a “la guerra”, los niños Gustavo Zapata Rodríguez, Raúl y Carlos Salinas de 8, 5 y 4 años de edad, respectivamente, le dispararon con un rifle calibre 22 a una jovencita llamada Manuela de 12 años, sirvienta de los Salinas, causándole la muerte.[7]

Estudió en el plantel nº 1 de la Escuela Nacional Preparatoria con sede en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, y luego obtuvo el título de Licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando Ifigenia Martínez dirigía la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, en 1970. Continuó sus estudios en la Universidad Harvard, donde obtuvo la maestría en administración pública (1973), la maestría en economía política (1976) y el doctorado en economía política y gobierno (1978). Cabe destacar que todos sus estudios los terminó con mención honorífica.[cita requerida] De regreso en México, trabajó como catedrático en varias universidades y comenzó a escalar posiciones en el gobierno federal. En 1982, su antiguo profesor en la UNAM, Miguel de la Madrid, fue elegido presidente de México y Salinas fue nombrado Secretario (Ministro) de Planeación y Presupuesto.

Carlos Salinas fue designado candidato a la presidencia de la República del PRI, el 4 de octubre de 1987.

[editar] Elecciones de 1988Artículo principal: Elecciones federales de México de 1988
Carlos Salinas ascendió a la presidencia en una de las elecciones más polémicas de la historia reciente de México. La elección se llevó a cabo el 6 de julio de 1988; luego de una inestabilidad económica de más de 10 años, la estructura del PRI se debilitó y por primera vez en la historia moderna de México se vio la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como una posibilidad real de asumir la presidencia de la república.

La noche de la elección, los datos que liberaba la Comisión Federal Electoral por medio del secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz fueron interrumpidos. A las 20:00 horas del mismo día, se presentaron en la sede de la Secretaría de Gobernación los candidatos Manuel Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Rosario Ibarra denunciando la ilegalidad del proceso. En los días posteriores a la elección, se realizaron diversas manifestaciones expresando el descontento por la manera en que se llevó a cabo la elección.

El resultado oficial fue 50 por ciento para Carlos Salinas, 31 por ciento para Cuauhtémoc Cárdenas y 17 por ciento para Manuel J. Clouthier.

Las boletas de votación, que la oposición exigía se hicieran públicas para aclarar las anomalías, fueron destruidas por decisión de la Cámara de Diputados.

[editar] Presidente de México (1988-1994)[editar] Reducción de la deudaEn 1982 el pago anual por pago de intereses de la deuda externa era de 14 000 millones de dólares, entre 1983 y 1988 se destinó casi el 7% de PIB para su pago, el monto de lo destinado era casi el equivalente a lo destinado en salud y educación para todo el país, para inicio del sexenio de Salinas el monto de la deuda era del 45% del PIB. Lo cual hacia necesario una reducción de esta deuda para lograr un crecimiento económico. Después de casi 4 años de largas negociaciones con el FMI, políticos de Estados Unidos, mandatarios de países como Francia, Alemania, Canadá, Japón, Gran Bretaña, otros países y con bancos comerciales en 1992 se llegó a un acuerdo y se logró una reducción de más de 7000 millones de dólares, debido a este logro la deuda se disminuyó a 20 000 millones de dólares. Con esto se logró que la deuda total (externa e interna) pasara de 63% del PIB en 1988 a 22% en 1994 y los pagos de intereses pasaron de 17% del PIB a 9.8% en 1994.[8]

[editar] Liberalismo socialEl sexenio de Carlos Salinas marcó un claro parteaguas respecto de las gestiones priístas previas, especialmente las de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo en la medida que rompió con el discurso y la ideología del nacionalismo revolucionario que todavía con Miguel de la Madrid trató de presentarse como el soporte ideológico del priísmo.

Salinas, en cambio, adelantó una serie de tesis que él mismo englobó bajo la categoría de "liberalismo social" que buscaba recuperar lo mejor de las tradiciones ideológicas del liberalismo juarista del siglo XIX y de la Revolución Mexicana del siglo XX. En este sentido, Salinas pronunció una serie de discursos durante 1991 y 1992 que sirvieron de soporte para impulsar algunas de sus más ambiciosas reformas. En un sentido, la que puso punto final a la reforma agraria, concebida ya desde tiempos de Echeverría más como un instrumento de control social que como uno de efectiva solución de problemas en el agro mexicano. Formó parte de esa ofensiva ideológica también la iniciativa para reformar las relaciones del Estado con las iglesias, especialmente la católica, aunque en este punto es donde es posible observar mayores tensiones entre la recuperación del juarismo propuesta por Salinas y las políticas desarrolladas por su gobierno.

Salinas se inspiró para articular su propio concepto de "liberalismo social" en los trabajos de Jesús Reyes Heroles, Otto Granados Roldán (director de Comunicación Social durante los primeros años de su gestión) y José Francisco Ruiz Massieu (quien jugó un papel clave en la reforma de la relaciones Iglesia-Estado).

[editar] PrivatizacionesHacía 1984, el gobierno federal era propietario u operaba poco más de 1150 empresas de todo tipo, desde cadenas y productoras de cine y televisión, hoteles, inmobiliarias, mineras, ingenios azucareros, automotrices, siderúrgicas, pesqueras, transbordadores, e incluso el conocido centro nocturno El Patio de la ciudad de México, también fue el caso de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, Petróleos Mexicanos o Comisión Federal de Electricidad.

La crisis de 1982 obligó al gobierno federal a nacionalizar la banca, con lo que la participación del Estado en la economía creció todavía más. En otros casos, sin embargo, el gobierno, lo mismo el federal que el del Distrito Federal y los de los estados, se convirtió en dueño de empresas como medida para evitar la quiebra de empresas privadas que se consideraba jugaban un papel importante para la economía del país o que simplemente empleaban a un número importante de personas.

Esta dinámica se vio favorecida por dos procesos. En un sentido, por la sobrevaluación del peso mexicano que ocurrió ya durante los últimos años del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y de manera más clara durante los primeros años del gobierno de Echeverría, quien expandió el control del Estado sobre la economía al hacerse cargo de Teléfonos de México. La sobrevaluación hacía que las mercancías mexicanas fueran más caras que las que se producían en otros países. No sólo eso, gracias a las políticas de industrialización seguidas desde el gobierno de Lázaro Cárdenas (con un alto componente de protección a la industria nacional), las empresas mexicanas habían perdido calidad y eficacia.

Esta dinámica estuvo a punto de romperse con la decisión de Echeverría de devaluar el peso justo antes de que terminara su gestión en 1976. Sin embargo, su sucesor, López Portillo decidió utilizar los recién descubiertos excedentes petroleros para mantener intocadas las políticas industriales y comerciales que había heredado de sus predecesores.

Todas estas empresas operaban con déficit por lo que se mantenían gracias a una inyección constante de fondos públicos obtenido por medio de deuda, excedente petrolero o, en los peores momentos del periodo 1970-1982, por medio de la emisión de billetes y monedas sin sustento. Ello hizo que para 1982, el déficit público primario fuera de más del diez por ciento del Producto Interno Bruto. Cerca de un 70 por ciento de este déficit provenía del sector paraestatal.[9]

Con los ingresos de las privatizaciones se obtuvo casi el equivalente a 23 000 millones de dólares,[10] los cuales fueron utilizados para amortizar la deuda pública interna. Con estos recursos se logró una disminución de la deuda interna, en 1988 era del 19% y para 1994 fue del 6%.[11] Dando como resultado una disminución de los pagos de intereses y logrando un crecimiento en el gasto social.

[editar] Privatización de TelmexEn 1990, Telmex era una empresa con varias décadas funcionando y con solo 16 años de pertenecer al sector público, el servicio prestado por la empresa era motivo de frecuentes disputas como se puede observar en la cantidad de demandas que la empresa enfrentaba en la Procuraduría de la Defensa del Consumidor, así como por los tiempos de espera, en ocasiones de más de 10 meses, para conseguir una línea. En los primeros años de la administración Salinas de cada 10 hogares 8 no tenían teléfono y había hasta un millón de solicitudes pendientes. La gestión pública de Teléfonos de México, además, estaba plagada de dudas y sospechas acerca de la transparencia en el manejo de los recursos

La venta fue hecha a través de una subasta publica. A pesar de que varios grupos extranjeros ofrecieron cantidades mayores para la compra de Telmex, uno de los requerimientos determinantes era que la propiedad mayoritaria quedara en manos mexicanas, es por eso que de los grupos con control accionario mexicano, la mayor fue la que encabezaba el Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim, por lo que éste fue declarado ganador.

Con motivo de esta privatización se inició la modernización de la telefonía en México. En los siguientes años el número de poblaciones rurales atendidas pasó de 6350 a 21 263; los teléfonos públicos llegaron a más de 200 000 en todo y se inició la instalación de una red de fibra óptica que ahora cubre las ciudades más importantes del país.[12]

[editar] Privatización de la bancaLa privatización de la banca se llevó a cabo mediante una reforma constitucional a los artículos 28 y 123 que fueron aprobados el 12 de mayo de 1990 en la cámara de diputados y el 21 de mayo en la Cámara de Senadores. Guillermo Ortiz Martínez subsecretario de Hacienda con Salinas, fue uno de los responsables de este proceso.

La privatización ya había iniciado durante la administración de Miguel de la Madrid cuando el gobierno vendió los primeros paquetes accionarios que permitieron que hasta un 33 por ciento del capital social de cualquier banco fuera capital privado. Como en el caso de Teléfonos de México, la privatización ocurrió por medio de subastas públicas. Los postores fueron evaluados por un comité en el que participaron, entre otros, el ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz. La transparencia y éxito con la cual fue privatizada la banca fue reconocida por diversos documentos del Banco Mundial.[13]

En este proceso 18 instituciones financieras fueron vendidas, lo que permitió que el gobierno federal recaudara 13 000 millones de dólares, los cuales fueron destinados al pago de la deuda interna.[14]

Con este proceso se logró la descentralización y democratización del capital por que se promovió una mayor competencia ya que en 1994 se autorizó la entrada de bancos extranjeros.

[editar] Tratado de Libre Comercio
Carlos Salinas (esquina superior izquierda), George H. W. Bush y Brian Mulroney durante la ceremonia inicial del TLC.A finales de los ochenta, el mundo atestiguó cambios como la caída del Muro de Berlín, el fin de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el fin de la dictadura de Augusto Pinochet y la invasión de Estados Unidos a Panamá. Fue también un momento en el que los procesos de globalización de los mercados se intensificaron. No sólo eso, Estados Unidos había concluido con éxito años antes un acuerdo comercial con Canadá que eliminó los aranceles y tarifas entre ambos países. Europa, por su parte, avanzaba a grandes pasos en la consolidación de lo que originalmente fue una zona de libre comercio hasta dar forma a la actual Unión Europea.

La administración Salinas estimó que México debía redefinir los términos de sus relaciones con sus principales socios comerciales y redefinir las hipótesis que habían servido desde la década de los treinta, como soporte para el desarrollo de la economía mexicana, fue así que Salinas inició, primero informalmente, consultas con empresarios de México, Estados Unidos y Canadá para lograr la integración de México al acuerdo comercial originalmente pactado por estos últimos.

Las negociaciones formales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte iniciaron en 1990 y continuaron durante los próximos tres años. No sólo eso, sobrevivieron a la derrota del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de noviembre de 1992, en las que triunfó el demócrata Bill Clinton. Fue así como el 1 de enero de 1994, al mismo tiempo que el mundo conocía de la avanzada político-militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional sobre la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, el TLCAN entró en vigor creando la que hasta ese entonces era la más grande zona de libre comercio en el mundo.

[editar] Reforma agrariaEl artículo 27[15] de la Constitución vigente en 1988, establecía la obligación del gobierno de dar tierra a todo el que la solicitara. Sin embargo, el ritmo de crecimiento de la población en las zonas rurales era mucho mayor del que se había registrado en toda la historia previa de México, gracias a una serie de avances en medicina básica. En segundo lugar, la calidad de las tierras en México es desigual, pues buena parte del territorio nacional no cuenta con irrigación suficiente para mantener una agricultura comercial. Finalmente, los sectores industrial y de servicios no estaban en condiciones de absorber los excedentes de mano de obra que el crecimiento de la población rural generaba.

Hacia finales de los sesenta era claro que la capacidad del gobierno federal para dotar de tierras a quienes las demandaran era limitada y que, además, al hacerlo se había facilitado la constitución de poderosos grupos políticos que traficaban con la necesidad de tierras. El gobierno de Luis Echeverría, sin embargo, optó por mantener la ilusión de la Reforma Agraria elevando al antiguo Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización al rango de secretaría de Estado, al tiempo que decidía intervenir las propiedades de algunas de las más exitosas agroindustrias del país con la promesa de distribuir esas tierras.

Ante esta realidad, Carlos Salinas de Gortari señaló que era necesario terminar con el reparto masivo de tierras. En el primer informe de Gobierno en 1989 Carlos Salinas dijo: El reparto masivo de tierras ha concluido. Quien afirme que todavía existen millones de hectáreas por repartir está mintiendo, declaración que inició un ambicioso programa de reformas constitucionales y legales, que culminaron cuando el 1 de noviembre de 1991, Salinas anunciaba durante su tercer informe de gobierno la decisión de impulsar una profunda reforma a la Constitución y a las leyes en materia agraria. Luego de intensos debates que cimbraron la estructura del PRI, la reforma fue aprobada por la Cámara de Diputados el 7 de diciembre de 1991 y por el Senado el 12 de diciembre del mismo año.

La reforma fue publicada el 6 de enero de 1992 en el Diario Oficial de la Federación y entró en vigor el día siguiente.

[editar] Relación Iglesia-EstadoParte del legado de la administración Salinas lo constituye la amplia reforma de la relación Estado-Iglesia promovida por él. La reforma fue consecuencia de una serie de cambios culturales y políticos que hicieron inaplicable la letra o el espíritu de la legislación vigente en México hasta 1992 en materia de relaciones Estado-Iglesia.

Las visitas del Papa Juan Pablo II hicieron evidente la incapacidad del Estado para aplicar la legislación. Además, en distintos estados de la República, la Iglesia se convirtió en un importante promotor de severas críticas al carácter autoritario del régimen político vigente en México.

Durante la década de los ochenta, la Iglesia, especialmente líderes de la Conferencia del Episcopado Mexicano como Ernesto Corripio Ahumada, lanzaron una serie de retos a la legislación vigente en el país que alcanzaron un punto álgido cuando en 1986, en el contexto de la elección en el estado de Chihuahua, los obispos de ese estado amenazaron con organizar, como durante la Guerra Cristera, una huelga de cultos. [cita requerida]

La huelga fue impedida por la intervención del entonces delegado apostólico Girolamo Prigione, pero evidenció--por una parte--la incapacidad del Estado para subordinar a la Iglesia y, por la otra, los severos problemas de legitimidad que el régimen enfrentaba. [cita requerida]

Salinas advirtió la dimensión del reto planteado por la Iglesia y fue así que inició una política de acercamiento que incluyó, primero, como candidato presidencial, una serie de visitas a los obispos mexicanos en sus lugares de origen. Después de la elección, la Iglesia ofreció a Salinas un gesto simbólico cuando tres prelados (Ernesto Corripio Ahumada, Genaro Alamilla Arteaga y Girolamo Prigione) acudieron a la toma de posesión de Salinas el 1 de diciembre de 1988. A partir de ahí se iniciaron una serie de acercamientos y negociaciones que culminaron en 1992.

Fue en ese año que el Partido Revolucionario Institucional presentó una iniciativa de reformas a los artículos 3, 5, 27, 28 y 130 de la Constitución. Las reformas, apoyadas por una abrumadora mayoría de diputados y senadores del Congreso electos por los tres principales partidos políticos de México (Partido Revolucionario Institucional, Partido Acción Nacional y Partido de la Revolución Democrática) modificaron de manera radical los términos de la relación con las iglesias, especialmente con la católica. El siguiente paso ocurrió cuando se reanudaron, luego de más de un siglo de estar interrumpidas, las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede para dar paso, finalmente, a la promulgación de nuevas leyes reglamentarias de las relaciones Estado-iglesias.

Carlos Salinas fue, en este sentido, el primer presidente mexicano en recibir al Santo Padre Juan Pablo II en su condición de Jefe del Estado Vaticano, durante la tercera visita a México del pontífice en el estado de Yucatán, el 11 y 12 de agosto de 1993, siendo testigos Mons. Manuel Castro Ruiz, Arzobispo de Yucatán y Dulce María Sauri Riancho, Gobernadora del Estado de Yucatán.

La nueva legislación otorga personalidad jurídica a las iglesias y devolvió parcialmente los derechos políticos a los así llamados "ministros de culto", que ahora pueden votar. Sin embargo, la legislación mexicana aún desconoce el derecho de los "ministros de culto" a ser votados, además de que impone mecanismos muy restrictivos para el ingreso de personal religioso extranjero a México. La personalidad jurídica de las iglesias está limitada también en lo que hace a su capacidad para ser propietarias de bienes inmuebles y especialmente para ser propietarias u operar medios de comunicación electrónicos.

Salinas ha expresado en fechas recientes su insatisfacción con los resultados de la reforma, aunque nunca ofrece detalles del porqué de su insatisfacción por lo que observadores de la política mexicana estiman que se trata de una manera de admitir errores y evitar aparecer como intransigente ante la opinión pública del país que le reclama la insensibilidad con la que desarrolló algunas de sus políticas y, sobre todo, el descuido que él mismo admite tuvo al permitir que su hermano Raúl violara flagrantemente las leyes del país.

[editar] Programa Nacional SolidaridadEl 2 de diciembre de 1988 se puso en marcha el programa Solidaridad, como primera acción de gobierno el cual trataba de lograr mayor justicia social más allá de un esquema de transferencia de recursos o de subsidios focalizados. Para lograr a cabo este proyecto no solo era necesario el apoyo del gobierno, sino también la participación organizada de la población, impulsados con un sentimiento de nacionalismo y de desarrollo social.[16]

Este programa fue encabezado por Carlos Rojas Gutiérrez, entonces subsecretario de Desarrollo Urbano y Ecología, siendo titular Patricio Chirinos Calero y fue en gran medida administrado por el secretario de Programación y Presupuesto Ernesto Zedillo, posteriormente en enero de 1992, pasó a formar parte de la recién creada Secretaría de Desarrollo Social, con Luis Donaldo Colosio, como titular.

Durante seis años se invirtieron el equivalente a casi 18 000 millones de dólares, de los cuales el 67 por ciento fue de recursos federales y el resto de gobiernos locales e inclusive de los propios participantes.[17]

Los logros alcanzados fueron muchos entre los cuales se pueden destacar, la rehabilitación y construcción de miles de escuelas, la organización de la población para introducir agua potable a sus comunidades, la introducción de servicio eléctrico en miles de comunidades rurales. La rehabilitación y construcción de cientos de hospitales[18] la pavimentación de miles de colonias populares, la entrega de más de 2 millones de escrituras y títulos de propiedad en zonas irregulares, más de un millón de créditos a la palabra a campesinos.La construcción de más de 20 000 kilómetros de caminos rurales así como la reconstrucción de 15 000 kilómetros de carreteras. La instalación de más de 14 000 tiendas de abasto comunitario.[19]

Con algunas importantes modificaciones y con el nombre de Progresa durante el sexenio de Ernesto Zedillo y Oportunidades, durante el sexenio de Vicente Fox, estos programas han seguido constituyendo el tronco principal de la política social del gobierno federal en México.

[editar] Asesinato de Luis Donaldo ColosioEl 23 de marzo de 1994 durante un acto de su campaña electoral en la colonia popular Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California fue asesinado Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial electo del PRI, por medio de 2 disparos (uno de ellos en la cabeza), en el instante fue detenido el autor de este hecho Mario Aburto Martínez.

El 24 de marzo fue declarado día de luto nacional y el izamiento de la bandera nacional fue a media asta en señal de duelo.

El 29 de marzo el PRI postuló como candidato sustituto a Ernesto Zedillo Ponce de León.

[editar] Crisis Económica de 1994 y Error de diciembrePara el año 1994 Carlos Salinas de Gortari tuvo un elevado gasto gubernamental en obras públicas con el objeto de mantener la inercia de crecimiento de su gobierno y con ello la popularidad. Este gasto gubernamental llevó a un déficit de cuenta corriente histórico (un 7% del PIB) y para poder lidiar con ello Salinas emitió los Tesobonos, instrumentos financieros del gobierno que aseguraban pagos en dólares y con los cuales pudo recaudar fondos el Banco de México. Con los diversos sucesos políticos ocurridos en 1994 (asesinatos de Luis Donaldo Colossio y José Francisco Ruiz Massieu, líderes del PRI y la rebelión insurgente en Chiapas), muchos de los inversionistas se asustaron y fueron a canjear los Tesobonos por efectivo, vaciando las reservas monetarias del Banco de México.

Era necesario la toma de decisiones económicas para impedir la crisis, tales como alza en las tasas de interés para recuperar reservas y contraer la base monetaria o generar una devaluación controlada del peso. Sin embargo Salinas de Gortari no tomó ninguna acción, presuntamente con el objetivo de no perder popularidad puesto que buscaba el apoyo internacional para su candidatura a director general de la Organización Mundial de Comercio.

Ernesto Zedillo, su sucesor, incapaz de articular una estrategia de amortiguamiento de los vencimientos de pagarés denominados en dólares, (Tesobonos) y con un manejo incorrecto en términos políticos, fué corresponsable y precipitó el advenimiento de una de las peores crisis financieras que ha vivido México, conocida como error de diciembre; y en el exterior como efecto Tequila.

Al poco tiempo de dejar el cargo, el 28 de febrero de 1995 su hermano Raúl fue arrestado tras haber sido acusado de diversos delitos entre los que destacaban el tráfico de influencias, corrupción, evasión fiscal y la autoría intelectual del asesinato de su ex cuñado, el entonces diputado federal José Francisco Ruiz Massieu. Los delitos de corrupción y evasión fiscal, quizás los más evidentes, dejaron de ser perseguidos por el gobierno vía diversos artefactos legales. En el 2005, tras 10 años, tres meses y 13 días, Raúl Salinas de Gortari quedó libre, exonerado del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu. Le quedan pendientes procesos por delitos considerados menores, como falsificación de documentos y tráfico de influencias.

[editar] Raúl Salinas de GortariEl 1 de marzo de 1995, el ex presidente Salinas de Gortari se declaró en huelga de hambre durante 36 horas. Salinas alegaba que el arresto de su hermano y el clima de linchamiento mediático que se había propiciado a partir del "error de diciembre" provenían directamente de los Pinos. El 3 de marzo de 1995, tras una reunión en la residencia oficial, Salinas abandonó el país para regresar sólo esporádicamente por asuntos familiares durante el sexenio de Zedillo.

Otro de los hermanos, Enrique Salinas de Gortari, a quién la Interpol investigaba por presunto lavado de dinero, fue asesinado en el Estado de México, en 2004 en circunstancias aún no esclarecidas.

[editar] Libros publicadosEn el año 2000 Carlos Salinas publica el libro México: Un paso difícil a la modernidad [1] un amplio análisis de su sexenio de más de 1300 páginas donde explica los pasos que llevaron al Tratado de Libre Comercio, México después de la caída del bloque comunista, la disminución de la deuda, el conflicto de Chiapas, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta y otros temas.

En mayo de 2008 publica un nuevo libro llamado La "Década Perdida" 1995-2006 Neoliberalismo y Populismo en México donde critica seriamente las administraciones de Ernesto Zedillo y Vicente Fox, además de hacer también referencia a Andrés Manuel López Obrador.

En diciembre de 2010, publica su tercer libro llamado: Democracia Republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana en el que reflexiona sobre la necesidad de construir una nueva etapa del liberalismo social: la democracia republicana basada en la “lucha cotidiana, la participación organizada y el compromiso colectivo"[20] . Además hace una crítica a los "intelectuales orgánicos" que "dominan el debate de las ideas" y presentan "versiones simplificadas de la realidad" y los personaliza con Jorge Castañeda, Enrique Krauze, Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo Quezada"[21]





Predecesor:
Miguel de la Madrid Presidente de México

1988 - 1994 Sucesor:
Ernesto Zedillo
Predecesor:
Miguel de la Madrid Candidato Presidencial del Partido Revolucionario Institucional
1988 Sucesor:
Luis Donaldo Colosio
Predecesor:
Ramón Aguirre Velázquez Secretario de Programación y Presupuesto de México
1982 - 1987 Sucesor:
Pedro Aspe

[editar] Referencias1.↑ {{cita web | url=http://www.jornada.unam.mx/2008/11/24/index.php?section=politica&article=013n1pol
2.↑ {{cita web | url=http://www.sant.ox.ac.uk/news/08-09.html?cache=false
3.↑ {{cita web | url=http://www.jornada.unam.mx/2010/02/24/index.php?section=economia&article=028n1eco
4.↑ {{cita web | url=http://www.informador.com.mx/mexico/2010/186221/6/salinas-de-gortari-pide-a-los-jovenes-preparase-para-democracia-republicana.htm
5.↑ {{cita web | url=http://www.eluniversal.com.mx/notas/715623.html
6.↑ {{cita web | url=http://www.eluniversal.com.mx/notas/597853.html
7.↑ El Mundo (14 de abril de 1995). «Carlos Salinas: «La maté de un tiro»». Consultado el 15 de enero de 2009.
8.↑ «Primer Informe de Gobierno p. 45». Cuenta de la Hacienda Pública Federal.
9.↑ La Privatización de México, Razones e Impactos, México: Trillas, 1997, p 100
10.↑ Informe sobre situación Económica, las Finanzas Publicas y la deuda Pública. febrero de 1995, p 43.
11.↑ Banco de México, Informe Anual 1994, p. 101
12.↑ Rogozinski, Jacques (1997), La privatización de Mexico, México. p 119
13.↑ Repec
14.↑ SHCP (1995). «Fondo de Contingencias, fuentes y aplicaciones». Informe sobre la situación Económica, las finanzas Públicas y de la Deuda Pública. Acciones y Resultados del Cuarto Trimestre de 1994. p. 43.
15.↑ Jurídicas UNAM
16.↑ Benson
17.↑ SEDESOL (1994). «Solidaridad. Seis años de trabajo.». Programa nacional de Solidaridad. 1994.
18.↑ ncbi.nlm
19.↑ SHCP (1994). «Programa Nacional Solidaridad». Información básica sobre la ejecución y desarrollo del programa del 1ro de diciembre de 1988 al 31 de agosto de 1994.. 1994.
20.↑ «"Ni estado ni mercado: una alternativa ciudadana": Salinas». Ciudad de México, México: El Economista (10 de diciembre de 2010). Consultado el 22 de enero de 2011.
21.↑ Aguayo, Sergio (15 de diciembre de 2010). «"Aspirante a líder"». Ciudad de México, México: Reforma. Consultado el 22 de enero de 2011.
[editar] BibliografíaRogozinski, Jacques (1997). La Privatización de México. México: Trillas.
México en la Frontera del Caos (Grupo Zeta, 2da edition, 2002) ISBN 970-710-061-3
SEDESOL (1994). «Solidaridad. Seis años de trabajo.». Programa nacional de Solidaridad. 1994.
SHCP (1994). «Programa Nacional Solidaridad». Información básica sobre la ejecución y desarrollo del programa del 1ro de diciembre de 1988 al 31 de agosto de 1994.. 1994.
José Luis Trueba Lara: Magnicidio. México, Posada, 1994.
José Luis Trueba Lara: Dinastía. México, Planeta, 1995.
José Luis Trueba Lara: Raúl Salinas de Gortari. El abuso del poder. México, Planeta, 1995.
José Luis Trueba Lara: Salinas. El signo de la muerte. México, Posada, 1995.
[editar] Enlaces externos Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Carlos Salinas de Gortari. Wikiquote
Carlos Salinas de Gortari, El Hombre que quiso ser Rey
Biografía en la Fundación CIDOB
PBS: Murder, Money and Mexico - The Rise and Fall of the Salinas Brothers (en inglés).
Muerte de Enrique Salinas de Gortari, investigado por la INTERPOL
Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Salinas_de_Gortari»
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TRASMICIÓN POLITICA

Miguel de la MadridDe Wikipedia, la enciclopedia libre
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Miguel de la Madrid Hurtado


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Presidente de México
1 de diciembre de 1982 – 30 de noviembre de 1988
Predecesor José López Portillo
Sucesor Carlos Salinas de Gortari

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Secretario de Programación y Presupuesto de México

16 de mayo de 1979 – 30 de septiembre de 1981
Predecesor Ricardo García Sainz
Sucesor Ramón Aguirre Velázquez

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Director del Fondo de Cultura Económica

1990 – 2000
Predecesor Enrique González Pedrero
Sucesor Gonzalo Celorio Blasco

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Datos personales
Nacimiento 12 de diciembre de 1934 (76 años)
Colima, Colima
Partido Partido Revolucionario Institucional
Cónyuge Paloma Cordero
Hijos Enrique de la Madrid Cordero
Profesión Abogado, Economista
Alma máter Universidad Nacional Autónoma de México
Universidad de Harvard
Religión Católica Romana
Residencia Coyoacán, D.F.
Gabinete
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Miguel de la Madrid Hurtado (nacido en Colima, Colima el 12 de diciembre de 1934) fue Presidente de México del 1 de diciembre de 1982 al 30 de noviembre de 1988. Durante su presidencia ocurrio el terremoto de 1985 en la Ciudad de México, la entrada de México al GATT y la polémica sucesión presidencial que le dio el triunfo a Carlos Salinas. Fue hijo de Miguel de la Madrid Castro y de Alicia Hurtado, así como nieto de Enrique O. de la Madrid y bisnieto de Miguel de la Madrid Guerrero.

Contenido [ocultar]
1 Trayectoria
2 Presidente de México (1982-1988)
3 Actividad posterior
3.1 Director del Fondo de Cultura Económica
3.2 Controversia
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos


[editar] TrayectoriaDe la Madrid estudió derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y un posgrado en Administración Pública en la Universidad Harvard.

En mayo de 1977 fue invitado por el presidente José López Portillo para integrarse a su gabinete como Secretario de Programación y Presupuesto, en sustitución de Ricardo García Sainz. Tomó posesión de su cargo el sábado 19 de mayo de 1979.

Fue postulado como candidato a la presidencia en las elecciones de 1982 por el PRI, el viernes 25 de septiembre de 1981 y venció en las elecciones del 4 de julio de 1982. Asumió el cargo en diciembre de ese mismo año, sucediendo a López Portillo. Fue sucedido el 1 de diciembre de 1988 por Carlos Salinas de Gortari su secretario de Programación y Presupuesto. Durante su periodo de presidencia su dentista fue el reconocido Dr. Julio Stern Adler, que hasta la fecha ejerce en la colonia Condesa y le ha proporcionado una blanca y envidiable sonrisa .

[editar] Presidente de México (1982-1988)El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.5 grados en la escala de Richter sacudió la Ciudad de México, con una fuerte réplica el día 20. Los daños materiales fueron masivos, y aunque los cálculos oficiales hablan de unos pocos miles de muertos (5 a 10 mil), la opinión pública consideró que la cifra podría haber rebasado los 40,000. La reacción inicial del gobierno fue muy lenta e inadecuada, lo cual hizo que fuera la población la que tomara el liderazgo y la organización de las labores de rescate de víctimas y cuerpos de entre los escombros. Tanto las declaraciones del Presidente De la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto le valieron severas críticas a esta administración

En 1988 su gobierno protagonizó el mayor escándalo electoral del país. El 3 de julio, durante las elecciones presidenciales, el candidato de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas, aventajaba ampliamente a sus rivales Manuel Clouthier (PAN) y Carlos Salinas de Gortari (PRI). Por motivos que aún "se desconocen", el sistema electoral de cómputo se detuvo. La secretaría de Gobernación, que entonces organizaba la elección, señaló que: el sistema se había caído. Finalmente, el candidato priísta fue declarado ganador.

De la Madrid llegó al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas, crecimiento del PIB fue erróneo con altibajas y disminuyó el poder adquisitivo. Para resolver tales problemas, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de Desarrollo, estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; durante su administración, el número de paraestatales se redujo de 1155 en 1982 a 413 en 1988. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el 3,100 por ciento de devaluación del peso), se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no aumentarlos. En Enero de 1986, aprox. 3 años de negociaciones, México logra ser admitido al GATT, siendo el punto más fuerte de esta administración.

[editar] Actividad posterior[editar] Director del Fondo de Cultura Económica
Miguel de la Madrid con el presidente estadounidense Ronald Reagan en Mazatlán (1988).Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid, un importante neoliberalista, asumió la dirección del Fondo de Cultura Económica (1990). Durante su periodo al frente del FCE, implantó programas de modernización en las áreas productivas y administrativas, incorporó lo más avanzado de las industrias editorial y de las artes gráficas, y mantuvo la apertura y pluralidad características en la política de publicación de la empresa.

El 4 de septiembre de 1992 inauguró las nuevas instalaciones, situadas en carretera Picacho-Ajusco número 227. Rodeadas de jardines, además de las oficinas, albergan la unidad cultural Jesús Silva Herzog, la Biblioteca Gonzalo Robles, que resguarda la creciente historia editorial del Fondo, así como la librería Alfonso Reyes.

En el panorama internacional, en 1990 se remodelaron las instalaciones existentes de las filiales. Con ello, la presencia del Fondo Cultura Económica adquirió una proyección más importante en el continente americano: el 7 de septiembre del mismo año se fundó la filial en San Diego, California; el 21 de junio de 1991 abrió sus puertas la librería Azteca en São Paulo, Brasil; en 1994 se inauguraron las instalaciones del FCE de Venezuela; y en 1998 se creó otra subsidiaria en Guatemala. De esta tal manera, el FCE alcanzó una presencia relevante en Iberoamérica con nueve filiales: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, Estados Unidos, Guatemala, Perú y Venezuela.

En lo referente al proyecto nacional, se abrieron nuevas librerías. En este periodo se inauguraron seis en la ciudad de México

En materia editorial, bajo la dirección del licenciado De la Madrid se iniciaron 21 nuevas colecciones: en 1990, Claves (Argentina); en 1991, A la Orilla del Viento, Códices Mexicanos, Ediciones Científicas Universitarias y Especiales de A la Orilla del Viento; en 1992, Breviarios de Ciencia Contemporánea (Argentina) y Nueva Cultura Económica; en 1993, Biblioteca de Prospectiva, Biblioteca Mexicana, Biblioteca Premio Cervantes (España), y Fideicomiso Historia de las Américas y Travesías; en 1994, Vida y Palabra de los Indios de América y Una Visión de la Modernización de México; Archivos, Piedra del Sol (Perú), Entre Voces, Espacios para la Lectura y Fondo 2000; Encuentros (Perú); Historia de México, además de cinco publicaciones periódicas: Galeras del Fondo, Periolibros, Imágenes, Espacios para la Lectura y la Página del Fondo.

Durante su administración el FCE recibió varios premios, entre los que destacan: en 1992, Premio FILIJ del Libro (CNCA) a los libros para niños; en 1993, Premio Laurel de Oro (Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid); en 1993, mención honrosa del Premio Juan García Bacca (Asociación Cultural Peruana), y el Calendario Azteca de Oro (Asociación Mexicana de Radio y Televisión). En 1994 y 1995 el premio del Banco del Libro de Venezuela por los libros para niños.

En cuanto a las distinciones recibidas como individuo al frente del FCE destaca que el Consejo Español de Estudios Iberoamericanos, distinguió a De la Madrid por su contribución al desarrollo de la lectura en la lengua española; recibió en 1997 el Premio IUS por la Facultad de Derecho de la UNAM, y en 1998 el gobierno de Francia le concedió las Palmas Académicas en grado de Comendador por su contribución al fomento cultural. En 1999 el licenciado De la Madrid recibió la medalla Picasso de Oro (Unesco), por su labor en la difusión de la cultura latinoamericana

jueves, 23 de junio de 2011

José López PortilloDe Wikipedia, la enciclopedia libre
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José López Portillo


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Presidente de México
1 de diciembre de 1976 – 30 de noviembre de 1982
Predecesor Luis Echeverría Álvarez
Sucesor Miguel de la Madrid

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Secretario de Hacienda y Crédito Público

1973 – 1975
Predecesor Hugo B. Margáin
Sucesor Mario Ramón Beteta

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Director de la Comisión Federal de Electricidad

1972 – 1973
Predecesor Guillermo Villarreal Caravantes
Sucesor Arsenio Farell Cubillas

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Datos personales
Nacimiento 16 de junio de 1920
Distrito Federal
Fallecimiento 17 de febrero de 2004
(83 años)
Distrito Federal
Partido Partido Revolucionario Institucional
Cónyuge Carmen Romano Nölck;
Aleksandra Asimović Popović (Sasha Montenegro)
Profesión Abogado
Alma máter Universidad Nacional Autónoma de México
Religión Católica Romana
Firma
Gabinete

José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco (16 de junio de 1920 – 17 de febrero de 2004) fue un abogado y político mexicano elegido como presidente de México entre 1976 y 1982. En su gestión, sucedieron hechos como la concertación y aplicación de la reforma política inicial para democratizar al país, la primera visita del Papa Juan Pablo II y, en apenas un par de años, el más impresionante crecimiento de la economía nacional en su historia, seguido de una grave caída -la primera en la segunda mitad del siglo XX- debida a una política monetarista [1] y una presunta dilapidación de los recursos públicos[2] provenientes principalmente de los excedentes del petróleo.

Contenido
1 Orígenes
2 Trayectoria académica y política
3 Llegada al poder
4 Presidente de México (1976-1982)
4.1 El plano internacional
4.2 Los excesos
4.3 El desastre económico
4.4 La sucesión presidencial
5 El desprestigio
6 Últimos años
7 Obras de su autoría
8 Referencias
9 Véase también
10 Enlaces externos


[editar] OrígenesDe antepasados paternos procedentes de la pequeña localidad española de Caparroso, en Navarra (algo que exaltaba con frecuencia), nació en la Ciudad de México en el seno de una familia de políticos e intelectuales. Su abuelo, José López Portillo y Rojas, se distinguió como escritor en el siglo XIX, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y diputado, senador, gobernador del estado de Jalisco, México, y ministro durante el Porfiriato y el periodo golpista de Victoriano Huerta. Su padre, José López Portillo y Weber (de quien siguió en su juventud el consejo de no ir tras el poder, pues pensaba que "Los defectos de un hombre honrado son las cualidades de un político") se dedicó a los campos de la milicia, la historia y las letras, contrayendo matrimonio con Refugio Pacheco y Villa-Gordoa.

[editar] Trayectoria académica y políticaIngresó como abogado de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1946 y como doctor en Derecho en 1950. Contrajo primeras nupcias con Carmen Romano y del matrimonio nacieron tres hijos: José Ramón, Carmen Beatriz y Paulina. Entró al servicio público hasta 1959 de la mano del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la organización que durante la mayor parte del siglo XX dominó de manera absoluta la vida política mexicana, animado por el ideario y carisma del entonces presidente Adolfo López Mateos. Tras ser litigante, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM (donde, como años después con la banda presidencial, el espacio le fue heredado por Luis Echeverría, su íntimo amigo de la adolescencia, y dio clases a quien le relevaría en la Primera Magistratura, Miguel de la Madrid), profesor fundador del Doctorado en Ciencias Administrativas de la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional en 1961 y de escalar jerarquías en el Gobierno Federal pasando por la Secretaría del Patrimonio Nacional, la Oficina de la Presidencia de la República y la dirección de la Comisión Federal de Electricidad, logró hacerse de la cartera financiera del país al ocupar el puesto de secretario de Hacienda de 1973 a 1975, quebrando la norma no escrita de que la economía nacional se definía por su titular en turno (un hombre avezado en las finanzas estatales y guiado por criterios mayoritariamente técnicos), al poner la dependencia al servicio de las conveniencias y decisiones políticas del presidente, pues López Portillo carecía de experiencia en dicha rama, ostentando como verdadera credencial su cercanía personal con Echeverría, quien al nombrarlo declararía sin tapujos y con dedicatoria a los empresarios, con quienes mantuvo una pésima relación, la famosa frase: "A partir de ahora, la política económica se decide en Los Pinos".

[editar] Llegada al poderEn aquellos años, los mandatarios emanados de su partido escogían personalmente a su sucesor, y López Portillo fue la opción del presidente Echeverría, de nuevo haciendo valer su añeja amistad y rompiendo también con los pronósticos de que el secretario de Gobernación era el elegido natural, quedándose en el camino Mario Moya Palencia. Los siguientes meses López Portillo realizó el correspondiente proselitismo bajo el lema "La solución somos todos", pero sin adversario alguno, pues el único partido verdaderamente opositor con registro, el derechista Acción Nacional (PAN), no presentó abanderado debido a fuertes divisiones internas, y la izquierda, aglutinada en el proscrito Partido Comunista Mexicano (PCM), en las universidades públicas y en guerrillas urbanas o rurales. No contando con otro espacio que el de lo testimonial, el PCM lanzó a uno de sus líderes históricos, el sindicalista Valentín Campa, quien obtuvo casi un millón de votos, que aún sin ser válidos denunciaron una evidente incongruencia del esquema político-electoral imperante. De esta circunstancia se desprendió la obra que, en perspectiva, sería la mayor aportación de López Portillo: la Reforma Política de 1977, orquestada por su secretario de Gobernación, el reputado político, jurista e historiador Jesús Reyes Heroles, la cual representó el primer avance fehaciente para que México transitase de un régimen de partido hegemónico a uno de pluripartidismo y poder compartido.


Jesús Reyes Heroles, secretario de Gobernación (1976-1979).[editar] Presidente de México (1976-1982)Rodeado de la polarización y el desorden legados por la administración de Luis Echeverría, el 1 de diciembre de 1976 José López Portillo tomó posesión como presidente de México y pronunció un impecable discurso que le ganó apoyos y confianza por su interés conciliatorio y el abandono de la retórica demagógica y grandilocuente que primó en todo el sexenio anterior. Su proyecto de gobierno se dividía en tres partes: dos años de recuperación, dos de consolidación y dos de crecimiento acelerado, y para lograrlo urgía a superar las discrepancias y avanzar: "Hagamos una tregua inteligente para recuperar nuestra serenidad y no perder el rumbo [...] podemos hacer de nuestra patria un infierno o un país donde la vida sea buena". Enseguida, pidió un emocionado perdón a los desposeídos y marginados por el fracaso del Estado en acertar a "sacarlos de su postración", lo que expresó cambiaría en su gobierno, bordando así un momento memorable dentro del devenir político contemporáneo.

Empero, los primeros tiempos se enrarecieron por los rumores sobre el activismo del ex presidente Echeverría (recogidos y amplificados por Reyes Heroles, quien sostenía una sabida rivalidad con el anterior titular del Ejecutivo), pues mediante su Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo y la presencia de estrechos colaboradores impuestos en el gabinete entrante y en el Poder Legislativo buscaba seguir influyendo en los ámbitos de decisión con una agenda propia, violando otra pauta básica del predominio presidencial de la época, misma que exigía de los mandatarios en retiro su desapego sin cortapisas de la política nacional, lo cual llevó a López Portillo a prescindir de ciertos personajes (los casos más evidentes fueron el de Porfirio Muñoz Ledo en la cartera de Educación y el del presidente del Congreso, Augusto Gómez Villanueva), a encarcelar a funcionarios de aquel periodo (como Eugenio Méndez Docurro y Félix Barra García, ex secretarios de Comunicaciones y Transportes y de la Reforma Agraria respectivamente, así como al ex director del Fideicomiso Bahía de Banderas, Alfredo Ríos Camarena, y al del Instituto Mexicano del Café, Fausto Cantú Peña), y a enviar fuera al mismo Echeverría como embajador en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1977 y en 1978 ante la apartada Australia, con concurrencia en Nueva Zelandia y las Islas Fiji, aniquilando así cualquier intromisión en su gobierno.[3]

En lo financiero, la situación era difícil en general, dado que apenas unos días antes de entrar en funciones se realizó una de las devaluaciones más severas que el país hubiese vivido hasta esas fechas y se obtuvo un préstamo del Fondo Monetario Internacional con el acuerdo de ejercer un presupuesto reducido y mantener bajos los salarios. Constreñido por los malos manejos de su antecesor y ante aquellas disposiciones, López Portillo se mostró prudente en cuanto a gasto e inversiones se refería, pero todo cambiaría cuando, como secuela de la Guerra del Yom Kipur, los países árabes interrumpieron la venta de petróleo a Estados Unidos y a Europa Occidental por el apoyo brindado a Israel. Esto, junto al descubrimiento de nuevos yacimientos en Chiapas, Tabasco y de la rica Sonda de Campeche catapultó a México como primer exportador de crudo, lo que permitió que el Producto Interno Bruto se elevara a un 8% anual y que la tasa de desempleo se redujera en un 50%. "México, país de contrastes, ha estado acostumbrado a administrar carencias y crisis. Ahora [con] el petróleo en el otro extremo, tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia",[4] fue el reto y promesa a la vez que el presidente acuñó e hizo patente a la sociedad ante la inesperada jauja, aderezando las buenas nuevas con una perla del egocentrismo que le embargaría sin remedio: "Soy la última oportunidad de la Revolución".

[editar] El plano internacional
Reunión de jefes de estado en la cumbre "Norte-Sur" de Cancún: entre otros, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, François Mitterand, Pierre Trudeau, José López Portillo, Indira Gandhi y Kurt Waldheim, 1981.En 1977 comenzó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de México con el régimen encabezado por el Rey Juan Carlos I y presidido por Adolfo Suárez, a dos años del fin del Franquismo, siendo designado como embajador de México en España al ex mandatario Gustavo Díaz Ordaz. Ante ésta designación, Carlos Fuentes, embajador de México en Francia, decidió renunciar, argumentando que no iba a reunirse ni quería ponerse al nivel del responsable de los sucesos de Tlatelolco. Al conocer la noticia, López Portillo ofreció la embajada vacante a Echeverría, quien prefirió la representación de México ante la UNESCO, con sede en París, en donde permaneció hasta 1978.

En enero de 1979, López Portillo auspició la venida del Papa Juan Pablo II, luego de décadas de lejanía con la Iglesia Católica, autorizando el oficio de una misa al aire libre transmitida inéditamente por televisión.

En ése año, el gobierno mexicano se opuso al régimen nicaragüense de Anastasio Somoza Debayle y, tras la caída de éste y el triunfo de la revolución sandinista, México participó apoyando a los sandistas e intentó mediar entre Estados Unidos y el nuevo gobierno nicaragüense. Pero, con el arribo de Reagan a la presidencia norteamericana, el Departamento de Estado protestó por lo que llamó "el intervencionismo mexicano en Centroamérica" y México tuvo que desistir en su intento de conciliación. Sin embargo, los nicaragüenses le otorgaron a López Portillo la medalla "César Augusto Sandino", en premio a sus esfuerzos a favor del nuevo gobierno.[5]

En el caso de Nicaragüa, Cuba compartía con México el interés de ver triunfar a la revolución sandinista. Cuba había desempeñado un papel muy importante a favor de la revolución nicaragüense a través de asesoría militar y de apoyo económico y en armamento.[6] López Portillo, aprovechando el contexto de estrechamiento de las relaciones entre México y Cuba que se venía gestando desde 1975, invitó a Fidel Castro a México para exponer las ideas que cada uno tenía en cuanto a Centroamérica, en especial de Nicaragüa. Así el 17 de mayo de 1979, después de 22 años de no pisar territorio mexicano, el mandatario cubano se entrevistó con su homólogo mexicano en Cozumel, Quintana Roo, formalizandose la relación México-Cuba.[7]

La actitud del régimen mexicano en apoyo a los opositores de la dictadura salvadoreña culminó con el reconocimiento, por parte de los gobiernos de México y Francia, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional como fuerza beligerante en El Salvador.[5]

En 1981, López Portillo propuso ante el pleno de la Organización de las Naciones Unidas el Plan Mundial de Recursos Energéticos; y fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en su primera edición e investido como Caballero de Gran Cruz adornada con el Gran Cordón de la Orden al Mérito de la República Italiana. A fines de ése año, se organizó la Cumbre Norte-Sur en la ciudad de Cancún para promover el diálogo entre los países del Primer y Tercer Mundo.

[editar] Los excesosConforme avanzó el sexenio la excentricidad, el despilfarro y el influyentismo se apoderaron del mandato de López Portillo. Olvidándose de su investidura, el presidente obligó a que la gira papal hiciera una parada en la Residencia Oficial de los Pinos con el objeto de que Su Santidad celebrase una misa especial para su madre, contestando a sus detractores que "pagaría de su bolsillo" las sanciones administrativas previstas por violentar la laicidad de un espacio oficial y subestimando los problemas evidentes por la inexistencia de relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano; su esposa, mujer de arrogancia y reiterados desplantes, tomó en sus manos la política cultural del gobierno sin experiencia alguna y ordenó, por ejemplo, que se integrara una orquesta sinfónica especial, la Filarmónica de la Ciudad de México, para dar a conocer sus dotes de pianista con temas del grupo Mocedades; y su hija Paulina debutó como baladista juvenil y fue apoyada para alcanzar el éxito.

Pero lo más delicado es que nombró en importantes cargos a familiares directos, vanagloriándose además por ello, en especial del caso de José Ramón, su primogénito, quien se desempeñó como subsecretario de Estado ("Es el orgullo de mi nepotismo", exclamaría orondo). Otros beneficiarios fueron su hermana Alicia, que fungía como su asistente; su hermana Margarita, designada titular de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación (temida y odiada por su actitud caprichosa y altanera frente a dueños de medios, creadores, productores y directores que la acusaron de herir de muerte a la industria de la pantalla grande, apodándole la "pésima musa" como burla por su admiración hacia la Décima Musa, Sor Juana Inés de la Cruz, y sus malhadados intentos como escritora y guionista de películas); su primo Guillermo, convertido en presidente del entonces llamado Instituto Nacional del Deporte; y Rosa Luz Alegría, con quien sostenía una relación extramarital, fue colocada a la cabeza de la Secretaría de Turismo.

En la misma tesitura Arturo Durazo Moreno, un viejo amigo de vecindario, fue elevado a director del Departamento de Policía y Transito del Distrito Federal, desde donde además de ser hecho General de División sin pasar por el Ejército y condecorársele con el Doctorado Honoris Causa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal sin antecedentes universitarios o de práctica legal alguna, auspició el cohecho y la tortura entre los cuerpos que dirigía y se enriqueció escandalosamente acumulando autos, bienes y mansiones como "El Partenón", una estrafalaria casa de playa inspirada en el mítico monumento griego levantada en la bahía de Zihuatanejo, la que una vez decomisada luego de aprehender a Durazo en 1984 no ha podido ser vendida por su mal gusto, elevado monto e identificación como emblema de lo peor de aquella época.

[editar] El desastre económicoEn materia económica su administración se caracterizó, sobre todo después de la primera mitad, por tomar decisiones arbitrarias y financieramente ineptas que detonaron la crisis más severa en la historia de México desde la época revolucionaria, no sólo repitiendo, sino aumentando los errores del periodo echeverrista. El gobierno, obnubilado por las ganancias del “oro negro” y la euforia de los mercados, guardó los propósitos de inicio en un cajón y tramitó con la banca extranjera una pléyade de préstamos irreflexivamente para sufragar la exploración e infraestructura de explotación de los depósitos petroleros; puso en marcha proyectos de desarrollo condenados al fracaso por su pomposidad y mala preparación (la Alianza para la Producción, el Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados, el Sistema Alimentario Mexicano o el Plan Global de Desarrollo, el más elocuente de todos); y fomentó una obesa burocracia al crear nuevas secretarías de Estado y multitud de organismos, adquiriendo y participando igualmente en más de medio millar de empresas, lo que junto a una corrupción galopante terminó no sólo por reducir a cero los excedentes del petróleo (calculados en cien mil millones de dólares entre 1978 y 1981),[8] sino por multiplicar la deuda externa ante el aumento de las tasas de interés, añadiéndose intrigas palaciegas desde la Secretaría de Programación y Presupuesto rumbo a la determinación de la candidatura presidencial del PRI, traducidas en diagnósticos desprendidos de cuentas manipuladas que truncaron medidas elementales como el recorte al gasto corriente y la baja de precio del barril de crudo para afrontar la sobreoferta y la austeridad energética autoimpuesta por el mercado mundial, siendo los chivos expiatorios el secretario de Hacienda, David Ibarra, y Jorge Díaz Serrano, director de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y un amigo más de los años mozos del mandatario en el primer nivel del servicio público, ambos serios aspirantes al Ejecutivo.

Con respecto a la moneda, el peso fue tardíamente devaluado en alrededor de un 400% como producto de otro episodio de la frivolidad de López Portillo ("Presidente que devalúa, se devalúa", pontificaba). En el marco de la VI Reunión de la República, el 4 y 5 de febrero de 1982, juró defenderlo "como perro"[9] frente a la embestida que sufría de los "enemigos" de la patria, pero para el 18 de febrero de 1982 la Secretaría de Hacienda se vio forzada a declarar la moratoria de pagos y a devaluar el circulante de 28.50 a 46 pesos por dólar, frenándose en 70 pesos sólo después de imponerse el cierre del mercado cambiario para atajar la escalada, la que inclusive sobrepasaría los cien pesos por cada billete verde.

El 1 de septiembre de 1982, día de su último informe de gobierno, habría de encarar a la ciudadanía para anunciarle el caos. Culpó de la debacle a los banqueros y a los "sacadólares", no admitió tener que ver en el hundimiento financiero del país ("Soy responsable del timón, pero no de la tormenta") y, de un plumazo, nacionalizó la banca y decretó el control de cambios, más en el tenor de una rabieta desesperada, de un golpe de efecto, que en el de medidas sopesadas y necesarias, lo que se vislumbró en su argumentación: "Ya nos saquearon. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!".[10] En los siguientes años los resultados de dichas ocurrencias (cuyo costo al erario por los conceptos de compra e indemnización del entramado bancario se estimó en unos tres billones de pesos) fueron más que funestos, como se patentizó al poco tiempo con el apogeo de una banca paralela encubierta en casas bursátiles e instituciones financieras diversas que incentivaron la especulación, con la negligente reprivatización bancaria que puso otra vez a la nación a un paso de la ruina a mediados de la década de los noventa, y con el abuso y fracaso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, que en su reestructuración como deuda pública, pactada legislativamente desde 1998, absorbe hasta la fecha enormes cantidades presupuestarias.

Luego, al recordar a los desposeídos y marginados, aquellos a quienes en su primer mensaje como mandatario había pedido perdón, José López Portillo lloró frente a millones de mexicanos y golpeó impotente con su puño el atril de la tribuna principal del Palacio Legislativo de San Lázaro, aceptando al menos su "responsabilidad personal" al fallarles; un despliegue histriónico que conmovió a muy pocos, enfureció a los más y fue motivo de parodias y burlas para poner punto final a seis años de expectativas tan altas como su frustración que completaron, sumados a los del periodo de Luis Echeverría, la coloquialmente denominada "docena trágica" del populismo (en un juego de palabras que evocaba a la Decena Trágica: diez días de asesinatos e inestabilidad en febrero de 1913 que concluyeron con la renuncia y el fusilamiento del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez). Amén de lo peyorativo de la comparación, con estas dos administraciones fue evidente para la opinión pública, los empresarios, la comunidad internacional, la Iglesia e incluso para buena parte de la clase priísta lo peligroso y lo imposible que resultaría por mucho tiempo más dejar el destino del país bajo el criterio de un solo hombre. Desde entonces y echando mano de la misma reforma política que López Portillo estimuló (aún con todas sus carencias y trabas que, con los años, se han superado), el cambio gradual de los fundamentos del sistema de poder en México, la pérdida de fuerza del partido oficial y el crecimiento de una oposición que penetraría con ímpetu firme en los distintos niveles de gobierno ya no se detuvieron, todo ello alentado siempre por una sociedad justificadamente molesta y cansada.

[editar] La sucesión presidencialDesde el año previo al término de su administración y luego de ir descartando aspirantes de entre los más próximos de su equipo, López Portillo se aprestó a cumplir con el ritual sucesorio priísta y fijó sus pautas de selección en dos nombres: si el panorama nacional requería de un personaje con mayor bagaje político, el escogido sería el entonces dirigente nacional del PRI, Javier García Paniagua; sin embargo, si las circunstancias sugerían un perfil diestro en sortear dificultades financieras, la candidatura le correspondería a su secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid. Ante la severa crisis, este último fue el elegido. Para la organización, tantos años gobernante, dicha postulación abonó notablemente en el cambio de su curso histórico, ya que el sustento ideológico y práctico desde su fundación, el nacionalismo revolucionario (nutrido de los logros de la gesta de 1910, del corporativismo y de la necesidad de un Estado con amplias facultades para luchar contra la desigualdad social, manejado por políticos disciplinados que recorrieran los escalafones del PRI y de la burocracia) fue gradualmente remplazado por la tecnocracia y sus hombres, generándose reacomodos y rupturas importantes para su futuro y el de México.

Y es que de la Madrid era un destacado abogado formado en el Banco de México con experiencia en materia económica y el primero de una lista de gobernantes en adelante en el país con una visión orientada al mercado y estudios de posgrado realizados en prestigiadas universidades estadounidenses, como las de Harvard o Yale, en consonancia con los dictados de aquellos tiempos, tendientes al neoliberalismo y la globalización y marcados por líderes defensores del aperturismo y la desregulación como Margaret Thatcher o Ronald Reagan.

[editar] El desprestigioRetirado de la política, se dedicó a escribir su biografía y otros libros con mediano éxito, probando suerte también con una marca propia de tequila, "Don Q", promocionada con su foto vestido de charro en la etiqueta. Tras concluir su mandato presidencial, se mudó con su familia a una mansión con cuatro casas (una para él y las restantes para cada uno de sus hijos) en los suburbios de la capital mexicana bautizada popularmente como "La Colina del Perro" (en alusión a su citada defensa del peso), situada en un terreno de 122,000 m², obsequiado por su amigo Carlos Hank González. En cada residencia se instalaron dos mil metros cuadrados de alfombra importada, tapices de seda, domos corredizos y amplias terrazas con acabados de maderas preciosas. Además, en la casa principal se adaptó un sistema de aire acondicionado especial para preservar la humedad de la biblioteca particular de López Portillo, estimada en unos 30,000 tomos, y se erigió una cúpula-observatorio.

No conforme con esto, el expresidente se hizo de una barranca en la exclusiva zona de Chapultepec, punto neurálgico del Distrito Federal, de un área de 8,000 m² para construir mansiones de aires moriscos y granadinos a su madre y a hermanas, Alicia y Margarita. También le fue obsequiada la residencia de descanso "Villa Marga Mar" de 3,000 m², localizada en la playa de Pichilingue, en la bahía acapulqueña de Puerto Marqués, cortesía de Joaquín Hernández Galicia.

La riqueza de López Portillo provocó que el abogado constitucionalista Ignacio Burgoa lo denunciara ante la Procuraduría General de la República por el delito de peculado en contra de la nación mexicana, mientras que la fracción del PAN en la Cámara de Diputados propuso la creación de una comisión para investigarlo y el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) insistió por meses en los indicios del uso de fondos del Gobierno Federal para fincar sus propiedades. Cercado por dichos ataques y por los varios reportajes en su contra; las burlas, a veces excesivas, de los caricaturistas; la promesa de "renovación moral" del presidente De la Madrid, sólo eficaz para encarcelar a funcionarios del pasado sexenio; y un repudio generalizado de la población hacia el ex mandatario y sus parientes, optaron por pasar largas temporadas en el extranjero.

[editar] Últimos añosDivorciado de Carmen Romano luego de dejar el poder (de la que estaba separado de hecho desde que le eligieron presidente y no escapó de ser presa de murmuraciones al asegurar el periodista y diplomático Manuel Ávila Camacho que su deceso, en mayo del 2000, se produjo por causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida según se lo había platicado el ex presidente, de quien se decía amigo, lo cual abrió una nueva controversia mediática contra la familia acallada con la sentencia a su favor resultante del juicio promovido por injurias y daño moral), en 1995 se unió civilmente a Sasha Montenegro, una actriz retirada de ascendencia yugoslava con la que vivía hacía varios años y tenía ya dos hijos: Nabila y Alejandro. Transcurrido un mes de la muerte de su primera mujer, celebrarían el matrimonio eclesiástico.

En los medios de comunicación el nombre de López Portillo no cesó de causar revuelo esporádicamente, ya por la salida a la luz pública de una hija nacida en los años ochenta; por el suicidio de un adolescente en la Unión Americana que era hijo ilegítimo de su vástago José Ramón; por los intentos de expropiar los mencionados terrenos de la capital del país en Chapultepec o los del Centro Histórico donde se halla la Universidad del Claustro de Sor Juana (un centro privado de estudios humanísticos administrado por su hija Carmen Beatriz), los cuales, se acusa, fueron irregularmente cedidos por instrucciones del ex presidente a su familia mientras ostentaba el poder, debiendo formar parte del dominio público, pues en ellos vivió la importante literata colonial en cuyo honor el espacio educativo lleva su nombre; o bien por la valoración histórica de su gobierno, coincidente con la creciente libertad de expresión que México conquistó a partir de los años ochenta, soliéndose encontrar el cenit de los vicios del antiguo sistema político y las causas de las dificultades económicas nacionales actuales en su presidencia.

Durante la etapa final de su vida fue víctima de diabetes y de las secuelas de una embolia sufrida en 1996. Además, protagonizó otros problemas legales, tales como la demanda que interpuso y ganó en contra de la periodista Isabel Arvide al insultar ésta a su cónyuge y cuestionar la paternidad de sus hijos menores en un artículo y el proceso de divorcio de Sasha Montenegro.

Falleció el 17 de febrero de 2004 en la Ciudad de México a la edad de 83 años, víctima de una complicación cardiaca generada por una neumonía. Sus restos descansan en el Panteón militar del Distrito Federal. Debido a que su muerte ocurrió durante el proceso de divorcio, la actriz Sasha Montenegro es la legítima viuda, gozando de las prestaciones económicas que la ley le otorga.

miércoles, 22 de junio de 2011

Gustavo diaz ordaz

De acuerdo con el libro the Company: CIA Diary (Dentro de la Compañía. Diario de la CIA) de Philip B. Agee Díaz Ordaz fue colaborador de la Agencia Central de Inteligencia. Documentos desclasificados de la agencia varias décadas después le asignan el código Litempo-2.[3] Litempo 1 era Emilio Bolaños, un sobrino de Gustavo Díaz Ordaz que podría haber sido el conducto por el cual la CIA entró en contacto con el mandatario cuando este era secretario de Gobernación.[4] El código Litempo era compuesto por el prefijo LI, que identificaba operaciones en México y Tempo, que identificaba al programa de relación entre la CIA y "altos funcionarios selectos" de México.[5]

[editar] Véase tambiénGuerra sucia en México
Movimiento estudiantil de 1968 en México
[editar] Referencias1.↑ http://www.jornada.unam.mx/1998/09/30/irma.html Yo vivía con Díaz Ordaz; no ordenó disparar: Irma Serrano
2.↑ http://www.jornada.unam.mx/1998/09/28/nunca.html Nunca creí que hubiera conjura comunista en 68: Zabludovsky
3.↑ http://www.eluniversal.com.mx/internacional/56551.html El espía que impactó a México
4.↑ http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=144374&tabla=nacion "Echeverría y Díaz Ordaz engañaron a CIA sobre el 68"
5.↑ "Echeverría y Díaz Ordaz engañaron a CIA sobre el 68" - El Universal - México
[editar] Enlaces externos Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Gustavo Díaz Ordaz. Commons
Libro agotado escrito por Sergio Aguayo Quezada 1968: Los archivos de la violencia, formato pdf, descarga gratuita
Video que contiene declaraciones de Díaz Ordaz sobre los acontecimientos de 1968
[editar] VideosDíaz Ordaz y el 68. Documental basado en la obra "Los Sexenios" de Enrique Krauze en YouTube
Díaz Ordaz inaugura los Juegos Olímpicos de México 1968 en YouTube
Díaz Ordaz inaugura la Copa Mundial de Futbol 1970 en YouTube



Predecesor:
Adolfo López Mateos Presidente de México

1964 - 1970 Sucesor:
Luis Echeverría Álvarez
Predecesor:
Adolfo López Mateos Candidato Presidencial del Partido Revolucionario Institucional
1964 Sucesor:
Luis Echeverría Álvarez
Predecesor:
Ángel Carvajal Secretario de Gobernación
1958 - 1963 Sucesor:
Luis Echeverría Álvarez
Predecesor:
Adalberto Tejeda Olivares Embajador de México en España
1977 Sucesor:
José Gómez Gordoa
Predecesor:
' Diputado Federal por el
Distrito I de Puebla
1943 - 1946 Sucesor:
'
Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Gustavo_D%C3%ADaz_Ordaz»
Categorías: Nacidos en 1911 | Fallecidos en 1979 | Presidentes de México | Secretarios de Gobernación (México) | Diputados de la XXXIX Legislatura de México | Senadores de las XL y XLI Legislaturas de México | Embajadores de México en España | Diplomáticos de México | Abogados de México | Miembros del Partido Revolucionario Institucional | Políticos de Puebla | Chalchicomultecos

Muralismo mexicano

MuralismoDe Wikipedia, la enciclopedia libre
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Detalle de un mural de José Clemente Orozco en la Biblioteca Baker, Dartmouth College, Hanover, New Hampshire.El muralismo es un movimiento artístico mexicano de principios del siglo XX que se distingue por tener un fin educativo, el cual se consideró esencial para poder lograr unificar a México después de la revolución. Gran parte de estos artistas, debido al contexto que se vivía en la post-revolución, tuvieron una gran influencia de las ideas marxistas por eso, a través de los murales se proyectó, la situación social y política del México post-revolucionario.

Ello fue pensado con fines educativos y era empleado en lugares públicos a los que todo tipo de gente sin importar raza y clase social pudiera acceder. Algunos de los temas eran la conquista, la Revolución Mexicana, la industrialización, los personajes principales de la cultura popular, las tradiciones populares hello, los caudillos mexicanos, la sociedad civil, los militares, el socialismo, el capitalismo, etc. Estos temas cambian de acuerdo al contexto en que vivían los muralistas. Por ejemplo, se puede decir que los muralistas vivieron tres etapas primordiales: los 20's, los 30's, y la etapa desde los 40's hasta 1955. En cada etapa, tanto los temas como las técnicas van a variar y en este modo el muralismo trataría de encontrar una definición más clara como movimiento. Los muralistas mexicanos trabajaron sobre una superficie de hormigón (concreto) o sobre la fachada de un edificio, pero también, les importó muchísimo la textura y los ángulos en los cuales pondrían a sus murales. En lo que sí eran consistentes, era en los temas que relataban o retrataban: la actualidad social y política del país, los cuales no se desconectaban del viejo legado colonial. Los murales de Diego Rivera hablaban en especial de la revolución, aunque en un principio su meta fue representar a los miembros mayoritarios de México, constituido principalmente de campesinos, indígenas y mestizos.

- Hay murales en la mayoría de los edificios públicos de la Ciudad de México y de otras ciudades, siendo una de éstas Guanajuato, localizada en un Estado muy importante para el país por ser cuna del movimiento de Independencia.

Aunque es considerado un movimiento artístico, el Muralismo también se puede considerar un movimiento social e incluso político.

[editar] Artistas y obras

Milagro mexicano

El milagro mexicano.
A partir de 1940 México inicio una etapa llamada el milagro mexicano, esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada.
Crecimiento hacia afuera

La segunda guerra mundial dió un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se da en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo del sector primario. Esta política puede definirse como crecimiento sin desarrollo, ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es la libre competencia, que le permitiera desarrollarse económicamente. Durante el mandato de Ávila Camacho (1940-1946) se observó una notable estabilidad política y un crecimiento económico. Entre 1940 y 1945, el PIB creció a un ritmo de 7.3 por ciento, índice nunca antes alcanzado en la etapa postrevolucionaria.

Los regímenes presidenciales de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés proporcionaron los medios para alentar el crecimiento económico, la consolidación del mercado interno y la inserción de México en la economía mundial. La actividad industrial registró un vigoroso crecimiento. La tasa de crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) alcanzó entre 1947 y 1952 un promedio anual del 5.7%, con un gran crecimiento en la producción de la energía eléctrica y el petróleo y también de la industria manufacturera y de construcción.

Crecimiento hacia adentro

De 1956 a 1970 la economía mexicana gira ciento ochenta grados, creciendo hacia adentro, vía la sustitución de importaciones; es decir, México debía producir lo que consumía. La economía mexicana estuvo basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros por los que pasó el país.

El crecimiento industrial en el período 1940 -1970 mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido, aunque basado en un mercado cautivo que le proporcionaba la política proteccionista diseñada por el Estado, situación que trajo como consecuencia el desarrollo de empresas sin competitividad con el exterior, que les impidió consolidarse a través de la exportación hacia mercados extranjeros; condición que impediría la creación de una verdadera industrialización moderna e independiente que contribuyera el desarrollo social del México posrevolucionario.

Lazaro Cardenas del Rio

La Guerra Cristera (también conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada) en México consistió en un conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1928, entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resintieron la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia católica.

La original Constitución mexicana de 1917 establecía una política que lejos de separar al Estado de la Iglesia, negaba la personalidad jurídica a las iglesias, subordinaba a éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los así llamados "ministros del culto" e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil, entre civiles, efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.

Contenido [ocultar]
1 Antecedentes
1.1 La Ley Calles
2 Los Cristeros
2.1 La Guerra
2.2 Las negociaciones
3 Batallas Importantes
4 Fin del conflicto
5 El modus vivendi
6 Véase también
7 Enlaces externos
8 Referencias


[editar] Antecedentes[editar] La Ley Calles
Boicot en contra de la Ley CallesEn 1926, el presidente Plutarco Elias Calles,general revolucionario, promovió la reglamentación del artículo 130 de la Constitución a fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los severos controles que la Constitución de 1917 estableció como parte del modelo de sujeción de las iglesias al Estado aprobado por los constituyentes. Estos instrumentos buscaban limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero dadas algunas características de la legislación, como el hecho que se obligaba a los ministros de culto a casarse y se prohibía la existencia de comunidades religiosas es posible afirmar que tenían un claro sesgo anti-católico por ser esta confesión la única que en México cuenta con ministros solteros y con comunidades en las que personas deciden convivir.


"Escena de Viernes Santo en pleno siglo XX", del archivo del Presbítero mexicano Jesús María Rodríguez †.La ley reglamentaria del 130 constitucional facultaba, siguiendo el dictado de la Constitución, a los gobernadores de los estados de la República a imponer cuotas y requisitos especiales a los "ministros del culto". Tal fue el caso de los gobernadores más radicales, como Tomás Garrido Canabal del estado de Tabasco quien decretó normas que iban incluso más lejos, pues obligaban a los "ministros del culto" a casarse para poder oficiar, mientras que en estados como Chihuahua se pretendió forzar a la Iglesia católica a operar con un número mínimo de presbíteros, mientras que en Tamaulipas se prohibió oficiar a los sacerdotes extranjeros.

Es de 1925, con apoyo de la CROM se creó la Iglesia Católica Nacional Mexicana, dotándola de edificios, recursos y medios para romper con El Vaticano. Confrontada con esta situación, la Iglesia intentó reunir dos millones de firmas para proponer una reforma constitucional. La petición de los católicos mexicanos fue rechazada. Los católicos llamaron y realizaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto causó severos daños a la economía nacional, al tiempo que sirvió para que las posiciones de distintos grupos dentro de la propia Iglesia católica en México se radicalizaran.

[editar] Los Cristeros
Cristeros de San José de Gracia, Michoacán, al centro con sable Anatolio Partida, a la derecha, Honorato GonzálezLa radicalización hizo que en zonas de los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de Zacatecas, en la Ciudad de México, y en la península de Yucatán creciera un movimiento social que reivindicaba los derechos de libertad de culto en México. La dirigencia del movimiento, cercana pero autónoma respecto de los obispos mexicanos, creyó viable una salida militar al conflicto. En enero de 1927, empezó el acopio de armas; las primeras guerrillas estuvieron compuestas por campesinos. El apoyo a los grupos armados fue creciendo, cada vez se unían más personas a las proclamas de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe! lanzadas por quienes fueron conocidos como los cristeros.

El origen del sustantivo cristero es disputado. Hay quienes consideran que fueron ellos mismos quienes utilizaron el nombre primero para identificarse, pero hay investigadores del fenómeno, como Jean Meyer, quienes consideran que, en sus orígenes, era una expresión despectiva, usada por agentes del gobierno federal, derivada de cristiano.

En todo caso, los que se conocían como cristeros fueron capaces de articular rápidamente una serie de descontentos locales con las consecuencias de la Revolución Mexicana, así como de aglutinar en torno suyo a grupos que, por distintas razones, se oponían a lo que ya para entonces se conocía como el "Grupo Sonora", nombre creado por el origen sonorense de los presidentes Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. No sólo eso, la Cristiada, como también se le conoce, logró un uso muy eficaz de símbolos religiosos profundamente arraigados en las prácticas colectivas en México. Este uso de símbolos como la Virgen de Guadalupe.

[editar] La Guerra
Cristeros colgados en JaliscoLos alzamientos comenzaron en Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán por el año 1926, luego se sumó casi la totalidad del centro del país. El conflicto tuvo un carácter fundamentalmente rural aunque la dirección de la Liga fue eminentemente urbana. Los cálculos más optimistas consideran que hacia 1927, las fuerzas cristeras rondaban los 12 mil efectivos y dos años después, en 1929, habían alcanzado los 20 mil. Semejantes números son dignos de consideración por varias razones. En primer lugar, los obispos mexicanos, con muy contadas excepciones se distanciaron rápidamente del movimiento armado, desconocieron a la Liga y trataron de negociar la paz con el gobierno de Calles con la mediación del gobierno de los Estados Unidos.

En segundo lugar, porque México recién había superado un prolongado y muy costoso conflicto armado que ensagrentó durante poco más de siete años buena parte del país. No sólo eso, los cristeros eran un ejército irregular (a pesar de que contaron con algunos militares de carrera en sus filas), que no esperaban recibir pago y que no contaban con mecanismos formales de aprovisionamiento, reclutamiento, entrenamiento, atención a sus heridos o cuidado de los deudos. A diferencia de otros grupos armados en la historia de México, no practicaron la así llamada 'leva' (una práctica por la que se obliga a personas a sumarse a un ejército). Finalmente, a diferencia muchos grupos armados durante la revolución y antes durante el siglo XIX, el mercado estadounidense de armas estuvo —al menos formalmente cerrado para este grupo, por lo que no pudieron adquirir armas o municiones y debían depender de armamento anticuado (mucho de él excedentes de la Revolución de 1910-1917) y operar con muy escasa munición.

En 1928, luego de una tortuosa reforma de la Constitución de 1917 y a pesar de que la Revolución mexicana había iniciado al grito de "sufragio efectivo, no reelección", el ex presidente Álvaro Obregón contendió como candidato virtualmente único en las elecciones presidenciales. El Grupo Sonora, se pensaba en ese entonces, repetiría la fórmula seguida 40 años antes por el grupo Oaxaca, encabezado por Porfirio Díaz, para reformar paulatinamente la Constitución. Se decía, sin embargo, que Obregón —a diferencia de Calles— no tenía interés en continuar con el conflicto, por lo que llegaría a un acuerdo para acabar con la guerra. Obregón, sin embargo fue asesinado por José de León Toral en el restaurante "La Bombilla" en el Distrito Federal. Obregón había acudido ahí a participar de un desayuno ofrecido por los legisladores del bloque parlamentario que le apoyaba.

[editar] Las negociacionesAl llegar a Emilio Portes Gil, comenzó una larga negociación, en la que participó como mediador, el recién llegado embajador estadounidense Dwight Morrow. Por su parte, la Santa Sede designó al todavía Obispo de Tabasco Pascual Díaz Barreto, como secretario del Comité Episcopal nombrándolo "intermediario oficial" para solucionar el conflicto Iglesia-Estado, a pesar de provenir de una diócesis pequeña, marginada y muy golpeada por los excesos de los gobiernos federal y estatal en la aplicación de las leyes en materia de relaciones Estado-Iglesia. Junto con el delegado apostólico Señor Leopoldo Ruiz y Flores, se entrevistaron con el presidente, Lic. Emilio Portes Gil, para llegar a un acuerdo el 21 de junio de 1929 sobre la cuestión religiosa.[1]

Se logró un acuerdo de amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acordó devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo. Sin embargo, para ese entonces existía una profunda división en el seno de Iglesia en México. La fractura afectaba desde la cúpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayoría estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero habían tres, muy combativos, opuestos al acuerdo. El más decidido de los obispos en contra del acuerdo fue monseñor Leopoldo Lara y Torres, obispo de Tacámbaro en Michoacán. En el otro extremo, presionando para que se lograra un acuerdo con el gobierno, se encontraban los obispos de la Ciudad de México José Mora y del Río y de Tabasco Pascual Díaz Barreto S.J.

Más importantes, acaso, que las divisiones fueron las consecuencias que el conflicto y el desempeño de los laicos católicos vinculados a la Liga tuvieron para marcar el futuro de las relaciones entre laicos y obispos en el seno de la Iglesia católica en México. Como consecuencia de la ruptura entre la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y los obispos mexicanos, estos últimos desarrollaron una política de creciente centralización y control de las actividades de los laicos católicos mexicanos por medio de la Acción Católica Mexicana.

En todo caso, la Liga y la mayoría de los efectivos de los ejércitos cristeros no aceptaron el acuerdo, así que estimaciones de personajes cercanos a la Liga señalan que de unas 50 mil personas involucradas directa o indirectamente en las acciones militares, sólo 14 mil depusieron las armas, aunque estas cifras han sido motivo de debate.

La gurra cristera

La Guerra Cristera (también conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada) en México consistió en un conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1928, entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resintieron la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia católica.

La original Constitución mexicana de 1917 establecía una política que lejos de separar al Estado de la Iglesia, negaba la personalidad jurídica a las iglesias, subordinaba a éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los así llamados "ministros del culto" e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil, entre civiles, efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.

Contenido [ocultar]
1 Antecedentes
1.1 La Ley Calles
2 Los Cristeros
2.1 La Guerra
2.2 Las negociaciones
3 Batallas Importantes
4 Fin del conflicto
5 El modus vivendi
6 Véase también
7 Enlaces externos
8 Referencias


[editar] Antecedentes[editar] La Ley Calles
Boicot en contra de la Ley CallesEn 1926, el presidente Plutarco Elias Calles,general revolucionario, promovió la reglamentación del artículo 130 de la Constitución a fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los severos controles que la Constitución de 1917 estableció como parte del modelo de sujeción de las iglesias al Estado aprobado por los constituyentes. Estos instrumentos buscaban limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero dadas algunas características de la legislación, como el hecho que se obligaba a los ministros de culto a casarse y se prohibía la existencia de comunidades religiosas es posible afirmar que tenían un claro sesgo anti-católico por ser esta confesión la única que en México cuenta con ministros solteros y con comunidades en las que personas deciden convivir.


"Escena de Viernes Santo en pleno siglo XX", del archivo del Presbítero mexicano Jesús María Rodríguez †.La ley reglamentaria del 130 constitucional facultaba, siguiendo el dictado de la Constitución, a los gobernadores de los estados de la República a imponer cuotas y requisitos especiales a los "ministros del culto". Tal fue el caso de los gobernadores más radicales, como Tomás Garrido Canabal del estado de Tabasco quien decretó normas que iban incluso más lejos, pues obligaban a los "ministros del culto" a casarse para poder oficiar, mientras que en estados como Chihuahua se pretendió forzar a la Iglesia católica a operar con un número mínimo de presbíteros, mientras que en Tamaulipas se prohibió oficiar a los sacerdotes extranjeros.

Es de 1925, con apoyo de la CROM se creó la Iglesia Católica Nacional Mexicana, dotándola de edificios, recursos y medios para romper con El Vaticano. Confrontada con esta situación, la Iglesia intentó reunir dos millones de firmas para proponer una reforma constitucional. La petición de los católicos mexicanos fue rechazada. Los católicos llamaron y realizaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto causó severos daños a la economía nacional, al tiempo que sirvió para que las posiciones de distintos grupos dentro de la propia Iglesia católica en México se radicalizaran.

[editar] Los Cristeros
Cristeros de San José de Gracia, Michoacán, al centro con sable Anatolio Partida, a la derecha, Honorato GonzálezLa radicalización hizo que en zonas de los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de Zacatecas, en la Ciudad de México, y en la península de Yucatán creciera un movimiento social que reivindicaba los derechos de libertad de culto en México. La dirigencia del movimiento, cercana pero autónoma respecto de los obispos mexicanos, creyó viable una salida militar al conflicto. En enero de 1927, empezó el acopio de armas; las primeras guerrillas estuvieron compuestas por campesinos. El apoyo a los grupos armados fue creciendo, cada vez se unían más personas a las proclamas de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe! lanzadas por quienes fueron conocidos como los cristeros.

El origen del sustantivo cristero es disputado. Hay quienes consideran que fueron ellos mismos quienes utilizaron el nombre primero para identificarse, pero hay investigadores del fenómeno, como Jean Meyer, quienes consideran que, en sus orígenes, era una expresión despectiva, usada por agentes del gobierno federal, derivada de cristiano.

En todo caso, los que se conocían como cristeros fueron capaces de articular rápidamente una serie de descontentos locales con las consecuencias de la Revolución Mexicana, así como de aglutinar en torno suyo a grupos que, por distintas razones, se oponían a lo que ya para entonces se conocía como el "Grupo Sonora", nombre creado por el origen sonorense de los presidentes Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. No sólo eso, la Cristiada, como también se le conoce, logró un uso muy eficaz de símbolos religiosos profundamente arraigados en las prácticas colectivas en México. Este uso de símbolos como la Virgen de Guadalupe.

[editar] La Guerra
Cristeros colgados en JaliscoLos alzamientos comenzaron en Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán por el año 1926, luego se sumó casi la totalidad del centro del país. El conflicto tuvo un carácter fundamentalmente rural aunque la dirección de la Liga fue eminentemente urbana. Los cálculos más optimistas consideran que hacia 1927, las fuerzas cristeras rondaban los 12 mil efectivos y dos años después, en 1929, habían alcanzado los 20 mil. Semejantes números son dignos de consideración por varias razones. En primer lugar, los obispos mexicanos, con muy contadas excepciones se distanciaron rápidamente del movimiento armado, desconocieron a la Liga y trataron de negociar la paz con el gobierno de Calles con la mediación del gobierno de los Estados Unidos.

En segundo lugar, porque México recién había superado un prolongado y muy costoso conflicto armado que ensagrentó durante poco más de siete años buena parte del país. No sólo eso, los cristeros eran un ejército irregular (a pesar de que contaron con algunos militares de carrera en sus filas), que no esperaban recibir pago y que no contaban con mecanismos formales de aprovisionamiento, reclutamiento, entrenamiento, atención a sus heridos o cuidado de los deudos. A diferencia de otros grupos armados en la historia de México, no practicaron la así llamada 'leva' (una práctica por la que se obliga a personas a sumarse a un ejército). Finalmente, a diferencia muchos grupos armados durante la revolución y antes durante el siglo XIX, el mercado estadounidense de armas estuvo —al menos formalmente cerrado para este grupo, por lo que no pudieron adquirir armas o municiones y debían depender de armamento anticuado (mucho de él excedentes de la Revolución de 1910-1917) y operar con muy escasa munición.

En 1928, luego de una tortuosa reforma de la Constitución de 1917 y a pesar de que la Revolución mexicana había iniciado al grito de "sufragio efectivo, no reelección", el ex presidente Álvaro Obregón contendió como candidato virtualmente único en las elecciones presidenciales. El Grupo Sonora, se pensaba en ese entonces, repetiría la fórmula seguida 40 años antes por el grupo Oaxaca, encabezado por Porfirio Díaz, para reformar paulatinamente la Constitución. Se decía, sin embargo, que Obregón —a diferencia de Calles— no tenía interés en continuar con el conflicto, por lo que llegaría a un acuerdo para acabar con la guerra. Obregón, sin embargo fue asesinado por José de León Toral en el restaurante "La Bombilla" en el Distrito Federal. Obregón había acudido ahí a participar de un desayuno ofrecido por los legisladores del bloque parlamentario que le apoyaba.

[editar] Las negociacionesAl llegar a Emilio Portes Gil, comenzó una larga negociación, en la que participó como mediador, el recién llegado embajador estadounidense Dwight Morrow. Por su parte, la Santa Sede designó al todavía Obispo de Tabasco Pascual Díaz Barreto, como secretario del Comité Episcopal nombrándolo "intermediario oficial" para solucionar el conflicto Iglesia-Estado, a pesar de provenir de una diócesis pequeña, marginada y muy golpeada por los excesos de los gobiernos federal y estatal en la aplicación de las leyes en materia de relaciones Estado-Iglesia. Junto con el delegado apostólico Señor Leopoldo Ruiz y Flores, se entrevistaron con el presidente, Lic. Emilio Portes Gil, para llegar a un acuerdo el 21 de junio de 1929 sobre la cuestión religiosa.[1]

Se logró un acuerdo de amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acordó devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo. Sin embargo, para ese entonces existía una profunda división en el seno de Iglesia en México. La fractura afectaba desde la cúpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayoría estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero habían tres, muy combativos, opuestos al acuerdo. El más decidido de los obispos en contra del acuerdo fue monseñor Leopoldo Lara y Torres, obispo de Tacámbaro en Michoacán. En el otro extremo, presionando para que se lograra un acuerdo con el gobierno, se encontraban los obispos de la Ciudad de México José Mora y del Río y de Tabasco Pascual Díaz Barreto S.J.

Más importantes, acaso, que las divisiones fueron las consecuencias que el conflicto y el desempeño de los laicos católicos vinculados a la Liga tuvieron para marcar el futuro de las relaciones entre laicos y obispos en el seno de la Iglesia católica en México. Como consecuencia de la ruptura entre la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y los obispos mexicanos, estos últimos desarrollaron una política de creciente centralización y control de las actividades de los laicos católicos mexicanos por medio de la Acción Católica Mexicana.

En todo caso, la Liga y la mayoría de los efectivos de los ejércitos cristeros no aceptaron el acuerdo, así que estimaciones de personajes cercanos a la Liga señalan que de unas 50 mil personas involucradas directa o indirectamente en las acciones militares, sólo 14 mil depusieron las armas, aunque estas cifras han sido motivo de debate.