martes, 7 de junio de 2011

epoca colonial

Historia económica, política y social de México

Enviado por evander
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La conquista de México Tenochtitlan.
La expedición de Cortés es la tercera que envía Diego de Velázquez gobernado de Cuba con fines de exploración y comercio. Tocan tierra en Yucatán. Encuentran a Aguilar, español que ha aprendido la lengua maya. En Campeche obsequian a cortes a la India Malí sí, que habla nahuatl y maya.
Funda Veracruz, Moctezuma le pide no continuar. Confunde a los emisarios con sus caballos y cañones. Cortes al avanzar hacia el interior, se da cuenta de las fuertes rivalidades entre los indígenas. Al llegar a Tlaxcala derrota a Xicotencatl y establece una alianza con los tlaxcaltecas.
Avanza por sola y protestando una posible emboscada realiza la matanza de Toluca. Llega a México, Moctezuma lo recibe y le entrega simbólicamente la ciudad, cortes hace que le muestran los libros de tributos y los mapas de la tierra. Llega a México un mensajero del resguardo de Cortés en Veracruz, le avisa de una expedición capitanea por Pánfilo Narváez con órdenes de aprehenderlo y regresarlo a Cuba.
Cortés hacer prisionero a Moctezuma, deja a Pedro de Alvarado a cargo de la ciudad, sorprende a Narváez y lo derrota. Alvarado permite una celebración religiosa e intenta despojar a los indígenas de sus joyas ceremoniales, desencadena la matanza del templo mayor, y de esta manera se realiza el levantamiento de los mexicas en Tenochtitlan.
Cortés regresa a México en medio de una rebelión de mexicas y se lamenta que estallara la rebelión. Los mexicas mantienen sitiados a los españoles que se han atrincherado en el palacio de Moctezuma. Cortés intenta apaciguar la rebelión utilizando a Moctezuma pero los tenochcas se sienten traicionados por su emperador y esto culmina en el asesinato de Moctezuma.
Los españoles son superados por los mexicas Cortés huye por medio de puentes portátiles, pierde mucha gente y casi todo el botín "es la derrota, la noche triste". Cortés se refugia en Tlaxcala durante el camino es atacado por grupos indígenas logra derrotar a algunos en Otumba. Los mexicas se dedican a reconstruir la ciudad no creen que los españoles regresen.
Estalla una peste de viruela en la ciudad, traída por un negro de la expedición de Narváez. Muere por la peste Cuitlahuac sucesor de Moctezuma.
La peste a diezmado a la población y los españoles vuelven sobre la ciudad, Cortés Corta los abastecimientos y establece alianzas entre los pueblos contra los mexicas. Al mismo tiempo que avanza el cerco de cortes, se suceden riñas internas entre la clase dominante, y son asesinados todos los príncipes y los hijos de Moctezuma. Cortés, fuertemente apertrechado arrasada la ciudad.
Los mexicas están desmoralizado, "donde están nuestros príncipes", "quién es el que nos inspira valor". Los tenochcas que aun quedan hacen base en Tlatelolco y se enfrentan a los españoles, hacen cautivos a algunos españoles y varios indígenas aliados de los mismos y los sacrifican frente al ejército de Cortés.
El hambre azota la ciudad, mientras que los españoles y sus aliados forman un numeroso ejército. Perece Tlatelolcatl uno de los últimos jefes mexicas, la rebelión comienza extinguirse. Capturar a Cuauhtemoc último emperador mexicas el día 13 de agosto de1521, con lo que el episodio de la conquista de México Tenochtitlan llega a su fin.
La ganadería.
Los problemas técnicos y humanos que afrontó la agricultura no se presentaron en y desarrollo de la ganadería. En el campo de la riqueza ecuatorial la cultura indígena no ofreció a los conquistadores ninguna especie de ganado. La introducción inicial de las diversas especies de ganados en cantidades reducidos por las dificultades de transporte se transformó en una fabulosa población animal. Los reales de minas utilizaron la ganadería como fuerza motriz, de carga y fuente básica de alimentación. Los mayores problemas suscitados por la ganadería derivaron de su progresivo aumento.
El ganado caballar fue el primero en hacerse presentes como cabalgadura. Algunos nobles y caciques indígenas alcanzaron el privilegio de poseer caballo, distinción que por ley se les restringió más tarde. La rápida multiplicación del ganado caballar redujo su precio y hasta los españoles y mestizos pobres dispusieron de caballo.
Las telas de abrigo exigidas por el clima y la costumbre europea, hicieron que el ganado lanar u ovino ocupara lugar destacado en la incipiente economía colonial interna, lo mismo que de ganado caprino, este último muy solicitado por la dieta de los peninsulares y conveniente por su adaptabilidad a tierras secas y quebradas. Los miembros del clero, cuyo vestuario también requería lana como materia prima, resultaron empeñosos propulsores de ganado ovino, fomentando la crianza del mismo.
Peonia era una porción de tierra de 50 pies de ancho y 100 de largo. La caballería media 100 pies de largo y 200 de ancho (0.41 Km2). Por lo común se le conoció, con el nombre de sitios de ganado. Estos limites fueron el origen de la estancia, unidad ganadera de la Nueva España. Las medidas citadas datan de 1513 y fueron aplicadas hasta que se dio la evolución del sitio a la estancia, unidad ganadera peculiar de la Nueva España. Las medidas situadas datan de 1513.
Los dueños de las estancias Toluqueñas, saturadas de ganados trasladaron sus rebaños a la inmensa zona comprendida entre el río San Juan y Zacatecas. La región adyacente más tarde conocida como el Bajío, se transformó en el sostén agropecuario de la minería guanajatense.
El proteccionismo del gobierno central se manifestó en las instrucciones recibidas por los Virreyes. Así, las dadas a Velasco, 1550, serían las de comisionar a un oidor de la audiencia para que visitara las estancias sin ser requerido por los indios y viera si estaban en perjuicio. En la nueva Galicia, la falta de población aborigen sedentaria, contribuyó al aumento de ganado que se dispersó con entera libertad por tierras que nadie reclamaba. D.
Medidas encaminadas a precaver los daños de labranza y pueblos indígenas fue la de establecer la distancia que debía separar sus propiedades de las estancias de españoles. Las ordenanzas del 26 de mayo de 1567, modificadas por reales cédulas de 1687 y 1695. Las primeras debían haber un espacio de 1000 varas entre las estancias y los poblados; las cédulas reales alargaron la distancia a 1100 varas.
La institución de la Mesta fue la asociación de dueños del ganado formado por propietarios de estancias que a la ves la eran de ganados. El cabildo de la ciudad de México estableció en 1529 la organización de la Mesta local. En 1537 el cabildo promulga las primeras ordenanzas autorizadas por el virrey de Mendoza en 1539. los alcaldes de la Mesta estaban facultados para perseguir delitos de robos de ganado y castigar a los culpables. denunciaron mitad
El auge de la ganadería era palpable a mediados del siglo XVI en 1553 las estancias de Jilotepec tenían entre 20 y 30 mil cabezas de ganado menor. Dos años después, 1555 el Valle de Matalcingo 60 estancias sumaban más de 150 mil cabezas de ganado vacuno yeguas.
A partir de 1580 se empezó a observar una reducción apreciable en la multiplicación del ganado. No puede hablarse de una decadencia generalizada de la ganadería, sino más bien de un proceso natural de reajuste exigido por las condiciones del medio ya estabilizado en el XVII; reducción de pastos, uniformidad de las razas de ganado existentes, población consumidora limitada, legislación restrictiva que fijó límites a la estancia y número de animales. Todo orientándose a una nueva situación económica; ganadería y agricultura se van reuniendo en una forma de explotación más racional y utilitaria; la hacienda.
La minería.
El atractivo de los metales preciosos fue un factor importante en la conquista de la nueva España, se fueron descubriendo las grandes minas de plata. Zacatecas, descubierta en 1546. se convirtió en la segunda ciudad más importante de la nueva España. En 1552, las minas y Pachuca empezaron a explotadores. En 1554, descubren las minas de la región del Norte. En 1564, comienzan a explotar se las minas de Guanajuato.
El minero se enfrentó a muchos problemas en el siglo XVII, la escasez de mano de obra indígena se resolvió tratando de equilibrar las demandas de los mineros con las necesidades de los pueblos de indios en 1631, se autorizó un repartimiento limitado al 4% de los varones indígenas de un pueblo mayores de 18 años para las minas; también se facilitó la obtención de negros esclavos; trató de atraerse a las minas trabajadores asalariados ofreciendo un jornal de cuatro reales diarios, superior al pagado por muchos agricultores. Sin embargo, la mano de obra faltó. En el siglo XVII, decae sensiblemente la producción de plata.
Hubo otros problemas como la técnica extractiva de la plata se utilizaba la amalgamación con él azogue cuya producción quedó supeditada a este ingrediente. Declarado monopolio de la corona desde 1559. la irregularidad de los suministros hizo que el procedimiento de repartir equitativamente los azogues por mano de oficiales, pero no hubo el resultado positivo, siguieron dominando la preferencia y la especulación. A mitad del XVII, la producción de plata se reduce tanto que la economía de nueva España se repliega dentro de sus fronteras.
Transformaciones sociales.
Nueva España, deja de ser un lugar colonizado y de avanzado para los españoles, y se convierte en un país. Se crea la hacienda, como centro productor y centro de vida autosuficientes; se configuran nuevos complejos económicos.
Los encomiendas.
En cuanto a servicios religiosos la encomienda siempre fue muy deficiente, en lo que toca a Mercedes de encomiendas, la corona más bien confirmo, no siempre que buen grado, lo que aquí se había hecho. La corona hizo esfuerzos por evitar la aparición de nuevas encomiendas y su continuidad, así como hacer que los tributos de indios entraran al Real erario.
En el XVII la encomienda se encontraba en total decadencia, desde 1570 en adelante los encomenderos no gozaban del servicio personal de sus encomendados.
Así surgió el repartimiento; servicio retribuido con un salario. Los hacendados optaron en muchas ocasiones por pagar el tributo al encomendero, y alegaban que los indios preferían estar en la hacienda y no en los pueblos sujetos a encomienda.
La abolición legal y definitiva de la encomienda en el siglo XVIII fue un hecho ya consumado en el XVII.
Los obrajes.
La industria textil en nueva España implicaba competencia para uno de los principales productos de Castilla. El virrey Enríquez trató de impulsar la exportación de lana novohispana a la península ibérica. Las necesidades de un consumo local hicieron qué los obrajes en que se elaborarán telas de lana, algodón, jergas, frazadas sombreros y aún algunos en que se labraba la seda. Se extendieron a los principales centros del virreinato.
El obraje resultaba una empresa cuestionable, la principal inversión era la mano de obra. Empleaban a personas condenadas por diversos delitos a la prestación de servicios forzosos; a los trabajadores contratados, trataban de retenerlas endeudándolos con el adelanto de salarios y pagos en especie que les daban a elevado precio.
Se conceden nuevas licencias para abrir obrajes advirtiendo que no se emplean indios, o, en los casos en que se permitía, se solicitaban condiciones de buen tratamiento. México, Puebla, Oaxaca y Valladolid. En 1599 estas ciudades, por ser cabezas de obispado, se facilitarían las visitas de autoridades civiles y eclesiásticas que velan por el buen tratamiento y libertad de los trabajadores.
Las autoridades se empeñan en reducir los obrajes, ante las quejas por el mal tratamiento de los indios, se trató de que los obrajes adquirieran esclavos negros, no se llevó a la práctica porque resultaba excesivamente costosa.
Producción y demandas son imposibles de calcular debido al deficiente control y a la abundancia de obrajes y obrajuelos que escapaban de las visitas de las autoridades.
La república de los indios
  • A los indios trato de incorporárseles a la más pura cristiandad, según la entendían entonces los españoles conmovidos por las guerras que se desarrollaban dentro y fuera de Europa contra herejes e infieles.
  • Esta era la manera de pensar de la corona española, pero no de los hombres de empresa que llegaban mas a la nueva España a aprovecharse de los indios que a adoctrinarlos en las enseñanzas de Cristo. A este intento de explotación obedeció la creación de los cabildos en los pueblos de indios. Aun así hubo orden, pero falta de paz.
  • El pleito y la demanda de justicia ante el virrey, es instrumento de intromisión en ele orden indígena que pretendía dejarse a salvo de la voracidad de los españoles y gente mal intencionada.
  • En los pueblos de indios desaparece la complicada jerarquía de principales mayores, menores, medios, etc. Para dar paso a ala simple división entre macehuales o gente común y autoridades de la república, como nos lo indica muchas demandas y mandamientos de protección a favor de algunos caciques y principales que habían sido mandados a prestar servicio o conminados al pago del tributo, como lo hacían los macehuales.
  • Estas medidas de amparo y protección, para los caciques y principales, muestran la perdida de poder y prestigio de estos pueblos.
  • A la organización política de los pueblos de indios correspondió una organización económica: La comunidad, hubo cajas de comunidad, donde se guardaba el dinero del común, debidamente aseguradas.
  • El patrimonio principal de las comunidades eran sus tierras, su posesión para el común aprovechamiento, favoreciendo la cohesión social de los pueblos. De esta manera las agresiones e intereses en perjuicio de los indios hizo de estos grandes pleiteadores, maliciosos, siempre inconformes.
  • El mayor "cuchillo" de los indios eran los pleitos, pues servían de instrumento de los arribistas y vividores, mestizos, mulatos, españoles y hasta religiosos, ganado o perdido el pleito, consumían en su provecho la miserable hacienda de los indios.
  • Pese a tantas dificultades el modelo de pueblos y comunidades era el operante y único en la mente de las autoridades. Lo difícil era eliminar la malicia con que se le trocaba en instrumento de destrucción.
  • El clero moldeaba a la población indígena, y el antiguo espíritu comunitario de los pueblos favorecía la empresa, el enemigo de esta labor eran "los españoles" gente perversa para los religiosos. Con ello lograron un ascendiente sobre la población indígena, superior a la que tuvieron las autoridades civiles.
  • La organización social, política y religiosa trato de llevarse hasta los indios bárbaros. Las congregas y reducciones en que se intento asentarlos en el norte de la nueva España, tenían como modelo a los pueblos del centro. Aunque muchas congregas se dispersaron, se volvieron a integrar y dispersar a lo largo del XVII.
La república de los españoles.
  • La república de los españoles como cuerpo social y político no lo fue tan expresamente acotada y ordenada como la república de los indios en la legislación codificada, pues esta ultima fue materia de disposiciones y libros especiales en las distintas recopilaciones que se hicieron a lo largo de la época virreinal.
  • La república de los españoles esta mas implicada que expresa, pues su existencia y su modo de convivir se asumen como hecho dado y corresponden no a especificas leyes de Indias, si no a la legislación general del Reino de Castilla, que era al que los nuevos reinos americanos se habían agregado.
  • Podían aspirar a los cargos de cabildos todos los hombres que no fueran indios, "mestizos", negros o castas.
  • Se consideraban "españoles" no solo a los criollos, si no a los mestizos nacidos de unión legitima y a los que tuvieran una débil proporción de sangre india.
  • Los cabildos de ciudades y villas fueron un refugio de los criollos como vía de prestigio mas que de poder político, y lograron importancia en la sociedad novohispana poseída por el afán de honor y fama. Así también tuvieron esta función los grados académicos. Mientras que los cargos de verdadera importancia (oidor, abogado de la real audiencia y otros) se reservaban por lo general a peninsulares, (el de virrey, siempre).
  • Sin embargo la verdadera nobleza era la de España, el mayor honor era "la nobleza de Castilla", todo titulo de Castilla traía aparejado uno o más mayorazgos; pero había familias sin títulos aunque con mayorazgos, que constituían una especie de nobleza menor. El mayorazgo contribuye a la formación de grandes dominios urbanos y rurales, puesto que e vinculo se podía siempre sumar, pero nunca restar.
  • Los privilegios bien definidos crearon una sociedad estamental, en la que la situación de las personas se determinaba por el nacimiento y por la pertenencia a grupos preestablecidos, una sociedad dispuesta a rechazar cambios y gente advenediza.
  • La inquisición no solo sirvió como tribunal religioso, sino también político (Pues entonces no había la separación que se elaboro y aclimato años después) más eficaz.
Castas y gente menuda
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  • Fuera de todo orden de república andaba la gente menuda, mestizos, castas y negros, participaban en los desordenes de nota se les acuso de haber incitado a los indios en los grandes motines de la Ciudad de México (1624, 1692 y 1697), junto con ellos andaban españoles pobres y pícaros faltos de fortuna, sobrados de mañas y malicias, como los mestizos y castas. Muchos de ellos se destacaron como hábiles artesanos y lograron ser incluidos en ele seno de los gremios; fueron los capataces ideales en las haciendas de labor y en el manejo de los ganados, en las minas y los obrajes.
  • Los negros no sujetos a la esclavitud eran un constante quebradero de cabeza, las disposiciones que se reúnen en todos los otros libros, soluciones dictadas a partir del siglo XVI.
El ejercicio del poder.
  • En las relaciones del gobierno, debe considerarse por una parte, la envoltura o forma de las mismas, y por otra, los grupos y personas con poder. El poder de la Corona de Castilla sobre los dominios americanos de había afirmado prácticamente en el siglo XVI.
  • Para el siglo XVII, el regalismo de los juristas, hombres de doctrina y conciencia cristiana, se encargara de afirmar teóricamente el poder de la corona. El Papa otorga el Regio Patronato Indiano como sostén necesario para la empresa evangelizadora y política de las Indias.
  • Para ejercer el poder hubo una jerarquía bien organizada: En la península, un dispositivo central para todas las Indias: El rey y el consejo de Indias, cuerpo colegiado que actuaba como legislador, administrador y juzgado de ultima instancia. Mientras en la nueva España también existía un dispositivo central, compuesto por el virrey y la Real Audiencia. En los distritos o jurisdicciones había alcaldes mayores y en las villas y ciudades de españoles y pueblos indios estaban los cabildos.
  • El orden racional con sus aciertos y errores, fue el resultado de la labor de una inmensa burocracia, la mayor conocida hasta entonces en el mundo occidental.
  • A los ojos de los súbditos, el rey era un señor que protegía a sus vasallos. Para librarse de las propias autoridades de su fuero, los eclesiásticos solían hacer uso del recurso de fuerza, alegando que antes de su propio carácter de eclesiásticos, estaba su condición de vasallos del rey, "amo y señor natural".
  • Frente al clero secular hubo mas posibilidades de imponer el orden; El clero secular por su parte, no era tan secular en sus tendencias cuando se trataba de restársele poder. Era un grupo igualmente cerrado cuando se disputaban sus lugares y preeminencias.
  • Criollos y españoles con poder local competían por los puestos; Las familias con posibilidades lograban adueñarse de estos, para perpetuar su influencia en elites locales. A mas del prestigio para sus miembros, el cabildo tenia influencia en el comercio y otras actividades económicas de las villas y ciudades.
La situación económica y social hasta 1750
De 1640 a 1740 transcurren el llamado siglo de la depresión económica, sin duda los menos conocidos del periodo colonial, no parecen ocurrir hechos importantes.
Nace la hacienda y peonaje; sé naturalista la compra de cargos públicos y se difunde la concepción de patrimonio de los mismos; se establece la potencia económica y política de las corporaciones: iglesia, comerciantes, hacendados; se arraiga el dominio de una minoría blanca sobre la gran masa de indios y castas.
En este siglo como en el anterior El factor más influyente en la formación de la nueva sociedad es el sector externo; la relación con la metrópoli que veía las colonias como inagotable fuente de recursos para sus competencias con las potencias del viejo mundo. De ahí que el comercio y la minería intervinieran tan poderosamente en la economía de la Nueva España. Como consecuencia el siglo de la depresión, será también el del recurso interno, la de la formación de una economía colonial que tratará de adecuar sus sistemas de producción y de intercambio a los requerimientos locales.
Hasta hace poco se aceptaba la tesis de que el XVII, fue de depresión económica general se afirmaba que el catastrófico derrumbe de la población indígena durante el XVI heredó al XVII una aguda escasez de mano de obra que afectó todas las actividades económicas.
Se descubrió la existencia de una aguda crisis comercial en el XVII, por la máxima actividad en el tráfico trasatlántico en el periodo que va de 1596-1620.
Durante ese periodo la nueva España ocupó El papel principal como exportador de materias primas y como importador de artículos europeos, pero a partir de 1620 esta situación cambió en forma radical.
Las importaciones sufren un descenso de 20%, la nueva España ya no era un exportador exclusivo de oro y plata.
Se obligó a buscar capital dentro de la propia colonias. Y lo encontraron en los llamados mercaderes de la plata, en los comerciantes de la sólo de México. Quienes junto con la iglesia, eran los únicos que disponían de capital líquido.
La minería como la agricultura, la ganadería y el comercio dejan de atender los requerimientos de la metrópoli para convertirse en actividades dedicadas a satisfacer las necesidades internas. Incluso se transforman actividades tan tradicionales como la agricultura y promueve la aparición de una nueva agraria. Pero a partir de 1600 el derrumbe de la población redujo considerablemente el tributo y la agricultura indígena.
Desde 1600 comienza el desarrollo de la hacienda y el rancho manejado por españoles. La encomienda y el repartimiento forzoso de trabajadores fueron sustituidos desde 1632 por la contratación libre y remunerada de los operarios, por lo menos en derecho y en ciertas regiones de economía más desarrollada.
por causa del derrumbe de la encomienda se forman los peones acasillados, forma de trabajo que se prolonga hasta principios de siglo XX
El derrumbe demográfico fue aprovechado por los hacendados para ocupar tierras de las comunidades, ensanchar sus propiedades y comenzaba a dominar los reducidos mercados.
El estímulo de esta economía fuertemente arraigada en su región fue la minería, que a su ves rompió durante este mismo siglo las muchos ataduras que la unión con el sector externo.
Aquí sé la el auge de prisiones como Zacatecas provocados en gran medida por las exigencias de la metrópoli, que primero redujo el abasto de mercurio para enviarlo a Perú y luego obligó a los mineros a pagar deudas atrasados, produciendo la inversión directa en la explotación de los yacimientos.
Esta hacienda fue la quien desarrolló durante el siglo XVII en los alrededores de las ciudades de México, Puebla y Guadalajara. Su precisión consolidación a lo largo de esta canturía es uno de los hechos económicos y sociales más importantes de la historia colonial. Entre otras cosas, su desarrollo precipitó los cambios síntesis, si en el siglo XVI la agricultura y el abasto de productos agrícolas dependía de la población indígena, desde mediados del siglo XVII ya no ocurre lo mismo, para estas fechas los españoles habían creado una agricultura manejaba por ellos.
En suma, puede crisis que no hay depresión económica en la nueva España, pero sí una crisis profundos Sicilia di un nuevo ordenamiento de la dicotomía y la sociedad. Durante el siglo XVI insistió un sosiego señorial que vivía de la explotación del indígena, en el XVII la población blanca había creado una nueva economía, manejada. Los consumos unos sistemas más capitalista los que señoriales.
Las consecuencias sociales y políticas de esta transformación fueron también considerables se le otorgó a la minoría blanca los medios para asegurar su dominio sobre la población indígena.
La iglesia sufrió cambios profundos entre 1550 y 1630 perdió el fervor misionero de los años iniciales y cerró las puertas a las ideas renacentistas que en aquel tiempo algunos soñaban aplicar en la nueva España. La corona cedió a la iglesia el impuesto del diezmo.
Su en las canchas, pueblos y ciudades pequeñas eran la autoridad máxima ante quien se exponían los conflictos y problemas, además de representantes de la iglesia y el estado desempeñaban múltiples funciones.
En un escalón inferior al ocupado por la iglesia y el consulado de comerciantes estaban los grandes mineros y agricultores. El vuelco que en el siglo XVII experimentó la economía hacia la autosuficiencia fue esencial para la consolidación y mineros y agricultores. La minería fue vistosa durante este siglo, la escasez de capital y el bajo nivel tecnológico fueron impedimentos serios para su estabilidad económica. En cambio, las transformaciones que afectaron a la agricultura fueron determinantes en la aparición del grupo y fueron ricos y hacendados.
A mediados de siglo estos grupos ligados por intereses económicos, procedencia étnica y lazos de parentesco. Integraban la minoría y efectiva y realmente dirigía la colonia. Era la iglesia y no la fuerza civil la que mantenía la paz en la colonia y quien unía los diversos grupos étnicos y sociales en un solo bloque de creyentes. Era ella quien socialista, a la población. Estas enormes tareas de gobierno y consumación social le reparó privilegios y poderes que más tarde, cuando el estado trató que cancelamos, habría de originar uno de los conflictos más arduos y prolongados de la historia mexicana.
Las reformas implantados puro los Borbones buscaban remodelar tanto la situación interna de la Península como sus relaciones con las colonias. Se pretendía absorber todos los atributos del poder que se habían delegado en grupos y corporaciones así entonces se pretendía asumir la dirección política, administrativa y económica del reino.
Para comprender mejor la importancia dices estas reformas comienza oposición que suscitaron cuando se intentó su aplicación debe recordarse las características más importantes del gobierno creado por los Habsburgo. Se inspiraron en la doctrina de Santo Tomás, dos principios condensa esa doctrina:
1. - la sociedad y el orden público que la envuelve están regidos por preceptos hubo leyes naturales externas e independientes de la voluntad humana. Una virtud de estas leyes, la sociedad ha sido naturalmente organizadora en un sistema jerárquico en el cual cada persona o grupo cumple propósitos que, rebasando a personas y grupos, tratan de satisfacer los fines del orden natural.
2. - las desigualdades inherentes a esta sociedad jerarquizada supone que cada persona acepta la situación que le corresponde en ella y el cumplimiento de las obligaciones relativas a esa situación.
Estos principios de la filosofía política española formaron la conducta y los conflictos políticos de la sociedad colonial el principio de y toda sociedad, independientemente de su organización y religión está gobernada por leyes naturales, permitió la incorporación de los indios y de sus formas de cubiertas dentro del imperio español. La idea de que la sociedad se divide naturalmente en partidas orgánicas, a las cuales ley está asignadas diferentes jerarquías y señalados derechos y obligaciones relativas a su situación, legalizó la desigualdad social y la diferencia funcional que se creó en nueva España inmediatamente después de la conquista.
La recompensa de servicios mediante el otorgamiento de prebendas y la dotación de privilegios es uno de los rasgos típicos de la forma de dominio tradicional como arraigo en nueva España con gran fuerza y creó grupos y cuerpos extraordinariamente diferenciados.
En lugar de un proceso que hiciera a todos los ciudadanos iguales ante la ley y el estado burocrático se promovió una diferenciación de clases.
Finalmente, debe agregarse si esta racionalidad política interna del sistema crea barreras muy grandes al desarrollo racional de la economía el patrimonialismo es naturalmente opuesto al desarrollo racional de la economía por la arbitrariedad, que impone y distribuye la carga tributaria.
Las reformas político – administrativas.
Las reformas Borbónicas tuvieron cumple sentido político final cancelar una forma de gobiernos e imponer otras.
En fuegos España la corporación más poderosa tanto por su fuerza moral como por su riqueza y las funciones políticas que presenta, era la iglesia, y especialmente el clero regular. Los borbotones intentaron reducir la fuerza del clero asegurar prohibiendo la fundación de nuevos conventos en América. La compañía de Jesús, la orden más conflictiva por su adhesión al papa. Por su influencia indisputada en la educación superior, por su gran riqueza y su carácter independiente, fue sorpresivamente expulsada de todos los dominios americanos en 1767.
Sin duda el golpe más serio que afectó a la iglesia fue la Real cédula sobre enajenación de bienes raíces y cobro de capitales de capellanías y obras Pías para la consolidación de vales reales, expedida el 26 de diciembre de 1804. esta Real cédula extendía a la nueva España la política de desamortización que los Borbones habían comenzado a aplicar en España desde 1798. pues mandaba recoger como préstamo los capitales que se sacara de la venta de los bienes raíces de la iglesia, así como el capital circulante que ésta poseía o administrador en las colonias.
Esta estructura y destino especial que los bienes de la iglesia y la nueva España explica que la ejecución de la Real cédula provocara las más violentas y generales reacciones contra la metrópoli. Con excepción de los comerciantes ricos la célula afectaba a los principales sectores económicos de nueva España, y sobre todo a la agricultura.
La reales audiencia, la institución si más poderosa después del virrey, fue objeto de cambios que aceptaron su composición. Además de servir como asesor y consultó del virrey en muchos asuntos, estaba integrado por oidores y alcaldes del crimen (criollos y mestizos) aunque los reglamentos de la misma decían que éstos integrantes no podían ser más que españoles.
Entre las reformas administrativas de esta época como debe mencionadas la di los alcaldes mayores. Sus facultades comprendían y conocimiento en primera instancia de la jurisdicción civil y criminal en los pueblos de indios pero como ocurrió con casi todos los funcionarios de este tipo, los bajos salarios hicieron qué los alcaldes mayores violan los principios básicos de su cargo, es decir proteger al indígena. La corona les exigía a ellos y a sus tenientes letrados, una fianza y la presentación de fiadores para asegurar el pago de los impuestos que ellos recolectaban.
El crecimiento económico
El crecimiento en la economía obedeció a causas más profundos que las reformas borbónicas. De condiciones específicas de la estructura social y económica de la nueva España. Condiciones internas. Se observa en el cuadro un lento, pero progresivo aumento de la población, como prueba de esto.
la población
Se observó una recuperación importante de la población de la nueva España en la segunda mitad del siglo XVI.
Hay una distribución de los habitantes geográficamente desigual, México, Puebla, Guadalajara, Michoacán, Querétaro y Guanajuato es la zona más poblada, seguida por la región sudeste; Oaxaca y Yucatán, dejando casi sin blanco la faja más cercana a las costas y la extensión de tierra que pasó luego a los Estados Unidos.
La colonización del Norte que se inicio desde mediados del siglo XVI hasta la segunda mitad del XVII, por nuevos filones de plata.
La penetración de rusos, anglosajones y franceses en la frontera norte provocó una corriente migratoria que dio lugar a la formación de nuevos reales de minas. Los reales de minas más al sur, los presidios militares y las misiones jesuitas y franciscanas casi nunca formaron poblaciones de más de mil habitantes, como en el norte minero, el rasgo distintivo de estas aglomeraciones era volverse autosuficientes y autárquicas.
Los bienes que no se producían en el lugar se traían del centro, en caravanas que tardaban meses en hacer el difícil recorrido de las regiones desérticas, montañas y ríos, además de planicies desoladas. Se formo una sociedad y una economía distintas de la del centro y sur. Los pobladores se habituaron a bastarse a sí mismos porque allí no había indios de paz que trabajaran por ellos.
El Bajío desde 1790, era señalada como la más densamente poblada de todo el Reino. A diferencia del centro del país, se desarrolló una población no aglomerada en una u dos ciudades, si no en islotes que eran interdependientes entre sí.
Las comunicaciones entre esas ciudades eran débiles, era notable su dependencia del centro del país. De cresta manera todas las transacciones eran controladas desde la ciudad de México. Así entre más lejos estaba una población del centro, más dependía de él. Esto explica que hacia 1689 gran número de españoles residentes en la ciudad de México, se dedica al comercio. Después de comercio, los españoles de la península, monopolizaron la burocracia, la gran mayoría de los altos puestos eran de españoles.
Los españoles nacidos en México siempre fueron considerados como una raza de segunda clase, no podían aspirar a puestos políticos, estuvo los orillo a convertirse en abogados, sacerdotes o militares. En ello encontraron los fundamentos ideológicos para darse cuenta de su condición de ciudadanos de segunda clase. Asimismo, fortalecieron la conciencia de un sentido patriótico, de este grupo saldría más tarde la ideología y los caudillos de la revolución de independencia.
La fuerza de trabajo en y si sustentaba la sociedad tuvo una recuperación importante en el siglo XVIII.
El comercio exterior y la minería.
Al hablar del comercio exterior hay que referirse a los almaceneros de la nueva España, y sus contrapartes de Sevilla. Un acuerdo común unió a los comerciantes de uno y otro lado; mantener el monopolio comercial para su beneficio exclusivo.
La corona tuvo un control excesivo del tráfico con las colonias, con lo que el comercio exterior quedó rezagado ante el de otros países.
Cuando en 1778 los Borbones liquidaron el sistema de flotas y otorgaron libertad a todos los puertos y comerciantes americanos para realizar sus transacciones con España. Fueron los pequeños comerciantes del interior quienes más resueltamente se identificaron con estas medidas, aprovechando la coyuntura para oponerse al consulado de México.
La primacía de la ciudad de México fue también vulnerada por el contrabando, otra consecuencia del sistema comercial Los fletes altísimos que se cargaban a las mercancías para cubrir el costoso transporte de las flotas, de los múltiples impuestos que la corona imponía al comercio para obtener los ingresos que no le daban en la península, aumentaban el precio de venta de estas mercancías que invitaba al contrabando.
Se le otorgo a Inglaterra el permiso de la trata de negros con la nueva España, más un permiso para introducir mercancías en Veracruz, y otros puertos. Por estos conductos y el contrabando, los ingleses inundaron los mercados de la nueva España con mercancías baratas y calidad.
Las guerras de la metrópoli con Inglaterra y otros países, lograron que Inglaterra impusiera un bloqueo hacia las colonias, con lo que se aumentó el tráfico con navíos norteamericanos que sirvieron de enlace entre las colonias y la corona. A principios del siglo XIX y comercio estaba profundamente penetrado por los intereses comerciales del vecino del Norte, y la mayor parte de las transferencias se hacían en bancos norteamericanos.
La agricultura.
La agricultura experimentó un desarrollo aún más vigoroso; pero no fue parejo el crecimiento rápido de la producción en el Bajío, Guadalajara, Michoacán y el norte extremo.
En el norte extremo, los cueros, el ganado en pie, la lana y las carnes saladas representaban los principales productos de exportación de estás zonas. La región central y sur del país siguió el crecimiento general.
Chalco, Atengo y en el valle de Toluca, satisfacía la demanda del gran mercado de la capital. El trigo y la cebada los importaba del Bajío y de Puebla. Los valles de Puebla Tlaxcala, productores importantes de maíz, frijol; redujeron sus sembradíos de trigo.
La grana cochinilla tuvo un gran desarrollo en la primera mitad del siglo XVIII en Oaxaca, pero se estanco y decayó a finales del siglo.
En la intendencia de Veracruz, el cultivo de cereales tradicionales cubría sobradamente las necesidades internas, y con frecuencia se quemaba gran es parte de la producción de maíz. Falta de compradores. Durante y siglo XVIII los cultivos de la caña de azúcar y la vainilla, se desarrolla.
La agricultura del Bajío, Guadalajara, Michoacán y el norte era más comercial y estos orientada a mercados situados fuera de la región. La que se practicaba en el centro y sur se auto consumía que gran parte y sólo una porción pequeña de ciertos cultivos salía al exterior.
El Bajío, Guadalajara, Michoacán y el norte los dueños de la tierra son criollos, mestizos y castas, sin que falten los españoles e indígenas, pero que número reducidos.
El mercado género estas diferencias; uno amplio, abierto y en expansión. , Se sumó en el Bajío y el norte. Cuya penetración en ese mercado dependía de su capacidad de ofrecer precios bajos, la reducción de los precios no podía conseguirse rebajando los salarios o explotando más la mano de obra, porque esta era escasa.
A la inversa, la agricultura que se desarrolla durante y siglo XVIII en la parte central y sur del país arrastraba la herencia de las practicas indígenas tradicionales, y las deformaciones de la hacienda latifundista, que se había edificado sobre la explotación de la mano de obra y el control monopolico de los reducidos mercados urbanos.
En nueva España, la crisis agrícola originados por la reducción violenta de las cosechas fue mucho más intensa y dramática que en las sociedades europeas de la misma época porque la mayor parte de la población dependía de un solo producto, el maíz. El hambre, las caravanas de inmigrantes, la propagación de enfermedades y el incremento de los desocupados y mendigos, creó un ambiente de tensión y zozobra en las ciudades que culminaba en el motín o el incendio de las casas y graneros de los acaparadores.
Apenas se difundía la noticia de la pérdida de las cosechas, pequeños y medianos agricultores eran asediados por los acaparadores, quienes los presionaban a vender las pocas reservas que tenían del año pasado.
El campo se quedaba sin reservas desde los primeros días de crisis.
Cuando la mayoría que la población padecía, los hacendados y acaparadores obtenía sus máximas ganancias al vendedor a precios altísimos los granos y alimentos. Esto hacía a la hacienda una unidad beneficiaria de los efectos de la crisis, también le obtuvo el monopolio de la oferta de alimentos cuando todos sus competidores estaban arruinados
.
La desigualdad periódica de las cosechas afecto asimismo el régimen de propiedad de la tierra, los pequeños, medianos y grandes agricultores muestran que en tanto los últimos siguieron produciendo al año siguiente de la crisis, los primeros y los segundos se reponían con gran dificultad, o no lo lograban y hasta dejaban de ser propietarios. Pero así como el pequeño agricultor no soportaba dos o tres años malos, el gran hacendado difícilmente sobrevivir a tres o más años continuamos de buenas cosechas y precios bajos. Todos los estudios recientes muestran que una familia muy pocas veces lograba conservar sus tierras más allá de la tercera generación.
La iglesia con enorme peso social, político y moral, le abrió tres vías para intervenir directamente en la agricultura; 1) como propietaria; 2) como receptora del impuesto pagado por los agricultores, y 3) como prestamistas de la mayor parte de los agricultores.
Uno de los soportes sobre los que se levantó la potencia de la iglesia fue el diezmo. Era un impuesto sobre la producción bruto. El pago del diezmo se hacía en especie, pues en ciertas épocas y regiones se hizo en dinero, en los años de mala cosecha obtenían grandes ganancias, como muestran sus entradas por venta del diezmo en los años de crisis. La iglesia recibía donaciones, legados testamentarios y diversos bienes de toda la población.
Los conventos y juzgados de capellanías y obras Pías dedicaron una parte de su capital a la compra de propiedades y otra muy considerable la prestaban bajo garantía hipotecaria. Los mayores beneficios de estos préstamos fueron para los agricultores, quienes ante cualquier emergencia acudían al juzgado de capellanías en demanda de tal o cual cantidad, que aseguraban pagar en término de cinco o nueve años, obligándose a dar anualmente cinco por ciento del total del dinero recibido en préstamo.
Inestabilidad social y desajuste político.
Las grandes transformaciones administrativas, políticas, económicas y sociales que padece el país en esta época no producen estabilidad, ni el movimiento de 1810 es provocado principalmente por una revuelta popular que viera en él la vía para una solución de sus aflicciones sociales y políticas.
Desequilibrios de la sociedad novohispana ocasionados por el rapidísimo crecimiento económico y las reformas borbónicas que lo acompañaron.
En nueva España la división crecimiento de los años 1770-1800 produjo efectos desestabilizadores, rompió un lentisimo reacomodo económico social, como por que se dio en el seno de una sociedad extremadamente desigual. Una de sus consecuencias fue desplazar del polo del crecimiento económico y de la concentración de la riqueza del centro del país hacia el Bajío, el occidente y el norte.
Otra consecuencia, buscada por las reformas económicas de los Borbones, fue el fortalecimiento del sector externo de la colonia, con el fin de hacerlo más dependientes de la metrópoli.
Así, al mismo tiempo que las reformas económicas y de política fiscal tornaron a Nueva España más colonia que nunca, el efecto multiplicador que tuvieron estas reformas en la economía interna, destacó la certeza, por una parte, de que la metrópoli solo cuidaba de sus intereses y que éstos solían contraria los de la colonia; Y por otra, que nueva España era auto suficiente, que su desarrollo y potencialidades podrían ser mayores si prescindía de su atadura con España.
Si el auge económico fue casi general, el reparto de sus beneficios, al contrario, no fue nada equitativo, dada la tremenda desigualdad social existente. El malestar y las expectativas provocadas por este reparto desproporcionado se intensificaron, por causa de la política que adoptó la corona con determinados grupos. Ganó privilegios al grupo de mineros y dejando a los agricultores y empresarios criollos fuera de las grandes ganancias, no tenían acceso a las retribuciones sociales y políticas que se daban a los españoles.
La presión tan intensa y generalizada que en esta época se ejerció sobre el grupo indígena sólo tiene comparación con los peores momentos de la conquista y primeros años de la colonización, muchas de las principales instituciones sociales y culturales que aún conservan fueron dislocadas o quebrantadas por el acelerado proceso de cambio económico que se vivió en que 1750 y 1800. Las tierras comunales sufrieron ésta ves el asalto combinado de la hacienda y el rancho en expansión; grandes haciendas, ingenios azucareros, ranchos y estancias ganaderas convirtieron a los campesinos tradicionales en peones y jornaleros.
Otra manifestación del desajuste social provocado por el crecimiento económico rápido fue la aparición de nuevos grupos que no tenían cabida en el orden establecido; las castas que hacia fines del siglo XVIII llega a formar el 22 por ciento de la población total. Mucho menos numeroso pero de mayor peligrosidad política fue el grupo de los nuevos ricos que nació con el auge, estos individuos repentinamente enriquecidos se adaptaba en forma imperfecta al sistema, y eran frecuentemente rechazados por éste.
La frustración social que de ellas se apoderó fue seguida de un proceso paralelo de frustración política. Las reformas Borbónicas incrementaron la frustración social y política de varias maneras. Por una parte, cerrando el paso de criollos y mestizos a puestos y posiciones políticas que su misma representatividad les había ganado; impidiéndoles el acceso a los altos puestos militares y eclesiásticos; marginándolos, en fin, de manera sistemática y creciente.
Así, desterrados de la vida política propiamente dicha, pero teniendo abierto el acceso a los cabildos municipales, los curatos y los niveles inferiores y medios del ejército, comenzaron a transformar estas instituciones en cuerpos políticos dedicados a la defensa de sus intereses. Es tu adquiere importancia política plena durante 1808 ante la abdicación del monarca español, el cabildo de la ciudad de México propone al virrey seguir provisionalmente en el gobierno. De esta proyección del cabildo surgió la crisis que acabó en la deposición del virrey. Asimismo es conocida la participación de curas y oficiales del ejército criollos en todas las conspiraciones anteriores a 1810.
El tercer factor fue la modernidad, la penetración en nueva España de las ideas y la cultura del siglo de las luces. Los principales introductores de las nuevas ideas y costumbres fueron en primer lugar los gobernantes y funcionarios encargados de llevar acabo las reformas Borbónicas. Quienes adoptaron estos hábitos con mayor pasión y rapidez fueron los nuevos ricos y la emergentes clase media urbana. Incorporar en la vida corriente los principios del despotismo ilustrado, aplicar el filantropismo social, racionalizar la administración y la hacienda pública, o simplemente combatir los monopolios, significó para estos hombres entrar en grandes pugnas con los intereses y grupos establecidos y más directamente ligados a la península. La batalla inicial la desataron los jesuitas. Sus enseñanzas y escritos introdujeron los cambios siguientes; aparición que las primeras críticas sistemáticas a los métodos y dogmas escolásticos, apertura a las nuevas corrientes y filósofos europeos, introducción de la física experimental o moderna en los cursos de filosofía, desarrollo del eclecticismo científico y adopción de nuevas orientaciones metodológica ser tanto en la recepción filosófica como en la enseñanza.
El padre Juan Benito de Gamarra, convirtió el colegio de San Francisco de Sales de San Miguel el Grande en un foco de modernidad. Su triunfo marca el momento en que las ideas renovadoras se imponen a las tradicionales de la institución más conservador, la propagación de la filosofía y la ciencia moderna ya no se detiene. Otro signo inminente del cambio ocurrido es el relajamiento e incapacidad del Santo oficio para reprimir y contener la circulación de obras prohibidas.
Se observa el esfuerzo obsesivo de esta generación por quebrantar la mentalidad tradicional, introducir de un golpe las ideas ilustradas y crear las condiciones para que se aplique a la realidad circundante. La nueva España entre 1770 y 1810 padeció las amargas quemaduras de la contradicción, la frustración y el desgarramiento interior.
De los varios grupos y sectores que promovieron el cambio mental e hicieron circular las nuevas ideas que estaban cambiando a su época, el formado por sacerdotes y prelados padeció con mayor intensidad que nadie el doloroso tránsito que habría de recorrer el país.
Con todo, la generación de gobernantes ilustrados cumplió cabalmente su tarea de puente entre un mundo que se resquebrajaba por todos lados y otro cuyos contornos contribuyeron a iluminar. Entre 1790 y 1810 la difusión de las ideas y la efervescencia social son más intensas que nunca en la nueva España.
La gran explosión que precipita al país a la época moderna tiene como antecedente esos tres procesos que hemos tratado de esbozar en las páginas precedentes; un rapidísimo crecimiento económico que destruyen toda las estructuras sociales forjados atravesó de un siglo de lento reacomodo y hace más evidentes las desigualdades existentes; una inflexibilidad casi total de la fábrica política y social para dar cabida a los nuevos grupos y absorber las contradicciones y expectativas creadas por el proceso anterior; y una difusión también acelerada de las ideas de la modernidad que le darán fundamento a los grupos marginados para proyectar y racionalizar sus reivindicaciones. No es un azar que el área del Bajío y Michoacán, que experimentó el mayor crecimiento económico, concentró el número más alto de criollos y albergo a los focos más avanzados de renovación intelectual, haya sido la matriz de la insurrección que encabezo Hidalgo.
Los actores del drama.
El sistema económico exportador o descansaba en la explotación minera y en el sector financiero y comercial que financiaba la producción de metales preciosos y su exportación a la metrópoli. En la segunda mitad del siglo XVIII, sobre todo a partir de 1740 y 1803 la minería alcanza un auge extraordinario.
El comercio exterior estaba controlado por unos cuantos firmas de asiento en las ciudades de México y Veracruz, y que guardaban estrechas relaciones con empresas de Cádiz. El decreto de comercio libre de 1778, que rompió el monopolio del puerto de Cádiz para comerciar con las colonias y levantó las prohibiciones de que nueva España comerciar con otros países americanos, a la larga fomento la proliferación de nuevos establecimientos comerciales. El decreto de comercio libre sirvió, para que algunos comerciantes, invirtiera fuertes capitales en la minería, contribuyendo así a su auge.
Muchos propietarios de minas empezaron su carrera como comerciantes y banqueros, mineros y comerciantes exportadores formaban el grupo económicamente hegemonico en la última época de la colonia.
Su hegemonía estaba ligada al mantenimiento de una economía de enclave, pues como su beneficio derivaba de la exportación a la metrópoli. Así su suerte privilegiada descansaba en la situación de dependencia de nueva España. En el seno de ese grupo privilegiado no podría encontrarse la menor oposición entre criollos y peninsulares. La distinción entre europeo y criollo se resolvía así en una generación.
Intereses comunes ligaban a la burocracia política con ese grupo. La gran mayoría de los puestos administrativos y militares importantes y aún en la carrera eclesiástica eran asignados a inmigrantes de la península. La burocracia política había aumentado considerablemente a partir de las reformas administrativas introducidos por los Borbones. Al grupo privilegiado de mineros y comerciantes la unía tanto su situación de poder común su común necesidad de mantener los lazos de dependencia la metrópoli.
El proceso de concentración de tierras y manos de unos cuantos hacendado criollos aumentaba. Con todo, las condiciones para una acumulación de capital en el sector agrario eran aleatorias. En los años de crisis, los hacendados dependían de sus fuentes de crédito. El capital financiero de que defendían estaba en manos de la iglesia. La inmensa riqueza de la iglesia provenía de tres fuentes. Recibía rentas de sus propiedades; el diezmo; pero su principal base económica radicaba en capitales impuestos a censo redimible sobre propiedades de particulares. Cada juzgado de capellanías, cada cofradía, era una especie de banco. Prestaba a los hacendados, a los industriales y a los pequeños comerciantes fuertes capitales a un interés módico y a largo plazo. El crédito de la iglesia era vital para los terratenientes, sobre todo en años de crisis.
La relativa liberación del comercio interior auspiciado por los Borbones y, sobre todo, el cierre del mercado a los productos provenientes de España, había propiciado una incipiente producción de bienes de consumo destinados al mercado interno. A fines del siglo XVIII la mitad de la población trabajadora estaba empleada en la industria textil y en el Bajío y 18% de la fuerza de trabajo se repartía entre la extracción minera y la pequeña industria. Para mantener la situación de dependencia, la corona había establecido miles de trabas legales que impedían la consolidación y ampliación de ese sector productivo. Se prohibieron expresamente muchas industrias para evitar la competencia a las españolas. La ampliación del mercado se veía obstaculizada también hubo un complejo sistema de tarifas aduanales y alcábalas, que entorpecían el comercio y encarecían mucho los productos. Sin embargo, las disposiciones no siempre se atacaban. El ingenio de los americanos y la prudencia de los virreyes se aunaron numerosas ocasiones para establecer industrias que la ley expresamente prohibía.
Las trabas eran, más formales que reales. La teoría legislativa resultaba inaplicable ante la fuerza con que empezaba a desarrollarse contra la ley la economía novohispana. Existía un desajuste entre la esfera legislativa y administrativa. Aquella no correspondía al progreso de la producción y se había convertido en una rémora inútil. Al contrario del sector exportador, terratenientes, clero e industriales gozaban su preeminencia económica en la ampliación del mercado interno. Y a ello justamente se oponía la política final seguida por los Borbones. Para sufragar sus perpetuas guerras, la corona aumento mucho sus impuestos y exacciones. A principios del siglo XIX, la nueva España suministraba a la metrópoli las 3 cuartas partes del total de sus ingresos de las colonias. La explotación colonial había llegado a su punto máximo.
El 26 de diciembre de 1804,un decreto real ordenaba la enervación de todos los capitales de capellanías y obras pías y exigía que se hicieran efectivas las hipotecas, vendiendo las fincas de crédito vencido. La economía interna de la colonia resintió terriblemente este despojo.
Por fin la regencia escucha las reiteradas quejas y ordenó el 14 de Enero de 1809, que cesaran los efectos de la célula. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, la nueva España vio reforzado su situación de dependencia, por una parte, el auge del sector exportador permitió la consolidación de los grupos económicamente dominantes; pero en cierta medida estimuló también la producción interna.
El antagonismo entre criollos y noche quienes nunca corrió con suerte entre las familias privilegiados. Más bien, sería creación de los letrados de las clases medias que se harán los voceros de los intereses americanos. La clase media mejor que ninguna otra, tenía conciencia de no poder realizar en la sociedad la función a la que su preparación y su vocación la orientaba. Su falta de un puesto adecuado en el mundo real los obligará a evadirse hacia el reino ideal de las artes y del saber. Esta sociedad formaba una elite intelectual unida por la insatisfacción común. Económicamente improductivo, esta intelligentsia acaparaba una arma terrible: la ilustración, depositada casi toda ella en sus manos. El aumento de la riqueza a fines del siglo XVIII había beneficiado la oligarquía económica y a la ves agudizado los contrastes sociales. En comparación con los peones rurales, los obreros de las minas, aunque trabajaban en condiciones sumamente duras, estaban mejor pagados. Con todo, su condición había empeorado a finales de siglo. Pero el problema más grave a principios del siglo XIX era el crecimiento desmesurado de la plebe en las ciudades. Esta plebe era caldo de cultivo para cualquier explosión violenta.
Ascenso a la revolución popular.
Con el levantamiento de Dolores el movimiento a favor de la independencia se transforma. Las grandes masas trabajadoras entran en escena. Su rápido inicio y la falta de organización lo convierten en un movimiento anárquico y explosivo. En San Miguel el grande, las tropas que comanda Allende se unen a las de Hidalgo.
Al carecer de pertrechos, después de derrotar a las tropas Españolas, Hidalgo por temor a que la turba saquee la ciudad, y por que del norte el ejercito de Félix María Calleja, que podría atacarlos en unos días, decide regresar a Celaya. El ejercito se divide, Allende marcha a Guanajuato con el grueso de las tropas. La plebe se levanta en varias ciudades, toman Guadalajara e Hidalgo se desplaza hacia ella. También en el norte y en el centro se toman varias ciudades, entre ellas San Luis, Zacatecas. José María Morelos comienza a levantar gente en el sur.
La revolución de 1810 es diferente a las anteriores, es un movimiento campesino. Hidalgo es de la idea de su clase, guardar el trono para Fernando VII, mientras tanto formar un congreso con representantes de todas las villas y las ciudades. Sin embrago al solicitar la ayuda del pueblo. Lo erigen como su representante, hasta convertirlo en vocero de sus propios deseos.
Muchos comienzan a cobrar conciencia que tras el orden instituido, subyacen los intereses de unos cuantos. Entre los criollos portadores de la ilustración comienzan a surgir criticas certeras. Desde el destierro de Villaurrutia, que dio mucho de que hablar, se acentúa la oposición entre criollos y gachupines.
Además, llegan noticias inquietantes, las tropas francesas han ocupado casi la totalidad del territorio Español, y varias colonias del sur y del caribe ya están gestando movimientos similares, apoyados en los ayuntamientos. Sin embrago la clase hegemonica, sostiene un férreo control de la situación y si los criollos quieren triunfar, tendrán que apoyarse en los campesinos.
Las grandes masas promulgan a Hidalgo "Generalísimo" y la rebelión toma un giro de apoyo hacia las clases populares; Hidalgo, al legislar en su nombre (Del pueblo), de hecho lo pone como soberano sin distinción de clase social. Hidalgo abroga los tributos, suprime la distinción de castas y por primera vez en toda América, declara abolida la esclavitud.
Allende no puede asimilar el sesgo de la rebelión y tiene diferencias con Hidalgo, por el partido que ha tomado.
Ante la rebelión popular la clase criolla acomodada, que no había tomado partido, se opone abiertamente a la rebelión, sobre todo el alto clero.
Los acontecimientos comienzan a ser desfavorables para la rebelión a partir de noviembre de 1810. Aunque el norte es tomado por los insurgentes, en el centro se alistan nuevos cuerpos del ejercito bien armados, con el apoyo de los mineros y hacendados. Hidalgo y Allende, camino a Monclova, son emboscados y capturados. Juzgados en Chihuahua y ejecutados, sus cabezas son exhibidas en la alhondiga de Granaditas de Guanajuato, donde a nombre del pueblo habían obtenido su primera victoria.
Aun así, en Zitácuaro se forma una "Suprema junta gubernativa de América", y Morelos se vuelve el dirigente popular que la rebelión requería.
Conforme avanza el movimiento, muchos de los elementos de la clase media, toman partido en su favor. A la sombra de Rayón y de Morelos, divulgan ideas ilustradas de la revolución. Algunos letrados como Joaquín Fernández de Lizardi y fray Servando Teresa de Mier, apoyan con sus escritos la rebelión insurgente.
Es este último, quien desarrolla con más fuerza los argumentos históricos y jurídicos en que apoyan los insurgentes su pretensión de independencia.
América posee, en efecto su propio "pacto social", que la constituyo como parte integrante de la monarquía española, y que Carlos V contrajo con los conquistadores y con los mismos indios a quienes considero vasallos a cambio de concederles exenciones y privilegios. De esta manera, se alegaba que las Américas son reinos independientes de España sin otro vinculo con ella que su rey. Ya que el soberano dotó a la Nueva España de todos los derechos de un reino independiente, con sus propias cortes y su propio consejo de indias, separado del consejo de Castilla, y de su propia jurisdicción eclesiástica. El único vinculo entre América y España es el soberano. Sin embargo estas garantías fueron alienadas por los sucesivos virreyes que pasaron por alto este pacto social. El movimiento insurgente inicia el rescate de ese origen perdido.
Siguiendo estas ideas, los únicos afectados serian los grupos que tenias su poder basado en la dependencia de América.
Estas ideas eran de la clase ilustrada que no podía adoptarlas hasta que el movimiento popular sea derrotado.
Morelos, por su parte, no se limita a reivindicaciones políticas. Su agrarismo, aunque moderado, es claro. Suprime las cajas de comunidad para que los labradores "perciban rentas de sus tierras como suyas propias". En sus sentimientos de la nación esboza un nuevo sistema teñido de un humanismo igualitario y cristiano.
En un plan abandonado en Cuautla, seguramente redactado por los seguidores de Morelos, se observa el rechazo del régimen colonial, ya que se observa un Igualitarismo nacido de la revolución, así, el régimen considerado es como modelo de opresión. Entonces las demandas de los americanos ya no se fundan en el pacto social, que los conquistadores establecieron con la corona, sino en los derechos de los Indios, antiguos y legítimos dueños del país.
Las tropas de Morelos emprenden una nueva campaña en el sur después de la evacuación de Cuautla. Toman Tehucán, dominan los actuales estados de Oaxaca y Morelos, y gran parte de los de Puebla y Veracruz. Después Orizaba y Jalapa, y por fin se apoderan de Acapulco.
Descenso y fin de la revolución popular.
Mientras la revolución en la Nueva España estallaba, en la isla de León, cerca de Cádiz, se reunían los españoles en ausencia del rey. Aunque, ahora las asambleas no tomaban una forma estamental, poco después de la rebelión de Hidalgo, la asamblea inicia sus sesiones.
Declararon que la soberanía residía en la cámara única, representante del pueblo. Los diputados americanos hablaron a favor de los derechos de las colonias, y asimilaron prontamente la ideología dominante, la gran revolución francesa. Los diputados europeos se negaban a aplicar estas doctrinas en las colonias. La situación colonizada de los americanos les permitía dar a las doctrinas liberales un alcance universal que los colonizadores vacilaban en asumir.
Con todo la lucha de los representantes de América fue un factor decisivo en la liberación del régimen colonial.
El 18 de Marzo de 1812 se firma en Cádiz la nueva constitución española, basada en gran medida en la francesa de 1793 y 1795, la cual otorgaba grandes poderes a las cortes, reduciendo el papel del rey al poder ejecutivo, proclamaba la soberanía del pueblo, decretaba la libertad de prensa y de expresión y abolía la inquisición. A la vez establecía la paridad de las colonias con la metrópoli, en lo que a cortes y distribución de empleos administrativos respecta.
El 30 de septiembre de 1812, el virrey Venegas la promulgo en México. Aunque nunca se aplico formalmente, impulso el movimiento electoral para integrar las diputaciones y favoreció su autonomía frente al virrey.
Mientras tanto, los insurgentes necesitaban establecer un cuerpo que tomara medidas urgentes de gobierno, y permanencia del movimiento. Por iniciativa de Morelos el 15 de septiembre de 1813, se reunió, en la ciudad de Chilpancingo, el congreso representante de las regiones liberadas. Desde sus inicios el congreso quedo casi dominado por la clase media. El 6 de noviembre el consejo de Chilpancingo rechazo la monarquía y estableció la república. De inmediato se comenzó a discutir la constitución apropiada para la nueva nación.
La constitución de Apatzingán, fruto del congreso, se inspiraba, al igual que la de Cádiz, en las constituciones francesas de 1793 y 1795. Establecía el sistema representativo nacional, la separación de tres poderes, los derechos del ciudadano y la libertad de expresión. Sin embargo, la constitución no consagraba ninguna medida agraria, ni sentaba las bases para ninguna reforma en el régimen de la tenencia de la tierra.
Con la instauración del congreso, la dirección política de la insurgencia pasaba a manos de un cuerpo colegiado, que actuaba material y espiritualmente, alejado de las masas, El choque del congreso con los caudillos populares, resultaba inevitable.
Mientras tanto Morelos intenta tomar la ciudad de Valladolid; pero es derrotado, desde entonces la estrella de la revolución declina. En los meses siguientes son derrotados Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana.
Félix María Calleja virrey desde el 4 de mayo de 1813, en sustitución de Venegas, suprime la nunca aplicada constitución de Cádiz y restablece la inquisición.
Calleja regresa a España y Juan Ruiz de Apodaca lo sustituye, y de inmediato inicia una política doble para aniquilar lo que queda de la rebelión. Ofrece indultos a los insurgentes e inicia una campaña militar decisiva. Ya solo quedan grupos aislados al mando de Guadalupe Victoria en Veracruz, y las guerrillas encabezadas por Vicente Guerrero.
La generosa expedición de Francisco Javier Mina es la ultima acción importante en la insurrección popular.
La oligarquía criolla en el poder.
Las largas campañas convirtieron cada ejército en una unidad autosuficiente, mas ligada al general que al poder central. En 1812 comenzaron a llegar tropas de Europa, la abierta preferencia que les demostraban los peninsulares, la discriminación en los premios otorgados, que les favorecían, fueron causas de general descontento entre las tropas de veteranos. Para 1820 la insatisfacción era general. Los oficiales criollos veían que a pesar de tantos años de guerra, no habían podido obtener los galones que creían merecer. Los soldados se encontraban pobres cansados y se sentían discriminados. Por otro lado muchos oficiales del ejercito empezaban a tener intereses comerciales nuevos. El ejercito controlaba el comercio interior al mayoreo.
Por otra parte el gobierno recayó en una junta, y en ella se privaba el mismo ambiente liberal de 10 años antes. Las cortes emitieron una serie de decretos en contra del poder temporal de la iglesia. La situación para la iglesia novohispana era particularmente grave.
Muchos funcionarios europeos empezaron a temer un movimiento encabezado por la iglesia. Agustín de Iturbide, es nombrado jefe del ejercito que habría de atacar a Vicente Guerrero, pero este mediante una hábil campaña epistolaria, logra la adhesión de los principales jefes militares. Lograda esta, redacta un plan en Iguala aclamado por los soldados.
El plan de Iguala logra unificar a toda la oligarquía criolla. El proyecto de independencia aparecía fuertemente ligado a otras dos ‘garantías’: el mantenimiento de la religión y del orden social, en la unión de todas las clases.
El 3 de agosto desembarca en Veracruz Juan de O’Donojú, nombrado jefe político de Nueva España. Queda sitiado en la ciudad por las tropas de Iturbide. En Córdoba, se reconoce la independencia, pero quedan a salvo los derechos de la casa reinante española.
Agustín de Iturbide al frente del ejercito trigarante, entra en la ciudad de México el día 27 de septiembre. Después de 10 años de luchas la independencia se ha consumado.
La proclamación de la independencia política no se termina con el proceso revolucionario. Los antiguos insurgentes van a reunirse de nuevo para continuarlo. Una vez mas los letrados de clase media van a tomar la iniciativa; pero ahora la revolución popular ha terminado y los letrados han perdido contacto real con el pueblo.
El 24 de febrero de 1822 se instala el congreso constituyente. Gracias a la convocatoria aprobada quedo dominado por la clase media. Sin embargo las pretensiones de Iturbide eran ser soberano único, apertrechandose en el plan de Iguala decía que al ser el portador de la voz del pueblo el debía ser el representante de la soberanía. Existe, pues, una doble pretensión de la soberanía, por una parte el poder ejecutivo dice detentarla, así como el aparato legislativo.
Se abre una pelea entre el congreso e Iturbide, la cual culmina con la elevación de Iturbide al trono y la instauración de una monarquía. En Michoacán, se organiza un complot para restablecer la república. Los conspiradores se entienden con algunos diputados. Iturbide aprovecha esto y manda detener 15 de ellos. El congreso queda disuelto el 31 de octubre. Iturbide justifica la institución de la monarquía, alegando que el proyecto del congreso era inaplicable para la realidad de la nación. Esta posición despótica le granjea a Iturbide la enemistad de los liberales dispuestos a luchar por la república, y la de los antiguos borbonistas que deseaban la restauración de la dinastía Española.
En Veracruz el 1° de enero de 1823, Antonio López de Santa Anna, se subleva, lanzando un proyecto republicano. Se unen a él, antiguos insurgentes como Guadalupe Victoria, Guerrero y Nicolas Bravo. Después los borbonistas hacen lo propio.
El 29 de Marzo 1823, acaba el efímero imperio; Iturbide abdica de la corona y parte poco después al exilio. El congreso restablecido, proclamó el derecho de constituir la nación en la forma que más le conviniera.
Mientras se establecía la constitución adecuada, el gobierno quedo confiado a un triunvirato, formado por Guadalupe Victoria, Nicolas Bravo y el general Pedro Celestino Negrete.
Problemas internacionales del nuevo país.
Del 24 de febrero al 27 de septiembre de 1821, todo parecía favorecer las aspiraciones de independencia y de paz.
Las cortes declaraban que el 12 de febrero que el convenio celebrado con O’Donojú era "ilegitimo y nulo en sus efectos para el gobierno español y sus súbditos".
Chile, Colombia y Perú fueron, por encontrarse en las mismas circunstancias, los primeros en reconocer la independencia de México; sin embargo Estados Unidos, no quiso adoptar una posición diferente a la europea.
En el congreso de Verona, reunidos en octubre de 1822, la Santa Alianza decidió ayudar a Fernando VII a restablecer su poder absoluto en España.
En 1823 se llego a temer que la Santa Alianza apoyara a España en la reconquista de sus colonias americanas, hasta que los primeros ministros de la Gran Bretaña y Francia acordaron que solo a España correspondía intentarlo.
Estados unidos parecía desear reclamar de nuevo Texas como parte de la Luisiana. Rusia reclamaba la propiedad de California y el reino de Guatemala había decidido independizarse al desaparecer el imperio mexicano.
El gobierno de México decidió entonces enviar como ministro plenipotenciario en la Gran Bretaña a Mariano Michelena. El tratado de amistad y comercio se firma el 6 de abril de 1825, después de resolver el problema de la libertad de cultos para los ingleses en México, los impuestos de importación y la definición de lo que se consideraría como barco Mexicano.
*El bloqueo de San Juan de Ulua a manos de Españoles, capitulo en 1825.
Los tratos con Francia, uno de los países que mas intereses comerciales tenia con México, había empezado de 1824 sin mayores resultados dados sus lazos con la Santa Alianza.
Los dos reconocimientos de independencia que desde el comienzo mas interesaban a México, el del Vaticano y el de España, fueron los mas tardíos. Fue una de las preocupaciones del gobierno republicano. Desde 1824 se envío al canónigo Francisco Pablo Vázquez como enviado ante la Santa Sede.
Guadalupe Victoria dio un paso mas para acercarse al Papa al asumir la presidencia y le escribió una carta en la que anunciaba la paz reinante en México, la buena nueva que la constitución consagraba a la católica como la religión única, su reciente elección y sus deseos de entablar relaciones. El Papa contesta a Victoria en 1825; lo felicitaba por la paz y concordia que decía existían en el país y expresaba satisfacción por el deseo de la nación mexicana de seguir siendo católica. El Vaticano sorpresivamente reconoció la independencia de México el 29 de noviembre de 1836.
El tratado de paz y amistad entre México y España fue firmado con toda solemnidad por Miguel Santa María en nombre de la República Mexicana y por José María Calatrava en el de España, el 28 de diciembre de 1836.
Problemas para establecer el estado.
A partir de 1804, en que el decreto real del 26 de diciembre ordenaba la enajenación de todos los capitales de capellanías y obras pías, el capital novohispano no había dejado de trasladarse a la metrópoli.
Por si no fuera suficiente esa sangría económica, la revolución de independencia había reducido la agricultura a la mitad, la minería a una tercera parte y había dañado severamente la naciente industria y el comercio.
Y si se toma en cuenta que el gobierno había empezado a tener déficits además de deudas, se comprenderá la situación tan apurada del nuevo país.
La constitución de 1812 contribuyo mucho a la transformación, ya que significo un autentico enfrentamiento de los españoles con las realidades de su propio país.
La desconfianza del centro privaba entre los diputados. Por eso no es de extrañar que se aprovechara cualquier ocasión para debilitar la antigua provincia de Nueva España, que ahora constituía el Estado de México. La oportunidad se presentó con la necesidad de erigir un Distrito Federal, para lo cual se considero necesario usar la ciudad de México. La república federal estaba constituida por 19 estados y 4 territorios, el 4 de octubre, se firma la constitución.
La actitud ante la iglesia se convirtió en uno de los problemas que dividirían la opinión de los mexicanos, que eran y querían continuar siendo católicos. El resentimiento antiespañol tenia aún mas tradición en el suelo mexicano que el anticlericalismo, pero la independencia lo había avivado al despertar la ilusión de que la independencia solucionaría viejos problemas, entre ellos la desaparición de los españoles de los puestos importantes.
Se comienzan a formar los precursores de los partidos políticos ya que existía la logia de los masones escoceses, o novenarios, y los yorquinos, o guadalupanos.
El gobierno estableció el centralismo como un decreto provisional y se enfrascó en elaborar otra constitución. La primera república central duró seis años, y un solo periodo constitucional. Por diversos motivos, en 1840, algunos dudaron que el régimen centralista fuera una buena solución. Por primera vez se oyó una voz que claramente abocaba a una monarquía con un príncipe extranjero; Gutiérrez de Estrada lo proponía en una carta a Bustamante.
Los últimos dos gobiernos centralistas estuvieron ensombrecidos por la inminente guerra con Estados Unidos. José Joaquín Herrera, un moderado, trato de conciliar los diversos partidos y evitar la guerra con el reconocimiento de la independencia de Texas.
Después de once años de intentos frustrados, el federalismo volvió al poder. Yucatán volvía a unirse al pacto federal con la ayuda que le prestaba el centro para enfrentarse a la guerra de castas que lo aquejaba.
Una economía en bancarrota.
No se logro, implantar un sistema fiscal eficiente, tanto por manejarlo con personal inexperto como por el obstáculo de la soberanía estatal. Sin duda uno de los factores decisivos fue la fuga constante d capital que precedió a la consumación de la independencia.
Iturbide aprovecho el entusiasmo causado por la independencia para solicitar contribuciones voluntarias con que equipar al ejercito. El advenimiento de la república se recibió como un respiro, sobre todo por los cambios políticos inmediatos. Se suprimieron los prestamos forzosos, se detuvo la emisión de papel moneda y se hicieron esfuerzos por economizar.
Se comenzaron a pedir créditos a otras naciones, como Inglaterra. Como México no pudo pagar ni siquiera el primer crédito, la deuda se siguió acumulando, complicándose con los intentos del representante financiero en Londres, F. de Lizardi Co., Por cobrase intereses emitiendo bonos no autorizados.
A partir de 1835 se entraba en el imperio del agio y del total caos financiero. Entre 1835 y 1840 hubo 20 secretarios de hacienda.
La república también había visto en la minería la esperanza de volver a la opulencia del siglo XVII. En 1824 sustituyó las cargas fiscales que pesaban obre ella por un impuesto del 3% sobre el valor del metal, y autorizo la libre importación de azogue.
La publicación del libro de Humboldt había despertado ya el apetito Europeo por las riquezas de las colonias españolas. Alemanes y franceses no quisieron quedarse atrás, y formaron la compañía Alemana de Indias.
Zacatecas fue el estado que continuo explotando sus minas con mayor éxito. Alaman fue un importante promotor de la minería, como también de la industria. No solo logro atraer el capital, sino que derogara la prohibición de que los extranjeros explotaran las minas.
La industrialización fue el sueño de algunos visionarios de aquel tiempo. Alaman se percato con claridad de los problemas que suponía el desarrollo industrial, la necesidad de capital, de mecanizar las manufacturas existentes, eximir de impuestos la importación de maquinaria y decretar tarifas protectoras. El entusiasmo fabril fue tal, que no se desanimó con los obstáculos, ni con los impuestos que aparecieron con el tiempo, ni siquiera con la extinción del Banco de Avío en 1842.
La agricultura cuya producción se redujo a la mitad con las guerras de independencia, tardó bastante en recuperarse de la pérdida de tantos brazos que trabajaban. A diez años de la consumación de la independencia, los campos de México aún tenían un aspecto desolado, la inseguridad había dejado los poblados casi abandonados. Hasta los años treinta no se estabilizó el precio de la tierra.
A pesar de todo, los peones siguieron trabajando y las haciendas comenzaron a mejorar. Michoacán solucionó el problema con la repartición de tierras de la comunidad el 18 de enero de 1827, dando a cada familia posesión y propiedad exclusiva de su porción correspondiente.
Al igual que al comercio, la inseguridad afectó a la agricultura. Los hacendados se vieron obligados a organizar su propia defensa mediante piquetes de rancheros contra indios salvajes en el norte o contra los bandidos de otras regiones. Los bandidos trataban con consideración a los propietarios para obligarlos a entregar el dinero a cambio de dejárseles en paz.
El comercio que había alcanzado un cierto desarrollo en el siglo XVIII se benefició, con la apertura de los puertos mexicanos a todas las naciones en 1821 y la sustitución de los múltiples impuestos por uno de 25% sobre el valor del artículo.
Desde 1824 se empezó a acuñar el peso de plata con el águila, así como usar la letra de cambio. Pero no existía un sistema monetario en la república. Entre 1825 y 1842 cerca de 60 millones de pesos de oro y plata, fueron acuñados.
Así pues, a pesar de que el gobierno nacional estuvo en quiebra durante estas primeras décadas de vida independiente y del constante caos en la vida política del país, la nación continuo avanzando.
Cultura y sociedad.
La sociedad que entro gozosa en la vida independiente significaba el más grande obstáculo para poner en practica la retórica de los políticos. De cada 100 habitantes, 18 eran blancos, 22 castas y 60 indios. El buen numero de criollos pobres constituirían el germen de los grupos extremistas que ambicionaban un cambio radical. Todos aquellos que solo tenían acceso a puestos menores en la administración en la iglesia o el ejercito.
Las circunstancias impulsaron ciertos cambios de actitudes en las clases sociales que permiten agruparlas, después de 1821, en empresarial, eclesiástica, oficialista y popular.
La empresarial estaba constituida por comerciantes, industriales, mineros y grandes hacendados.
La clase eclesiástica tuvo algunos cambios, como el predominio criollo y la radicalización de ideas entre algunos de sus miembros.
La clase oficialista estaba formada por oficiales del ejercito y por la burocracia.
La república iba a tener el ideal liberal de lograr un ejercito profesional pequeño, respaldado por la gran milicia.
En los primeros años de la independencia el ejercito tuvo gastos absurdos, originados por el temor a España y la necesidad de liberar San Juan de Ulúa. Se pidió disciplina y una ley que castigara con rigor a la deserción, pero todo resulto inútil ante un ejercito alimentado con una leva que alistaba por la fuerza a los vagabundos y criminales de la población grandes y a los indios del campo y de los pueblos pequeños. El ejercito en si lo formaban unos cuadros superiores muy nutridos. El deterioro del ejercito continuo al mezclarse sus jefes en las diversas facciones políticas y su situación seria cada vez mas política y menos de defensa.
Los sueldos que recibían situaban a los miembros del ejercito en diferentes clases de la sociedad mexicana. Cada partido que tenia el poder quería tener el apoyo del ejercito.
La clase popular estaba constituida por todos los que no formaban parte de las clases mencionadas es decir, la mayor parte de la población: rancheros, indios, peones, trabajadores de las minas, obreros, sirvientes, vendedores ambulantes, dulceros, voceadores de periódicos, eloteros, lecheros, pepenadores, aguadores, etc. Como sociedad de una época de transición de ideas y actitudes cambiantes, parece difícil de expresar.
La ciudad, como todo el país, era de contrastes. Para las décadas de 1830 a 1840se habían construido suntuosos palacios, sus almacenes ostentaban artículos de lujo, sedas, encajes, vinos, alhajas pero las calles tenían un empedrado que apenas permitió rodar a los soberbios carruajes y estaban llenas de inmundicias que despedían un olor irrespirable.
Las distracciones mas populares eran el juego de pelota, el billar, las peleas de gallos a las que era tan afecto Santa Anna y sobre todo las corridas de toros.
Entre toda aquella gente tan heterogénea había un poco de todo, ricos y pobres, cultos e ignorantes, progresistas y tradicionalistas, racionales y supersticiosos.
Los ideales educativos mexicanos estaban ya expresados en las memorias presentadas por los discípulos novohispanos a las cortés de Cádiz. La constitución de 1812 ordenaba que "en todos los pueblos de la monarquía se establecerán escuelas de primeras letras".
Por lo general los niños de familias ricas estudiaban en su propio hogar con tutores especiales. También había algunos maestros renombrados que enseñaban por una cuota mas o menos razonable. Los niños de familias pobres asistían a escuelas parroquiales, donde aprendían a leer y contar, así como el catecismo. Las niñas asistían a las Amigas donde les enseñaban a leer también, la doctrina y las labores propias de su sexo. En México, la compañía Lancasteriana se fundo en 1822 con la apertura de las escuelas. Pronto se extendieron escuelas mutuas por todo el país, y el método fue declarado oficial para las escuelas gratuitas municipales. Las mesas tenían unas cajillas llenas de arena donde los niños escribían un con un palito, y solo hasta que habían aprendido bien se le permitía usar tinta y papel, materiales muy caros.
En otros niveles educativos los mejores colegios coloniales siguieron siendo el núcleo principal de la enseñanza media, como el de San Juan de Letrán, donde se formaron jóvenes inquietos que ocuparían puestos importantes en la vida del país hacia mediados de siglo.
Muchos de los viejos colegios coloniales, secularizados en parte, se convirtieron en lo que serian los colegios nacionales e institutos científicos y literarios de los estados, que habían de influir en la formación de la primera generación republicana.
México y las ambiciones de los grandes poderes.
El panorama nacional no solo se nubló, según se ha visto, con los problemas internos, sino que en las tres primeras décadas de la nación tuvo que hacer frente a las amenazas externas; las de España que se materializaron en intentos de invasión en 1829; la guerra de independencia de Texas que no puede considerarse un problema interno, por el apoyo abierto que recibió de Estados Unidos, la guerra con Francia de 1938.
El problema de Texas y la invasión norteamericana parecen, vistos a distancia, inevitables. La colonización anglosajona iniciada para proporcionar u refugio a los disidentes calvinistas ingleses, seguros de la corrupción de la vida inglesa y del peligro que corrían en Inglaterra. Como fervorosos creyentes, buscaban fundar la ciudad de Dios en la Tierra, considerándose pueblo elegido. Los antecedentes directos se remontan a los tratados diplomáticos entre el gobierno Español y el Norteamericano.
Algunos mexicanos con visión, como Ramos Arizpe y Lorenzo Zavala, se aseguraron concesiones entierra texana. Texas se convirtió en palabra mágica en Estados Unidos, y una compañía y un banco vendían los permisos otorgados en forma gratuita por los mexicanos.
Muchos mexicanos se preocupaban por el estado de las cosas en Texas, en especial cuando los primeros ministros de Estados Unidos, Poinsett y Butler, expresaron el deseo de comprar Texas, pretensión que ofendió a los mexicanos, pero que tenia tradición entre los norteamericanos, que ya habían comprado tierras a las compañías inglesas, a los indios a los franceses (Luisiana) y a los españoles (las Floridas). La prensa norteamericana comenzó a hablar de la pronta compra de Texas, cosa que aumento la preocupación del gobierno que para entonces recibió el informe del general Mier y Terán en que se pintaba una situación perdida.
El gobierno promulgó una nueva ley el 6 de abril de 1830 por la cual Texas pasaba a depender de la federación en cuanto a asuntos de colonización, además de prohibir la entrada de nuevos norteamericanos al estado.
Mientras tanto, la nueva ley de abril de 1835 que prohibía la venta de tierras para evitar la especulación, había caldeado los ánimos de Texas.
Santa Anna tomado prisionero firma los tratados de Velasco, y ordeno a los mexicanos retirarse, más, esta retirada no obedeció a las ordenes del prisionero, sino a la falta de elementos para enfrentarse al enemigo.
Francia declara la guerra a México, pide el pago inmediato de las reclamaciones más doscientos mil pesos por gastos de guerra.
Mientras tanto el comercio de Santa Fe había familiarizado a los norteamericanos con regiones del oeste de Texas, y los ojos empezaron a fijarse en California. A pesar de los esfuerzos de México por impedir que se repitiera la historia de Texas, California se fue llenando de norteamericanos. Una escuadra norteamericana apareció desde 1840 frente a las costas del pacifico. Los mormones se asentaron en Utah y miles de norteamericanos entraron al Oregon.
El primer intento de anexión fue rechazado por el congreso y, para evitar un segundo tropiezo, se ideo pedir una resolución conjunta de las dos cámaras, que podía pasar por simple mayoría. Los norteamericanos no entendían la tozudez mexicana, pues a pesar de necesitar dinero, se negaban a vender tierras deshabitadas.
El cónsul norteamericano en California tenia instrucciones de repetir el episodio texano.
Estados Unidos invade México, donde a pesar de la popularidad de la guerra no fue posible organizar la defensa. Se carecía de un verdadero ejercito, de armas y de dinero. El 13 de enero de 1847, toda la alta California quedó ocupada. México se rehusaba a negociar la paz. Santa Anna se multiplico tratando de conseguir fondos, reunir hombres y comprar armas. Estuvieron a punto de obtener la victoria en San Luis Potosí.
Gómez Farias, expidió un decreto el 11 de enero de 1847 que ordenaba la ocupación de bienes eclesiásticos hasta por quince millones de pesos. Mientras el ejercito de Santa Anna se retiraba, después del fracaso de Angostura y se iniciaba el asedio de Veracruz. Santa Anna regreso el 21 de marzo, se hizo cargo del ejecutivo y restableció la paz. Al final se vio obligado a derogar el decreto a cambio de 10000 pesos para organizar la defensa.
La guerra había costado a Estados Unidos 25400 soldados de los 104284 movilizados para hacer la guerra. Frente a la penuria de la hacienda mexicana, Estados Unidos gastaron 122 051 040 dólares. Los grandes territorios obtenidos valían, sin duda, el esfuerzo y el gasto, y permitían a Estados Unidos convertirse en potencia continental. Los meses de ocupación norteamericana servirían para los sueños mexicanas de grandeza de 1821 se esfumaran por completo. A pesar de la costosa perdida, el país superaría el peligro de desintegración, y el pesimismo profundo y la experiencia traumática despertarían la conciencia nacional.
El liberalismo militante.
México después de la guerra.
En Guadalupe Hidalgo se firmo el 2 de Febrero de 1848 un tratado de paz, amistad y limites entre México y Estados Unidos. Firmada la paz con Estados Unidos, el congreso de México se ocupo de la elección de un presidente constitucional.
El elegido fue el general José Joaquín Herrera, los primeros pasos de su gobierno se encaminaron a crear el clima de seguridad y orden. Redujo los gastos públicos suprimiendo empleos inútiles y reduciendo el ejercito. Pero la crisis económica se imponía; los ingresos no bastaban para cubrir las obligaciones. A principios de 1850 el gobierno recibió la noticia de que los indios bárbaros habían penetrado por territorios de Durango, asesinado a varias familias, talado los campos, quemado las casas, apoderándose del ganado y llevando cautivos a considerable numero de personas.
A mediados de 1850 los partidos políticos comenzaron a prepararse para la sucesión presidencial. Arista, fue electo presidente de la república.
El presidente invitaría a Santa Anna. El plan triunfante en varios estados acabo por precipitar la caída de Arista.
Dictadura de Santa Anna.
Un día antes de la renuncia de Arista, el 5 de enero de 1853, el coronel José Manuel Escobar, agente de los conservadores, fue enviado a Turbaco, Colombia, a entrevistarse con Santa Anna y ofrecerle la presidencia. Lucas Alaman le expuso los principios que profesaban los conservadores: primero conservar la religión católica, la abolición completa del sistema federal y todo cuanto se llamara elección popular, y la organización de un ejercito competente.
Antonio López de Santa Anna llegó a México el 20 de Abril, día mismo en que recibió a manos de Lombardini el poder presidencial. Para deshacerse de sus enemigos políticos, Santa Anna comenzó por desterrar a Arista y después a la mayoría de los hombres de importancia del partido liberal.
El presidente pretendió, traer soldados extranjeros que vinieran a protegerle. En agosto se expidió una ley que se llamo de conspiradores, según la cual los reos de este delito debían ser sumariamente juzgados en consejo de guerra y fusilados en seguida.
A fines de año, surgió un nuevo problema con estados unidos, el gobernador de Nuevo México declaro que el territorio de la Mesilla pertenecía a los Estados Unidos, quien indemnizó a México con 10 millones de pesos.
El 16 de Diciembre se expidió un decreto por el cual declaro que el presidente continuaría con sus facultades omnimodas por todo el tiempo que juzgara necesario, escogería sucesor; en fin, que su tratamiento seria el de Alteza Serenísima. Santa Anna no ignoraba los planes que se fermentaban en el sur y desconfiaba profundamente de Álvarez. A fin de reprimir cualquier movimiento en esta región, Santa Anna empezó a remover a los empleados civiles y militares, sustituyéndolos por adictos al gobierno, y con cualquier pretexto, envío dos batallones a proteger el departamento.
La rebelión de Ayutla y las primeras leyes de reforma.
Álvarez comunico a los habitantes de Guerrero las verdaderas intenciones del gobierno, hizo saber que la invasión de los soldados del ejercito era con la intención de hacerlos caer en una tiranía. El grupo de desterrados por Santa Anna, al saber de la rebelión de Álvarez, envío un emisario a hablar con él. Una vez dispuesta la lucha, se reunieron con éste Ignacio Comonfort y un grupo de opositores al régimen santannista. Comonfort hizo algunas reformas al plan original y diez días después proclamo el plan de Ayutla. Santa Anna tomó severas disposiciones, como la de amenazar a muerte a quienes poseyeran un ejemplar del plan y no lo entregaran a la autoridad. Santa Anna patrio para Acapulco para controlar la rebelión. La revolución se propagó después de la expedición de Santa Anna y para contenerla el gobierno apeló al terror. El gobierno multiplicaba las disposiciones tiránicas y el espionaje hacia diariamente víctimas que eran desterradas.
A principios de 1855 nuevos caudillos se unieron a la causa, Santa Anna hizo otra expedición al sur a finales de febrero y un mes después otra a Michoacán, sin lograr sofocar la insurrección. A su regreso a México en junio, temiendo que la rebelión le cortara la retirada, decidió abandonar la presidencia de la república, el 9 de agosto salió de la capital rumbo al puerto de Veracruz.
Finalmente, los rebeldes firmaron con Comonfort, en Lagos una convención por la cual aceptaron que sus propios planes no se oponían con el de Ayutla, y reconocieron como general en jefe de la revolución a Juan Álvarez y a Comonfort como su representante. En seguida se nombro la junta de representantes que habría de elegir presidente interino. La mayoría se inclino por Juan Álvarez, quien estableció su gobierno en Cuernavaca y dispuso que Comonfort fuera a la capital para iniciar las reformas que exigía la revolución.
Juárez tenia preparado un proyecto de ley, que vino a ser la primera de las cinco medidas reformistas dictadas por el gobierno interino. La ley de la administración de justicia y orgánica de los tribunales de la Nación del Distrito y Territorios, mas conocida como la ley Juárez, suprimía los tribunales especiales, con excepción de los eclesiásticos y militares. Meses después de publicada la ley Juárez, se dio la del 25 de julio, que desamortizaba los bienes del clero.
La constitución de 1857.
El presidente de la cámara convocada por el presidente Álvarez, Ponciano Arriga, expresó con gran vehemencia las ideas de reforma y libertad. El articulo 5° del plan de Ayutla, dispuso que el congreso extraordinario se ocuparía de constituir a la nación en forma de república representativa popular. La ley Juárez, así como la ley Lerdo, fueron ratificadas en todas sus partes. Una conquista del movimiento reformista, fue incluir un capitulo de garantías individuales o derechos del hombre y un sistema jurídico protector de dichas garantías. Varios diputados intentaron la reforma del sistema de propiedad. Tras largos debates de un año, el 5 de Febrero de 1857 se proclamaba la constitución acompañándola de un breve manifiesto. Las demás garantías y libertades consignadas en esta nueva constitución existían ya en la constitución de 1824 y en las leyes orgánicas.
La guerra de reforma.
Al día siguiente de poner en libertad a Juárez, este patrio hacia Guanajuato; el día 19 de Enero de 1858 declaro establecido allí su gobierno. Los bandos políticos se definieron en forma terminante: de un lado los conservadores, con el programa de Zuloaga; del otro los liberales con el principio de legalidad proclamado en Guanajuato. A mediados de Febrero, Juárez estableció su gobierno en Guadalajara. El 13 de marzo una parte de la guarnición de Guadalajara se pronuncio por el plan de Tacubaya y Juárez fue hecho prisionero. En abril Juárez y su gabinete se embarcaron en Manzanillo rumbo a Panamá, donde siguieron la vía de Estados Unidos hasta desembarcar en Veracruz.
Durante el primer año de la guerra, los generales Miarmon y Márquez obtuvieron brillantes victorias sobre las tropas liberales. A fines de Diciembre en Ayotla, se pronuncio con su brigada el general Miguel María Echegaray con el plan de Navidad, formando así un tercer partido que no estaba ni con Juárez, ni con Zuloaga.
Por su parte, los conservadores consideraron ventajoso al reanudación de relaciones con España mediante el tratado celebrado en París el 26 de diciembre de 1859, entre Juan N. Almonte, y Alejandro Mon.
Entretanto, la guerra continuaba en todo territorio nacional, Miramon, deseoso de imprimir a su política una marcha más fija y determinada, cambio su ministerio y publico un manifiesto en el que exponía el programa político que se proponía seguir. Juárez, días antes publico otro en que quedo definido el programa de la revolución liberal, las leyes llamadas de reforma, basadas en la separación de la iglesia y el estado. Miramon sufrió una completa derrota, que trajo consigo la ocupación de Guanajuato y de todo el Bajío por las fuerzas liberales. Miarmon, regresó a la capital y reorganizo su ministerio.
En el mes de Noviembre, Miramon declaro la ciudad de México en estado de sitio y se apodero de 600 000 pesos pertenecientes a ciudadanos ingleses, que estaban depositados en legación. Entonces empezó a mover las operaciones militares. Al mes siguiente salió rumbo a Toluca, que cayo en su poder.
Triunfo del partido liberal.
Días después apareció González Ortega en las inmediaciones del valle de México, con 16 000 hombres. Miramón salió a su encuentro y el 22 de diciembre comenzó el combate en las lomas de San Miguel Calpulalpan. Las tropas conservadoras fueron completamente derrotadas. Miramón con unos cuentos jefes, se volvió a la capital llevando la noticia de su fracaso.
El 25 de diciembre por la mañana entraron a la capital las primeras tropas de González Ortega y el 1° de enero hizo su entrada triunfal el ejercito liberal. La causa constitucionalista había conseguido la victoria después de tres años de lucha. La separación entre la iglesia y el estado ponía termino a los conflictos entre ambas instituciones.
En la capital se esperaba con ansia la llegada del presidente Juárez para conocer la marcha que proponía seguir. Al día siguiente de la llegada de Juárez a México el ministro de relaciones, Melchor Ocampo, dirigió a los representantes de España, del Vaticano, de Guatemala y de Ecuador, sus correspondientes comunicados mandándoles salir de la república.
A la caída de Miramón, Zuloaga se proclamo presidente de la república y todos los generales y jefes del partido conservador lo reconocieron. La lucha en los campos de batalla seguía causando víctimas y en la capital se conspiraba contra el gobierno. Los partidos políticos estaban más divididos que nunca y trabajaban con empeño para hacer triunfar sus ideas, unos pedían la dictadura de Juárez o la de González Ortega, seguir sus preferencias, otros que el consejo se erigiera en convención nacional y se adueñara de todos los poderes.
El congreso de la unión se instalo en el mes de mayo. Las sesiones fueron tormentosas. La asamblea autorizó al gobierno contratar un empréstito de un millón de pesos y a suspender las garantías individuales y todas las libertades, inclusive la de prensa. En la asamblea del 4 de junio se aprobaron dos decretos, el primero, autorizaba al gobierno para proporcionarse recursos de cualquier manera; con el fin de destruir la reacción. En el segundo, quedaron fuera de la ley y de sus garantías y de sus propiedades, los asesinos de Melchor Ocampo, todos del partido conservador. Tres días después, se expidió un decreto suspendiendo por seis meses varias de las más importantes garantías otorgadas por la constitución.
La asamblea declaró a Juárez presidente constitucional de la república y el 15 de este mes, presento el juramento de ley. El 2 de julio, González Ortega fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia, cargo que tenia implícito el de Vicepresidente.
El mes de julio concluyo sin que se hubiera llegado a nada efectivo en el terreno de las operaciones militares, lo que producía desaliento en la administración. En la capital el gobierno dictaba las disposiciones necesarias para los preparativos de la guerra en caso de que se rompieran las hostilidades con las potencias extranjeras invasoras.
Los monarquistas mexicanos, residentes en Europa, al tener noticias de la ruptura de las relaciones diplomáticas de Francia e Inglaterra, aprovecharon esta coyuntura para intentar una vez más establecer la monarquía.
El hecho de que en México coexistieran dos gobiernos estimulaba a los monarquistas. En estas cuitas, surgió el nombre de Fernando Maximiliano, que había adquirido cierta popularidad en Europa por sus ideas progresistas al gobernar Lombardia. Hidalgo comunicó a Gutiérrez, que por entonces se encontraba en París, que tendría que marchar a Viena para hacer las gestiones necesarias. En Viena el ministro conde de Lechberg, participo al emperador Francisco José los proyectos de los monarquistas mexicanos, que Napoleón III apoyaba, y ambos decidieron plantear el asunto al principal interesado, el archiduque Fernando Maximiliano.
Por esta época llego Miramón a Europa; cuando se entero de los planes monárquicos dijo encolerizado que en México no existía ningún partido monárquico; por el contrario, Santa Anna, en una carta dirigida al archiduque, declaro que no un partido, sino la inmensa mayoría de la nación anhelaba la restauración del imperio de Moctezuma. Maximiliano, a pesar de las advertencias, deslumbrado por las declaraciones favorables, acepto la corona de México.
La alianza tripartita y la Convección de Londres.
Entre tanto, Juan Antonio de la Fuente, enviado en 1861 como representante de México en Inglaterra y Francia, vio que las disposiciones adoptadas por estos gobiernos a consecuencia de la ley expedida el 17 de julio eran completamente hostiles para nuestro país. Después de discutir varios proyectos, se firmo en Londres el 31 de octubre la convención, por la cual la reina de España, el emperador de los franceses y la reina de Inglaterra, se comprometían a adoptar las mediadas necesarias para enviar a la costa de México fuerzas de mar y tierra combinadas, en numero suficiente para tomar y ocupar las diferentes posiciones del litoral mexicano. Terminados los preparativos para la expedición a México, las tres potencias enviaron sus instrucciones oficiales a los comisionados designados.
Las noticias que llegaban del exterior eran cada vez mas graves; el gobierno, consciente del gran peligro que amenazaba a la república y de la necesidad de tomar las medidas necesarias para impedirlo, desplegó gran actividad para fortalecer su resistencia, el 29 de noviembre expidió una amplia ley de amnistía por todos los delitos políticos que se hubieran cometido desde el 17 de diciembre de 1857 hasta la fecha.
El gobierno fue facultado omnímodamente para cuantas providencias juzgare convenientes, sin mas restricciones que salvar la independencia e integridad del territorio, la forma de gobierno establecida por la constitución y los principios y leyes de Reforma, autorizándolo además. Para firmar tratados y convenciones y ponerlos en vía de ejecución sin necesitar la aprobación del congreso.
Al recibir la noticia de la ocupación de Veracruz, el gobierno expidió un decreto, cerrado el puerto al comercio de altura y cabotaje, declarando traidores a los mexicanos que se uniesen a los Españoles o de cualquier manera favoreciesen su causa. La escuadra francesa ancló en Sacrificios al día siguiente y el 8 desembarco en Veracruz el general Primm, y tomo el mando de las fuerzas españolas. Los aliados acordaron enviar una nota colectiva al presidente de la república, en la cual exponían las deudas no pagadas y la falta de seguridad de sus compatriotas. A este efecto invitaba (el gobierno de México) a los plenipotenciarios que pasaran a Orizaba a discutir y concluir con los comisionados mexicanos los convenios que aseguraran a las potencias aliadas la satisfacción de sus reclamaciones.
Se reunieron y firmaron el 19 de febrero los preliminares de la Soledad. Ratificados por el presidente y los representantes ingleses y franceses, los preliminares de la Soledad, quedaron elevados a la categoría de una solemne convención entre el gobierno mexicano y los plenipotenciarios extranjeros.
Casi al mismo tiempo, miembros influyentes del partido conservador, proclamaron abiertamente, en el puerto de Veracruz, su propósito de cambiar la forma de gobierno en México y el general Juan N. Almonte, se declaro depositario de la confianza del emperador. Protegido por las armas francesas, partieron de Veracruz rumbo a Córdoba a donde llegaron el 25 del mismo mes.
La guerra con Francia.
Los comisarios, después de una acalorada discusión, rompieron la alianza firmada en Londres. El mismo día, se informo al gobierno de Juárez de la ruptura de la alianza, del reembarco de las fuerzas españolas e inglesas y del retroceso de los franceses a Palo Ancho, conforme a lo pactado en los preliminares de la Soledad. El gobierno, el 12 de abril expide un decreto, declarando traidores a los mexicanos que permanecieran en los lugares ocupados por los franceses, llamando a las armas a todos los mexicanos. Rotos los preliminares de la Soledad, se estableció en Orizaba un simulacro de gobierno a cuyo frente estaba Almonte; reconocido como jefe supremo de la república, organizo su gabinete con miembros del partido conservador.
Los franceses no respetaron lo pactado en los preliminares de la Soledad y avanzaron hacia Córdoba y Orizaba. El ejercito mexicano, al mando de Zaragoza, se sitúo en las cumbres de Acutzingo para impedirles el paso. Después de algunos fracasos, Zaragoza renunció a atacar Orizaba y se retiro al otro las}do de las cumbres para rehacer su ejercito. Un decreto de Juárez fechado en septiembre ordenaba que, la población masculina entre 16 y 60 años debía trabajar un día a la semana en las fortificaciones que se levantaban para resistir el ataque de las tropas invasoras.
El general Forey publico en febrero una proclama asegurando una vez más a los mexicanos que las miras de Francia eran nobles y generosas. González Ortega declaró el 10 de marzo el sitio de Puebla y de las poblaciones situadas en un radio de 8 leguas.
El 10 de junio hizo su entrada a la capital él ejercito frances-mexicano, al día siguiente Forey dio una proclama a los mexicanos en la que aconsejaba la fraternidad, la concordia, y el verdadero patriotismo; que dejaran de ser liberales y reaccionarios, que fueran únicamente, mexicanos.
Se formo la asamblea de notables, que presento su dictamen con las proposiciones siguientes: 1°. Que la nación adoptaba la monarquía moderada, hereditaria con un príncipe católico. 2°. Que el soberano tomaría el titulo de emperador de México. 3°. Que la corona imperial se ofrecería al príncipe Fernando Maximiliano, archiduque de Austria, para si, y sus descendientes. 4°. Que en el caso de que por circunstancias imposibles de prever no llegase a tomar posesión del trono, la nación mexicana se remitiría a la benevolencia del emperador de los franceses para que le indicase un príncipe católico.
Los generales Doblado y González Ortega enviaron en enero una comisión a Saltillo para pedir a Juárez que se separa de la presidencia, como medio para negociar con la intervención un arreglo que pusiese termino a esta. Juárez se negó diciendo que no era su persona la atacada por la intervención y los conservadores, sino la forma republicana de gobierno y que el estaba resuelto a permanecer en el cargo mientras se hallaran en peligro las instituciones, combatiendo para defenderlas y conservarlas. Juárez situó la capital de la república en Monterrey.
Se sucedieron batallas entre los ejércitos mexicano-franceses y los juaristas. Apenas evacuaban los unos un lugar, cuando era ocupado por otros, la lucha era una guerra sin fin.
Tal era la situación militar en ele mes de mayo de 1864 en vísperas de la llegada de a México de Maximiliano y Carlota.
El segundo imperio
Decidida la aceptación de la corona de México por el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo. En París celebró con Napoleón III dos acuerdos, un público y otro secreto, que sería firmados después de que fuera proclamado oficialmente emperador de México. La primera parte del pacto establecía el número de soldados franceses y el tiempo que estarían en México.
De capital importancia fueron las condiciones económicas impuestas a Maximiliano, pues firmó obligaciones que representaba una carga imposible para un estado abrumado económicamente como México. En la parte secreta del convenio se establecía que "cualquiera que fuesen los acontecimientos que pudiesen ocurrir en Europa, la ayuda de Francia nunca faltaría al nuevo imperio".
El 10 de abril de 1864 Maximiliano fue proclamado en el castillo de Miramar emperador de México. Ese mismo día firmó la convención militar acordada provisionalmente en París, el acta de empréstitos sobre la emisión de 300 millones de francos, decretos referentes al reclutamiento de los cuerpos de voluntarios austríacos, el encargo a Velázquez de León de la formación de un gobierno y el nombramiento de Almonte como lugarteniente del imperio.
Al tomar posesión del gobierno, Maximiliano pensó en hacer desaparecer el odio de los partidos y atraer a todos a colaborar con él. Deseando ampliar la acción de la prensa, Maximiliano dispuso acabar con la censura previa, todo individuo podía emitir libremente sus opiniones sobre los actos oficiales para manifestar los inconvenientes de los mismos.
El emperador quería demostrar en los mercados financieros de Europa que el país estaba tranquilo y que podría recorrido sin peligro. En el mes de diciembre Maximiliano, siguiendo a las influencias de sus ministros y del general Bazaine, se deshizo igualmente del general Márquez, a Miramón lo envió a Berlín, con el cargo de ministro plenipotenciario.
El Nuncio apóstol pico, Pedro Francisco Meglia, en quien Maximiliano cifraba las esperanzas de solucionar el conflicto religioso llego a la capital en el mes de diciembre. El papa envió al emperador una carta con Meglia en que debía anular todas las leyes de reforma, establecer la religión católica con exclusión de cualquiera otra como base apoyo del imperio mexicano, una completa libertad de los obispos en el ejercicio de sus funciones eclesiásticas, el restablecimiento de las ordenes religiosas, el sometimiento de la enseñanza tanto pública como privada a la superior vigilancia del clero y la eliminación de todas las trabas que mantenían a la iglesia dependiente del estado.
Maximiliano, en vez de detener el non possumus pontificio, decidió zanjar por sí mismo la cuestión. En enero de 1865 se publicó un decreto según el cual las bulas y breves papales no podía ser publicadas y ejecutadas sin el consentimiento Imperial. Esto significó el completo rompimiento con el Nuncio y con la parte más rica y de mayor influencia de clero del país. Maximiliano promulgo en febrero del decreto que establecía la libertad de cultos y disponía la revisión de las ventas de los bienes de clero. El rompimiento entre Maximiliano y la iglesia quedó consumado.
Otra de las principales preocupaciones de Maximiliano fue la cuestión financiera. Para él, los mexicanos que dirigía el ministerio de hacienda no estaban capacitados para hacerlo, por lo cual escribió a París pidiendo que le dejaran al financiero Carlos Eustaquio Corta, en cuya capacidad tenía una gran confianza. Pero este no quería permanecer en México y antes de finalizar el año de 1864 regresó a su país.
Para celebrar el primer aniversario de la aceptación de la corona, el emperador promulgo el estatuto provisional de imperio que no satisfizo a ningún partido. Creaba nuevos departamentos ministeriales, una ley establecía la organización de los ministerios y designaría los ramos que hubiesen de encomendárseles. Maximiliano emprendió en este mes un viaje al interior del país, durante el cual acordó formar una brigada de fuerzas mexicanas que serviría de pie para la organización del ejercito entregando al general austríaco Thun realizar la idea. La Emperatriz Carlota emprendió a principios de este mes un viaje a Yucatán; al partir, Maximiliano le entregó unas instrucciones secretas en las cuales le decía que Yucatán debía constituir el centro de gravitación de los demás Estados de América central a los cuales se quería mover "a inclinarse hacia la península". El deseo del emperador era ver al imperio mexicano como potencia central de América.
Almonte llegó a París en el mes de mayo con un proyecto de acuerdo secreto que debía sustituir al tratado de Miramar. En él se estipulaba que las tropas francesas permanecieran en México por tres años más hasta que el país estuviera pacificado, que el gobierno francés se encargara de sostenimiento de las mismas y que al terminar ese plazo dejasen sus materiales de guerra. Napoleón se negó a revocar la orden de repatriación de las tropas y tampoco accedió a ninguna de las proposiciones del proyecto presentado por Almonte.
Antes de partir para México, Maximiliano atendió a los trabajos preparatorios para la organización de la legión austríaca que estaría al servicio de imperio mexicano. El emperador consintió y pronto las tropas belgas se unieron al ejército que combatía a la República. Además de estos soldados negros, Napoleón para completar sus efectivos, le pidió al sultán de Egipto un batallón de negros del Sudán, de Nubia y de Abisinia.
De junio a diciembre de este año la campaña militar llegó hasta el norte. En el mes de julio la división Franco mexicana hizo su entrada en Durango y en agosto tropas imperialistas ocuparon Ciudad Victoria y Bagdad en Tamaulipas. La rendición en Oaxaca por el general Porfírio Días en febrero de 1865, marcó el punto de apogeo de la expedición francesa.
Guaymas cayó en poder de las fuerzas expedicionarios en marzo, pero para abril las tropas republicanas ocuparon nuevamente Saltillo y Monterrey. El coronel imperialista Ramón Méndez derrotó en el mes de octubre en Santa María Amatlan, Michoacán, a una división mandada por el general José María Arteaga, quien cayó prisionero junto a otros jefes y oficiales.
En el mes enero de 1866 Napoleón, dando como un hecho la consolidación del trono de Maximiliano, envió a México al embajador para arreglar con el empedrado la retirada de las tropas francesas.
Marqués y Miramón desembarcaron en Veracruz en el mes de noviembre, se entrevistaron con Maximiliano y le aconsejaron que no abdicara, ofreciéndole sostenerle en el trono.
En enero Miramón organizó un cuerpo del ejército con el que marchó al interior, el primero de febrero sostuvo un combate con el general Escobedo en la hacienda de San Jacinto. En esta acción Miramón fue derrotado y Escobedo obtuvo más de cien prisioneros, de los cuales cerca de ochenta eran franceses. Todos los prisioneros extranjeros fueron fusilados, así como Joaquín Miramón, hermano del general derrotado. Al partir de México el 5 de febrero, Bazaine escribió a Maximiliano una carta solicitándole que abdicara y ofreciéndole llevarlo a Europa. Maximiliano no la contestó.
Aunque Estados Unidos nunca acepto el establecimiento y la consolidación del imperio de Maximiliano, la guerra por La que estaba pasando le impidió actuar directamente en favor del gobierno republicano y le obligo, declararse neutral. Al terminar la guerra de secesión, ya en completa libertad de acción y con un ejercito fuerte, se dispuso a cambiar su política. Maximiliano Realizo varios intentos por que su, Imperio fuera reconocido sin embargo Estados Unidos siempre se negó. En una curiosos sucesión de hechos casi al mismo tiempo que Napoleón retira sus tropas de México Estados Unidos reconoce la soberanía de Juárez.Al partir el ejército expedicionario, el Imperio apenas dominaba las ciudades de México, Puebla, Veracruz, Querétaro y Morelia, todo el resto del país estaba en poder de las tropas republicanas.
Una vez libre de la tutela de Napoleón III, Maximiliano decidió ponerse al frente de sus tropas para emprender la campaña del interior. Querétaro era el punto donde iba a reunirse las tropas imperiales para hacer frente a las fuerzas republicanas de Escobedo y de Ramón Corona. Escobedo, con 25 000 hombres, puso su sintió el 6 de marzo.
El primer ataque formal se hizo el día 14, las tropas republicanas fueron rechazadas sufriendo considerables pérdidas. Marqués, nombrado lugarteniente del Imperio con facultades omnimodas, al llegar a la ciudad de México y enterarse de que Porfírio Días amenazaba a Puebla, partió con mil hombres para defenderla. Antes de llegar fue atacado por las fuerzas republicanas que habían ocupado la ciudad el 2 de abril Marqués regresó derrotado a México seguido de cerca por Porfírio días, que rodeó la ciudad con quince mil hombres.
Maximiliano y sus generales Miramón y Mejía fueron juzgados conforme a la ley de 25 de enero de 1862, que condenaba a la pena de muerte a todo aquel que atenta contra la independencia nacional. No se estimaron esfuerzos por salvar a Maximiliano. Sus defensores se presentaron en San Luis, donde había establecido Juárez el gobierno, para solicitar al presidente el indulto de prisionero, sin embargo Juárez no cedió. la ejecución de Maximiliano, Miramón y Mejía tuvo lugar el 19 de junio de 1867 en el cerro de las campanas.
El liberalismo triunfante
República restaurada
Regreso de Juárez y del civilismo
El verano del año de 1867 quedó con justa razón inscrito en el catálogo de los inolvidables. Acababan de esparcirse las noticias, de la caída de Querétaro, la captura y muerte del emperador Maximiliano de Habsburgo y la entrega de la ciudad de México.
Porfírio días entró triunfalmente a la capital y los patriotas comenzaron a hacer desmanes hasta la llegada de Benito Juárez.
Juárez correspondió a la metrópoli, que lo recibía con un postér literario donde constaba una frase muy aplaudida en 1867, la que decía que: "el gobierno de la República no se dejaría inspirar por ningún sentimiento del pasión contra los que han combatido". Ahora nos conmueve más la que dice: "entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Gabino Barreda eran un discurso resumió en tres palabras del plan peleado por los liberales: "libertad, orden y progreso". Libertad política, de trabajo, religiosa, de expresión, económica y de casi todo, como medio; orden en los sentidos de paz, concordia, ley, sistema y jerarquía, como base; y progreso, o sea producir cada vez más, lo más posible, en los diversos órdenes de la vida. Así fue como México durante diez años, fue asunto de una minoría liberal cuya elite la formaban dieciocho letrados y doce soldados.
Los treinta.
Al restaurar sé la República, la edad promedio de los dieciocho cultos era de 45 años y la de los doce militares, de 36. La docena armada tuvo un origen social más humilde que el de los cultos. De éstos, sólo Altamirano y Juárez lloraron en cuna pobre. Lerdo y Lafragua fueron retoños de familias ricas. La mitad del ala culta del juarismo se dedicó públicamente a los blandos recreos de la poesía.
La gran mayoría de los cultos iniciaron su día pública enseñando en las escuelas donde habían aprendido tanto por lo menos seis de los doce militares ingresaron a la carrera de las armas en el funesto 47, cuando la invasión de los vecinos del norte. Los demás, en alguna de las muchas revueltas que asomaban al país. Al sobrevenir la intervención francesa y el segundo imperio los cultos del ala liberal se desinflaron. Los más ilustres estuvieron en el escondite del paso del Norte mientras que iban los franceses y Max. Payno le aceptó puesto al emperador. Zarco pasó la frontera, y desde Estados Unidos escribió artículo tras artículo contra los imperialistas.
Con todo, concluida la lucha, los militares sólo consiguen una tajada menor del botín. Días apenas cera diputado; corona, comandante militar; Escobedo, gobernador de San Luis Potosí y presidente de la suprema junta de justicia militar.
A la caída del imperio los papeles se trastocaron: Los héroes se sumieron en la penumbra y los picos de oro subieron al deslumbrante escenario de la política nacional. Y sucedió que a la hora de reconstruir a México servían de muy poco las tres virtudes de los héroes: el valor, la matonería y el patriotismo. En cambio, hacían falta la cultura, la lucidez, la experiencia política y demás virtudes de los letrados.
Programa liberal.
Juárez hasta su muerte en 1872, y Lerdo del 72 al 76 serían presidentes de la República sucesivamente entre los diez años comprendidos entre 1867 y 1877. desde los tres poderes la intelectualidad liberal mexicana resolvió que para homogeneizar a México y ponerlo a la altura de las grandes naciones del mundo contemporáneo se necesitaba, en el orden político, la práctica de la constitución liberal de 1857 la pacificación del país, el debilitamiento de los profesionales de la violencia y la vigorización de la hacienda pública; en el orden social, la inmigración, el parvifundio y las libertades de asociación y trabajo; en el orden económico, la hechura de caminos, la atracción de capital extranjero, el ejercicio de nuevas siembras y métodos de labranza, el desarrollo de la manufactura y la conversión de México en un puente mercantil entre Europa y el remoto oriente y en el orden de la cultura las libertades de credo y prensa, el exterminio de lo indígena, la educación que haría "a todo México un tesoro nacional común" y el nacionalismo en las letras y en las artes.
El primero y principal propósito de la elite liberal en el poder fue "aplicar la constitución íntegramente y sin pestañear", según escribe Cosio Villegas. Antes que nada y sobre todo se quería el federalismo, la separación y el equilibrio de los tres poderes, la participación popular en la vida pública mediante el voto. Esto es, se proclamó un respeto mayor al derecho ajeno y uno menor al derecho propio, según la nueva programación, cualquier mal entendimiento debía dirimirse ha gritos y bufidos sin acudir a los golpes y menos aún al machete, al cuchillo o al rifle.
La elite liberal practicó el culto al individuo. Su papel de apóstoles impuso la obligación de introducir el bien en la casa ajena antes que en la propia, o por lo menos al mismo tiempo. Su fin sencillamente enriquecer a su patria a fuerza de ferrocarriles, empréstitos, plantaciones agrícolas y fábricas de mil cosas. Como el dinero no lo era todo, apenas la mitad, la República restaurada, para ser verdaderamente enunciada, programó también las libertades religiosas y de prensa, el transculturamiento del indio, la escuela gratuita, laica, obligatoria y positiva y el fomento del nacionalismo en las letras y las artes.
La jefatura que tomó en sus manos la patria en 1867 se propuso transformarla en los órdenes político, social, económico y cultural conforme a ciertas ideas abstractas y a un modelo concreto: Estados Unidos.
Realidad reaccionaria.
Obstáculos de todo orden se oponían al plan liberal. Aunque Juárez y su gente asumieron la modernización del país a sabiendas de que "una sociedad como mera nuestra, que ha tenido la desgracia de pasar por una larga serie de años de revueltas intestinas, se de plagada de vicios, cuyas raíces profundas no pueden extraer pararse en un solo día, ni con una sola medida", no parece que hubieran previsto la enormidad y la anchura de las tradiciones necesitadas de demolición. Por ejemplo, no parece que le hubieran tomado la medida justa al indiferentismo político de la gran masa. Contra la democracia hospedaba la indiferencia de la sido todavía. Contra el pacifismo conspiraban tres costumbres. En primer lugar la ambición política de los militares que no conocía otro modo de saciar se fuera del levantamiento en armas, en segundo, el modo de vivir que a la sombra de la guerra habían adoptado algunos miles de mexicanos: el bandidaje, profesión bastante lucrativa, no exenta de satisfacciones de varia índole y muy difícil de dejar. En tercero, las pretensiones de autonomía de las tribus y de muchas sociedades locales que por las buenas no iban a conseguir satisfacción de un régimen empeñado en la unidad nacional, patriótico hasta las cachas. Nuestra tierra chamuscada había perdido todos sus encantos; no resultaba interesante al capitalismo internacional.
Ninguno de los objetivos liberales encontraba clima propicio en México. Tan inclemente era para la democracia y el progreso económico como para la ciencia moderna, las religiones de manga ancha y la filosofía positivas que. El espíritu religioso de éstos no comulgar con el ideal de Melchor Ocampo de circunscribir la religión católica al claustro de la conciencia y de la moralidad privadas y menos aún con la solución juarista de permitir el crecimiento de otras religiones, sobre todo las protestantes. Los únicos que no eran plenamente católicos estaban aun menos dispuestos a ser protestantes o deístas. Aún la política del nacionalismo en las letras y en las artes encontraba resistencia en las tradiciones regionalistas y sobre todo en el humanismo conservador reacio a soltar las ubres de las empresas transnacionales de cultura con sede en Roma y en Madrid.
Acción modernizadora.
El mayor éxito de la República restaurada fue en algunos casos laicos de la cultura. La religión católica permaneció inconmovible y exclusiva. Lerdo expulsó a los jesuitas y a las hermanas de la Caridad, hizo constitucionales las leyes de reforma y dispuso su juramento por parte de los funcionarios públicos. Tras las leyes vienen la apertura de escuelas y las apasionadas discusiones sobre métodos pedagógicos. En 1868, con moldes enteramente positivistas, se funda la escuela nacional preparatoria. A partir de 1868 se pone de moda abrir escuelas primarias, medias y superiores.
La década de México comprendida entre los años 1867 y 1876 contó con un equipo de civilizadores y patriotas pequeños pero extremadamente grande por su entusiasmo y su inteligencia; con un programa de acción múltiple, lúcido, preciso y vigoroso y con un clima nacional adverso a las prosperidades democrática, liberal, económica, científica y nacionalista.
Ascensión del porfirismo
Regresó de Días y del militarismo.
El otoño del 76 se inicia con erisipela y fuga del adusto y severo presidente de la suprema corte de justicia, el abogado don José María Iglesias. Por razón de la erisipela, se refunde en casa de la que no sale hasta quince días después y disfrazado de sacerdote. El 26 de octubre suceden por fin lo tan ansiosamente querido. El presidente de la República es declarado reelecto para el periodo del primero de diciembre de 1876 al 30 de noviembre de 1880. Iglesias se pone feliz. Reparte a puños del plan de Toluca, el manifiesto donde sostiene que las elecciones presidenciales no valen nada porque en muchos distritos no las hubo y en otros fueron resultado de la violencia militar sobre los electores. Lerdo de Tejada, el presidente el funciones, las tuvo casi todas consigo hasta la primera quincena de noviembre. Con todo, don Sebastián Lerdo de Tejada no renunció a la presidencia. Acompañado como por sus ministros y una escolta de caballería abandonó la ciudad México en la madrugada del 21 de noviembre sin prestar oídos a versos injuriosos. En aquella madrugada del 21, el presidente constitucional se encaminó a Morelia para asentar allí su gobierno y desde allí seguir luchando. Mientras Lerdo huía, Porfírio, en la tarde del 23 de noviembre, entraba a la capital de la República que lo recibía con el júbilo acostumbrado para los vencedores.
En eso, Porfírio Díaz dispuso el cese de todos los empleados y funcionarios del gobierno federal y proclamó oficialmente el plan de Tuxtepec y sus reformas de palo blanco. Es decir, proclamó cinco cosas mayores: no-reelección de presidente de la República y gobernadores de los Estados; desconocimiento del gobierno de don Sebastián Lerdo de Tejada por abusivo de la autoridad, despilfarro, injusto, asesino, extorsionador, vendepatrias y otros crímenes; reconocimiento de los gobernadores con la única condición de que se adhieran al plan; comisiones para supremos poderes de la unión a los dos meses de ocupado México, y entrega provisional del poder ejecutivo al presidente de la suprema corte de justicia, es decir, a don José María Iglesias si aceptaba el plan de Tuxtepec

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